Capítulo IV: ¡Qué no se entere mi novio!

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El domingo por la mañana Caleb se levantó de la cama, se duchó y se puso unos tejanos de media pierna, una camiseta roja y unas bambas negras y blancas. Bajó a la calle y se dirigió a Jezzie's. Estaba a tres calles.

Cuando llegó, miró la hora: eran las 7:59. Faltaba un minuto para que abriesen. Miró dentro y vio a Anne y su padre preparando la máquina de café. Pasó un minuto y la joven camarera se acercó a la puerta para cambiar el rótulo de "Cerrado" a "Abierto". Caleb abrió la puerta y le dio dos besos a la chica. El padre le lanzó una mirada asesina y se fue a la cocina.

- Ven. Siéntate conmigo. -dijo Anne ofreciéndole un asiento a su lado.- ¿Quieres café?

- No tomo café. Pero un batido de chocolate siempre entra.

Ella se levantó y fue a hacer el batido. Preparó, para ella, uno de vainilla. Los llenó de nata, los llevó a la mesa donde estaba Caleb y se quitó el devantal. Llevaba unos pantalones cortos y una camiseta azul ajustada. Se sentó a su lado y empezaron a hablar.

Unos minutos después entraron dos clientes más: un matrimonio de tercera edad, se sentaron dos mesas más al fondo que Anne y Caleb. La camarera les fue a tomar nota y minutos después les trajo el pedido. Se volvió a sentar al lado de Caleb y continuaron su conversación.

Hablaron de Helen, de Cam, del FIFA y de todo. Anne le dijo que le hablara sobre él.

Dos horas después y los dos sabían la vida del otro. Anne le contó que era de Inglaterra pero que vino a Estados Unidos cuando tenía tres años, tras la muerte de su madre. Tenía 16 años acabados de cumplir y ayudaba en Jezzie's desde los 14. Su padre se llamaba John. Vivían con sus abuelos en el centro de la ciudad. No tenía hermanos, era hija única.

Caleb le contó que él era de las afueras de la ciudad pero vivía a tres calles del bar. Tenía dos hermanas: una pequeña, Julie, y una mayor, Elsa. Practicaba lacrosse en el equipo del instituto. Le gustaban los videojuegos, sobretodo de futbol. También le contó la historia con Helen. Y le dijo que creía que ella y Cam se gustaban.

Eran las doce. Dejaron los vasos vacíos y se marcharon del bar. Fueron rumbo al parque que estaba a dos manzanas. Pasearon una hora y se sentaron en un banco, cerca del lago. De repente, Anne pusó la cabeza sobre el hombro de Caleb, que le acariciaba el pelo. El móvil del chico sonó, era un mensaje de su madre diciéndole que fuera yendo para casa a comer.

- Mi madre dice que vaya a casa a comer. ¿Me acompañas hasta la porteria?

Anne asintió y fueron en dirección casa de Caleb. Mientras caminaban por el parque, de vuelta, él pasó el brazo por los hombros de la chica. Ella se cojió a la cintura de Caleb y fueron caminando agarrados todo el camino

Cuándo llegaron al portal Anne se fue a despedir dándole dos besos y un abrazo. Caleb se lanzó y le dio uno, en la boca. Ella no lo rechazó y siguió, le pusó las manos al cuello y él, a la cintura. Estuvieron así unos cinco minutos, hasta que un nuevo mensaje de la madre de Caleb llegó, diciendo que se iba a enfriar la comida.

- Bueno, Anne, gracias por aguantarme. ¿Nos vemos mañana después de clase?

- Mañana no puedo. He quedado con mi novio. ¡Ah, que no se entere de esto! -dijo y le dio un corto beso de despedida.

Caleb se quedó a cuadros. "¿Si tiene novio por qué me ha seguido besando?" pensó. Cojió las llaves del bolsillo y abrió la puerta. Cuando llegó arriba no tenía hambre, después de lo ocurrido. Era raro, pues él siempre tenía hambre.

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⏰ Última actualización: May 03, 2015 ⏰

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