❀ Estornudos

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- ¡Achú!

- Ya van diez en menos de media hora, enserio detente.- se quejo Kellin, el compañero de piso y mejor amigo de Andy, mientras arreglaba un bolso con alguna de sus pertenencias.

- No pue- ¡Achú! -No alcanzó a terminar la oración porque un estornudo volvió a atacarlo.- ¿Donde vas?

- Me iré a casa de Vic por unos días, sabes que no puedo soportarte cuando estas resfriado, pareces mujer embarazada. Además, no quiero contagiarme.- respondió cerrando el bolso.

- ¡Pero no me puedes dejar aquí solito! ¿¡Cómo sobreviviré?! -Exclamó el pelinegro con un puchero en sus labios, levantándose del sofá donde se encontraba para aferrarse a la pierna de su amigo impidiendole el caminar.

- No te dejaré solo, llamé a alguien que te cuidará muy bien.- dijo Kellin, anticipando la mala reacción del contrario ya que odiaba ser visto por los demás cuando estaba resfriado, incluyendo su novio.

- ¿Porqué lo hiciste si sabes que no me gusta? ¡Eres- Achú de lo peor! -Cambió su tierno puchero por un ceño muy fruncido que dejaba a la vista su enojo.- Por lo menos dime que no llamaste a Oliver...¡Kellin Quinn dime que no!

Segundos después sonó el timbre indicando la llegada de la persona que cuidaría a Andy.- Lo siento, demasiado tarde.

El pelinegro soltó el agarre de la pierna de su amigo y corrió a esconderse tras el sofá para que Oliver no lo viese en aquellas condiciones. Escuchó pasos acercarse que luego dieron espacio a la voz de su novio.

- ¿Dónde esta Andy? -Hubo un silencio tras la pregunta que el mismo aludido interrumpió accidentalmente.

- ¡Achú! ¡Mierda, malditos estornudos!

- ¿Qué te he dicho de las malas palabras, white rabitt? Ahora ven a saludarme por que ya se que estas ahí.- luego de las palabras del castaño, Andy salió de su escondite y se lanzó a los brazos de su novio, de todas formas ya no podía impedir que este lo viera resfriado.

- Ugh, ustedes dos me dan diabetes.- dijo Kellin al ver el cariñoso abrazó que compartían sus amigos.

- ¿Y tú? Ya es hora de que des diabetes junto a Vic. Mejor ya vete con él, que yo me quedo aquí cuidando de Andy.

- No te metas en mis asuntos. Y más te vale que cuides a Andy, ya sabes que es algo complicado. Adiós.- Kellin se despidió y salió del apartamento, dejando finalmente a la pareja sola.

Estuvieron un buen rato sentados en el sofá compartiendo mimos y besos, hasta que Andy entre estornudos le pidió que fueran a la habitación. Una vez ahí, ambos se recostaron en la cama acurrucados con las mantas, Andy en medio de las piernas de Oliver.

- ¿Porqué no me llamaste, amor? Pude haber venido antes a cuidarte.

- Por que no quería molestarte.- respondió Andy quien, gracias a la posición, estaba muy relajado y casi durmiendose.- Además, no quería que me vieras así, con mocos y mala cara.

- Tú nunca serás una molestia para mí, White rabitt. Y te amo así, con mocos y todo incluido.- dijo Oliver besando su frente.

- Yo también te amo, Oli.- esta vez el nombrado besó los labios de Andy y luego comenzó a acariciarle el cabello, logrando así que este cayera dormido en sus brazos.

Kellin le había dicho que Andy era realmente difícil de manejar cuando estaba resfriado, pero mirándolo así, con los ojos cerrados y respirando suavemente, parecía un verdadero ángel. Esa era definitivamente la imagen que Oliver quería tener el resto de su vida grabada en su corazón.

¡Achú! ・||Sysack||・Donde viven las historias. Descúbrelo ahora