Capítulo 2: El parto y llegada

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—¿Qué es lo que dijiste?

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—¿Qué es lo que dijiste?

—He dejado un feto dentro de ti, espero que no te moleste —dijo de forma calmada el cuervo—.

—Maldito...—dijo amenazándolo con sus colmillos.

—Ah ah ah, será mejor que cuides tu boca —continuó—

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—Ah ah ah, será mejor que cuides tu boca —continuó—. Se que estás molesta, sin embargo, siempre me ha intrigado la idea de tener un heredero, ¿será igual que yo? ¿o será igual de horrendo que su madre?

—¡Yo no lo quiero! ¡no quiero nada que venga de ti!

—Me temo que incluso para los demonios el curso de la vida es ininterrumpible.

Sebastian había señalado el vientre de la chica.

—¡Si tú no te deshaces de él, lo haré yo misma ! —arañó indignada su estómago—. ¿¡Qué has hecho?!

—Tú no le harás nada a mi hijo

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—Tú no le harás nada a mi hijo...

Dicho esto, al mirarla a los ojos las manos de la chica se volvieron inútiles.

—D~de acuerdo, cálmate, quiero decir que no quiero niños en mi futuro, solo te necesito a ti —sonrió de manera forzada.

—Estás advertida Kurayami...

—Estás advertida Kurayami

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Fenómeno de circo (kuroshitsuji)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora