Capitulo 3

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Como era de esperarse Keila se vengó, me dio un vestido horrible, y ese adjetivo calificativo se queda corto, ja ja ja dije adjetivo calificativo, mi maestra de lenguaje estará orgullosa, el vestido es como ...., algo con que compararlo sería una bolsa plástica para barril, si esa sería una excelente comparación, me llega hasta los tobillos, y yo nunca uso nada que me quede dejaba de las rodillas, intente convencer a la directora para que pudiera cambiar el vestido, pero se negó rotundamente, dice que tradiciones son tradiciones, así que le dije que no iría y ella dijo que si no iba me enviaría a casa y adiós privilegios.

Intento parecer atractiva pero mi pelo es un asco, no sé qué tiene el agua de aquí pero me lo dejó horrible y eso que solo he estado un día aquí, no tengo maquillaje así que debo de ir así. Lo único lindo que tengo son mis zapatos, de tacón claro.

Mientras espero me vengan a traer,  porque según el protocolo, una limosina para cada habitación, así que como no hay tantas limosinas en esta región, debemos esperar a que dejen a unas y lleven a otras, observo a mis compañeras de habitación, la nerd, lleva un vestido blanco a la rodilla, con cuello de tortuga y manga tres cuartos, aunque es delgada ese vestido no le va a nadie, lleva su pelo castaño suelto y al final tiene como canelones, solo tiene maquillado los labios, pero sus ojos café resaltan, en cuanto a Luna, mataría por su vestido, es como un  top de arriba, muy pegado de la cintura y luego en las caderas se hace un bombón, sus zapatos son converse  blancas, yo hubiera usado zapato de tacón alto, pero ella dice que no es necesario fingir lo que no somos y lleva  el cabello castaño claro suelto y en el un gran sombreo con flores de todos colores,  la glotona, lleva un vestido tipo tubo, y cadenas de diferentes tamaños, la he vito meter en su bolso varias golosinas,  el cabello de ella es colocho, así que lo lleva amarrado con una coleta y de último Vanessa, que aunque tiene un cuerpo muy atlético, es como si practicara pesas, lleva un vestido flojo, como para embarazada, sin ningún accesorio y maquillaje, el pelo de ella es negro y lo lleva trenzado. Luego de media hora después, tocan la puesta de nuestra habitación, es hora de irnos.

He asistido a varios bailes de secundaria, pero este no lo  parece,  hay varios medios de comunicación en la entrada, los chicos usan smoking de diez mil dólares, el salón parece un palacio de Disney, y las flores son hermosas, las demás chicas, están perfectas y los pocos chicos que veo en la entrada están guapos, me dan ganas de salir corriendo y encerrarme en mi cuarto a ver televisión mientras como helado y soy de las que no dice eso seguido, soy más bien las que no se pierden ninguna fiesta, pero diferente continente, diferente personalidad.

Cuando bajamos de la limosina, escucho que una chica dice en tono despectivo “Allí vienen las floreros” y se ríe. Catherine maldice en voz baja, y la nerd con Vanessa solo agachan la cabeza, Luna camina como si no le importara nada, y yo como no sé lo que significa, solamente ignoro el comentario.

En el salón todo está decorado como si estuviéramos en el  siglo  XIII, al estilo Orgullo y Prejuicio, la mayoría de personas está ya en grupos hablando, la mayoría de chicos se ven lindos o por lo menos agradables. No me siento cómoda con este vestido, si se podría llamar así, no sé con quien hablar, y no sé adonde ir.

-Te ha quedado perfecto el vestido-dice Keila-Es digno de tí

-Por lo menos sabrán que es tuyo el vestido y que tienes un pésimo gusto-le digo y le saco la lengua.

Ella me ignora por que entró al salón un chico alto, pero rubio, ojos verdes, mejillas rosadas y labios rosados, su smoking es negro y corbata gris plateada. Ja ja ja apuesto que es gay.  Ella grita Andrew y me deja casi sorda con su chillido llamándolo y me empuja a una esquina. Así que él es el famoso Andrew Bordiú. El hace una mueca cuando mira a Keila pero como un caballero llega a saludarla.

Las florerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora