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jennie.

Una semana había pasado ya desde el inicio de clases. Para cada curso, había un delegado. Yo me ofrecí para ser delegada de la clase de artes, y al ser la única voluntaria, me quedé con el puesto. Soy como una clase de secretaria para el señor Kim. Me iba bastante bien en todas las demás clases, aunque flaqueaba un poco en la clase de matemática básica. Pero no es nada que afecte mucho en mi rendimiento.
Realmente, mi momento favorito del día, es cuando inicia la clase de artes. Al ser el curso más importante de mi carrera, es el que más llevo. Es gratificante saber que llevaré ese curso durante los 4 años de estudio. Además, ¡me gusta mucho cómo enseña el profesor Kim! Realmente tiene una gran pasión por lo que hace. Ya nos dio el sílabo de este ciclo y también nos adelantó lo que llevaríamos hasta fin de año. También nos dijo qué clase de artes veríamos en los otros tres años. Este primer año se basaría en todo lo que es instrumentos, canto y baile, siendo que ese es el arte más fácil de aprender, por así decirlo.
La ventaja de trabajar en el starbucks que estaba al lado de la universidad y de ser la delegada de la clase del profesor Kim, es que podemos coordinar acerca de lo que él hablaría en la clase del día siguiente. También me daba pautas por si alguien no entendía la clase o por si él tenía que salir del aula. A veces me adelantaba un poco lo de la clase, cosa que me beneficia bastante.

Me da curiosidad saber acerca de él. Calculo que tendrá entre 26 a 29 años. ¿Estará casado? ¿Tendrá hijos? ¿Qué lo inspiró a estudiar artes? ¿Le gusta su trabajo? ¿Le gusta el capuccino que le preparo?
Dudo mucho que esté casado, ya que no veo ningún anillo en sus dedos. Puede ser que sea padre soltero, o que no tenga hijos. Tiene una linda voz, la clase anterior nos cantó un poco, quizás eso lo ayudó a decidir su carrera. Y no trabajaría en eso si es que no le gustara lo que hace, ¿verdad?

Salí de mi trance y dejé de hacerme preguntas mentales al ver que el profesor Kim entraba por la puerta. Me da curiosidad saber por qué entra tan... desganado.
No demuestra ese desgano al momento de dar la clase, pero me he dado cuenta de ese aura triste que transmite... y creo ser la única en haberlo notado.
Una vez que llegó a su escritorio, miró hacia donde estaba yo. Cruzamos miradas, con lo cuál me avergoncé, ya que, me había atrapado observándolo. Le regalé una sonrisa y él levantó ambas cejas levemente. Me levanté de mi escritorio y me acerqué donde él. Hoy nos enseñaría acerca de las partituras y nos mostraría cómo toca el saxofón.
Eso es algo que descubrí ayer que teníamos en común, puesto que yo también sabía tocar el instrumento. Me dijo que, probablemente, yo haría la clase con él hoy.

—Señorita Kim.— Me saludó al verme a su lado, luego de esto, sacó una pila de hojas de su maletín, las cuales tenían la teoría de la clase del día.

—Profesor Kim.— Respondí a su saludo, tomando las hojas y empezando a repartirlas a todos los alumnos. 

Una vez habiendo terminado mi parte, me senté, para seguir observándolo. Empezó a escribir en la pizarra, dibujando los pentagramas y la clave sol, la cuál iba al extremo izquierdo de las cinco líneas. Escuché atentamente todo lo que explicó, esperando con ansias a que termine de hablar y decida demostrarnos cómo toca su saxofón.
Los minutos pasaban y pasaban, yo escuchaba, pero no prestaba atención. Más preguntas se formulaban en mi mente acerca del profesor Kim y su vida privada.
Maldita sea, Jennie. ¿Por qué siempre tienes que ser tan curiosa?
Cuando tomé mi celular, vi que ya había pasado una hora. Una hora en la que me distraía con todo, a pesar de esforzarme por escuchar al maestro, no podía. Hasta que el momento que tanto quería, llegó. 

Sacó su saxofón con muchísimo cuidado, colocándole la correa y la boquilla, para así colocárselo. Toda mi atención estaba en él. Cruzamos miradas una vez más antes de que él introduzca la mitad de la boquilla en su boca y empiece a soplar suave, tocando un suave 'do'. Estaba revisando si estaba afinado, y efectivamente, lo estaba.
Empezó a soplar, moviendo sus dedos con lentitud, cerrando los ojos. Cerré los ojos a la par, deleitando mis oídos con tan glorioso sonido.
El profesor Kim realmente era bueno.
El aula entera estaba concentrada en lo que el maestro tocaba, todos estaban anonadados al escuchar tanta belleza salir de un solo instrumento.
Sonreí y abrí los ojos, analizando cada movimiento y expresión de mi maestro. Realmente era bueno. Transmitía un aura... sensual con aquella canción que tocaba. Sinceramente, no tenía ni idea de qué canción era. No era jazz clásico ni nada por el estilo. ¿Acaso él habrá escrito aquella partitura? Quién sabe.

Una vez habiendo terminado, todos aplaudimos. Conectamos miradas y le sonreí. Me llamó con un movimiento leve de cabeza, señalando a su saxofón. Quería que yo toque también.

—Jóvenes. Su compañera Jennie también toca saxofón, y quiero escucharla tocar. Por lo que pido silencio, para que ustedes también la puedan escuchar.— Dijo, retirándose la correa y sacando la boquilla del saxofón.
Mis mejillas se tiñeron de rosa, ya que sentía un poco de calor en ellas. Tomé mi mochila y saqué mi boquilla de ella, para acercarme hacia donde estaba el profesor Taehyung, tomando el saxofón y colocándomelo lentamente. Inserté la boquilla y soplé un suave 'do'. El profesor se acercó e introdujo un poco más la boquilla. —Sopla nuevamente.— Pidió. Y así lo hice, ya que me estaba ayudando a afinarlo. 
Una vez afinado, tomó asiento en su respectivo escritorio.

Aún con las mejillas rojas, empecé a tocar el solo de saxofón más conocido en la historia, aquel solo de la canción careless whisper. Realmente estaba avergonzada, por lo que solo toqué un poco. Casi 30 segundos, aproximadamente.

—Maravilloso. ¿Sería tan amable de tocar algo más para nosotros?—

( . . . )

Dieron las 5 y yo estaba aburrida en la cafetería. Las tardes son vacías, lo cuál lo hacía aburrido. Estaba entretenida en mi celular, hasta que vi al profesor Kim entrar al establecimiento. Le sonreí una vez más. A estas alturas, ya sabía que siempre pedía un capuccino.

—¿Lo de siempre, profesor Kim?—

—Sí, señorita Jennie. Pero, esta vez, deme uno más.— Respondió, sacando el dinero correspondiente y dándomelo. Lo guardé en la caja registradora y le di su boleta, para después colocarme unos guantes y prepararle los dos cafés. ¿Acaso tendría una cita o se encontraría con alguien?
Vi que se sentó en una silla de las mesas para dos, cerca del mostrador. Escuché que tecleaba algunas cosas en su celular. 
Me acerqué con su pedido y se los dejé en la mesa, y cuando estaba dispuesta a irme, escuché que me llamó por mi apellido nuevamente.

—Señorita Kim.—

—¿Hm?— Respondí con un sonido de garganta, volteando a verlo.

—Siéntese. El otro café es para usted.—

Sonreí, avergonzada. —Gracias.— Murmuré, sentí que mis mejillas ardían. Me senté frente a él. Ninguno dijo nada. Pero no era un silencio incómodo.

Dio el primer sorbo de su café e imité su acción. —Gracias por haber tocado hoy para la clase, señorita Kim. Lo hizo realmente bien.—

—No es nada, profesor. Y puede llamarme Jennie acá, si gusta.—

—Está bien, señorita Jennie. Gracias nuevamente.—

Sonreí una vez más, realmente me apenaba cuando me agradecían tanto.

—No necesita agradecerme. Su clase me gusta mucho.—

—Gracias, señorita Jennie. No había tenido ninguna delegada tan responsable y dedicada como usted.—

Bebí otro sorbo de café, y él me imitó. Sonreí tímidamente una vez que dejé el vaso en la mesa.

—Profesor.—

—¿Hm?—

—¿Cuál era la primera canción que tocó usted?—

—Es... una canción que yo compuse cuando era más joven. Jamás la he tocado frente a un público, esa fue la primera vez. Me sorprende que no haya salido mal.—

Sentí un cosquilleo en la columna vertebral. Esa era, definitivamente, una de las mejores melodías que he escuchado en mi vida. —Realmente me gustó, profesor. ¿Me regalaría una partitura de su composición?—

Vi que sus ojos se iluminaron. Una sonrisa pequeña se presentó en su rostro. Era la primera vez que vi sus ojos brillando y era la primera vez que lo veía sonreír. —Por supuesto.—

 .

.

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La canción que tocó Tae:

La canción que tocó Jennie:

capuccino. { taennie }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora