Capítulo 25

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Lauren POV.

—Lauren ya te dije que no tienes por qué tener miedo de estar aquí— Me dijo Camila mientras caminábamos hacia su casa. —Mis padres no están, no hay nadie en casa.—

—¿Ah, si? ¿tan rápido quieres dar el siguiente paso, Camz?— Bromeé un poco y ella rió genuinamente.

—Idiota.— Susurró sonriendo.

Caminamos un par de cuadras más y entonces llegamos a la casa de Camila, la cual era enorme y muy linda. Tenía unas bardas altas de concreto y una que otra figura marmoleada en ellas.

Seguí viendo todo cuando entramos, el portón lo abrió Camila con una especie de control, o no sé qué rayos era lo que había sacado de su bolsillo.

El corredor, que llevaba hasta la puerta de entrada de la casa, tenía un lindo techado con algunas enredaderas que provenían del jardín sobre él. Le daba un toque de elegancia.

—Bien, Lern, ahora te presentaré a mi nana.— Me dijo ella y en eso una señora de una edad avanzada abría la puerta.

—Cami, hija, pasen.— Nos abrió la puerta completamente y entramos. —No sabía que traerías vista.— Comentó viéndome curiosa.

—Mucho gusto, soy Lauren, una amiga de Camila…— Saludé un poco confundida por haber dicho “amiga”, porque después de todo esto, ¿qué éramos?

—El gusto es mío.— Estrechó su mano con la mía y sonrió. —¿Quieren algo de comer?— Ofreció gentilmente.

—Tranquila, nana, estamos bien, sólo llévanos algo de beber a mi habitación, por favor.— Dijo Camila para enseguida tomar mi mano y llevarme corriendo hasta su habitación.

Subimos las escaleras de una en una, de dos en dos o de ocho en ocho, la verdad no sabía siquiera que las escaleras se podían subir tan rápido. Nuevo modo, subir las escaleras velocidad Camila Cabello.

Llegamos a un pasillo, comenzamos a caminar, o bueno, Camila a caminar y yo a seguirla. Pasamos y algo que me llamó mucho la atención, es que se hallaba una placa de metal con el nombre “Steve” grabado en la primer puerta, unos pasos más adelante otra con el nombre “Sofía”, y al final del pasillo, había una puerta blanca con una placa de metal que decía “Karla”.

Entramos y, la recámara de Camila, era completamente diferente a como yo la había imaginado. Era limpia y ordenada, las paredes eran de color beige, el tocador y la cama muy bien arreglados, había uno que otro cuadro o fotografía colgado en la pared y todo conservaba muy bien la limpieza y pulcritud.

—¿Y?— Habló. —¿Te gusta?—

—Para ser sincera...— Volteé a verla. —Esperaba encontrar una habitación desordenada, pintada de rosa y con miles de pósters de chicos pegados a la pared.— Reí y ella también.

—No juzgues un libro por su portada.— Me dijo seguido de un guiño.

Reímos y caminamos hasta su cama, cada una se sentó al lado contrario de esta y nos quedamos viendo a la nada.

—Lauren…— Oí susurrar a Camila e inmediatamente volteé a verla.

—¿Si?— Dije tomando su mano, la cual se hallaba a un costado de la mía.

—Tengo miedo.—

No supe qué decir.

Camila POV.

Sabía que Lauren entendía perfectamente a lo que me refería. Steve y mis padres.

Era evidente que no podríamos estar bien después de que, bueno, de que ellos se enteraran de que yo estuviese de novia con Lauren.

—Lo sé, Camz…— Habló después de unos minutos en silencio. —Esto tal vez no es fácil para ninguna de las dos, pero ten por seguro que yo no voy a echarme para atrás.— Dijo dulcemente, acariciando mi mejilla. —Quiero estar contigo.—

—Lauren, yo tengo miedo por mis padres, pero más que eso, tengo miedo por Steve...— Hablé mirándola a los ojos.

—Él no nos hará nada, ni a mí— Se señaló con el dedo índice. —Ni a ti.— Ahora me señaló a mí. —Voy a cuidarte, Camila Cabello, más que a nada.— Dijo mientras me abrazaba. —Si tú fuiste capaz de rechazar a Shawn Mendes por mí, yo no veo el problema de enfrentar a tu familia por ti.—

Noah POV.

—Sí, lo sé. Dale, te veo en la cancha de basquet en 20.—

—Y bien, ¿qué dijo?— Me preguntó Alexis una vez que finalicé la llamada.

—La tiene, démonos prisa para ir por ella.— Él asintió y nos encaminamos.

Hacía demasiado tiempo que yo no usaba drogas, y ahora más que nunca, las necesitaba. Había dejado de consumirlas por petición de Camila, aunque de vez en cuando lo hacía, pero no en exceso ni con frecuencia.

Ahora que ya no estábamos juntos y tenía miles de problemas encima, era una necesidad de consumirla diariamente infernal, pues no tenía cosa mejor en la cual invertir mi tiempo.

Pasaba la mayor parte del tiempo fuera de casa, lo máximo posible para no escuchar a mi padre llamarme basura y deshonra. Decidió no llevarme ni internarme en ningún lado, con la condición de que no diera problemas, y era lo que trataba de hacer, perderme en mi mundo.

—Ahí está, vamos.— Dijo Alexis en cuanto observó a Diego, el tipo que nos daba la droga ya en la cancha abandonada de básquet.

—Son 45 dólares, Centineo.— Dijo él.

Saqué mi cartera y le pagué, me dio las drogas y se fue rápido, antes de que alguien lo viera y llamara la atención.

Saqué de la bolsa 3 bolsas de hierva y un par de pastillas controladas, al fin podría ponerme feliz sin problema alguno.

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~The Girl I Fell In Love With~ [CAMREN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora