T W O

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La mano pálida, pero musculosa toma el brillante tubo de metal. El cuerpo se mueve suave al ritmo de la música, en un movimiento ondulatorio que comenzaba desde el torso como en forma de s; una vez, dos y después tres veces más un poco más rápidas, que se extendían hasta la pelvis. El volumen parece incrementarse y el tono cambia, al igual que la posición del rubio. Ahora su torso está del otro extremo del tubo y comienza a bajar lento. El cabello casi le cubre los ojos, pero no es impedimento para que haga contacto visual con su audiencia. En realidad ama hacerlo, entrar en contacto con ellos, ver directamente a esos ojos que le miran con sorpresa, otros con asombro y hasta miradas de deseo. A SeokJin le gusta causar emociones en las personas, cautivar y robar suspiros.

     Y sobre todo, dejarles sin palabras.

     Sacar a la luz cada bajo instinto. SeokJin bien sabía que la mayoría de los presentes, que en esos momentos le miran atentos, complacidos y con deseo; fuera de ahí solo escupirian asco, miradas duras, aunque reprimidas.

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     Pero no cuando él era música.
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     Se levanta después de que las rodillas tocaran el suelo y todo el cuerpo gira alrededor del tubo. Siente ese frío en la piel, le gusta esa sensación así que sonríe, como si se entregara por completo al pedazo de metal. Tira de su cabeza hacia atrás, mostrando ese largo y marcado cuello.

     Sabe bien como mover la cadera al ritmo latino que suena.

     Los presentes lo aprueban, con esos aplausos y gritos.

     Con cada movimiento el calor comienza a aumentar. NamJoon puede sentirlo. Él no es el que baila, pero está agitado, con la piel sudada y totalmente embelesado con tan hermoso rubio de movimientos cautivantes. Le cuesta tragar saliva y reprimir los pensamientos sucios; siempre ha tenido una gran fijación por la buena elasticidad.

     Tiene los labios abiertos y la mirada fija en ese cuerpo perfecto, con gran análisis e intensidad. Sus sentidos se funden en cada uno de sus movimientos.

     La mirada de SeokJin se encuentra con la de NamJoon. Le sonríe, de lado y con lascividad. Abulta los labios, simulando un beso y se ríe después de hacerlo.

     Varios en la audiencia gritaron.

     Los amigos de NamJoon hicieron mucho más ruido, con cara de sorpresa. HoSeok tenía la sonrisa más amplia y le daba golpes en su pierna, TaeHyung le golpeó el hombro diciéndole que tenía una gran suerte.

     Y NamJoon, eso fue demasiado para él. El contacto directo de miradas fue como un golpe justo en su corazón; se lo aceleró, tanto que siente perfectamente el golpeteo en el pecho. Un cosquilleo nace en la parte baja del estómago y se remueve en el asiento; la descarga terminó por atacar su entrepierna.

     Necesita aire, algo. Y por supuesto, seguirle mirando.

     Imaginando.

     Que esos expertos movimientos, son sobre sus piernas.

     Aunque aquello no significó nada para el bailarín. Ni siquiera vio bien la cara con quien conectó. Lo hacía por diversión, elevar las emociones de los presentes. Él sigue bailando y coqueteando, con quien sea y sin rostros especiales.

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     La música se calma y el escenario se oscurece, pero el humo enrojecido abunda más, colándose un poco entre las mesas.

     SeokJin se quitó las zapatillas de alto tacón y regresa al foco de luz que ilumina su área.

     Todos están en silencio, esperando. La atención le pertenece por completo al hermoso rubio.

     Ahora se escucha una perfecta melodía y no solo ruido con palabras en idioma inentendible.

R E D · ﹝ᴊɪɴɴᴀᴍ﹞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora