Azucarado y Salado

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Por la nueva relación entre Castiel y Jesse, se pensaría que las cosas en casa mejorarían, pero no. Las cosas no mejoraron pero no a causa del niño anticristo y el ángel, sino por la tensión debido al peligro constante del posible fin del mundo por culpa de los ángeles, Lucifer y añadiendo a todo eso, la necedad de Castiel por buscar a Dios para que los ayudará.

Todavía faltaba enfrentarse a Lucifer y los jinetes estaban causando muchos más problemas de los que esperaban, a veces los Winchester no se sentían listos para enfrentarse a ese tipo de cosas, era demasiada responsabilidad en sus manos.

Ellos eran solamente hombres comunes, sin poderes. Tenían habilidades, pero no las creían suficientes. Ni siquiera con el apoyo de un ángel a su lado.

....





Una tarde Castiel se acerco a Dean, ofreciéndole una cerveza y una rebanada de pay de cereza.

- ¿Y esto?- Lo tomo sin quejarse, mientras devoraba su postre favorito

- Pensé que te gustaría, ya que anoche te quedaste ayudando a Jesse con su tarea de matemáticas

- Si- Trago lo que estaba masticando- nunca creí que tener un niño en casa sería tan complicado

- ¿Te estas arrepintiendo de tener al niño en casa?- Castiel hizo aquel gesto tan característico de él, ladear la cabeza

Gesto que Dean amaba pues le parecía adorable.

- No, no me estoy arrepintiendo- Aclaró de inmediato- es solo que...- Le da un trago a su cerveza- a veces pienso en la mierda que fue mi niñez y la de Sam, incluso tratando que la de él fuera lo más feliz posible, y eso me hace pensar en que Jesse debería estar en un verdadero hogar

- Este es un verdadero hogar

- ¿De veras crees que este es un verdadero hogar?- Preguntó el cazador sin entender porque diría eso su ángel 

- El hogar es un lugar donde te sientes a salvo, con las personas que amas y son importantes en tu vida. Nosotros queremos a Jesse y él esta a salvo, él me lo ha dicho, no es sólo mi opinión, este es su hogar y él está bien. Así que si, este es un verdadero hogar

Dean sonrió, dejo a un lado su pay y cerveza; manteniendo su sonrisa, besó dulcemente al ángel. Ensuciando de cereza la boca del serafín.

- Ese fue... Un beso muy lindo- Murmuró el ángel- me gustó este besó, fue... Rico y dulce

- Me alegra que te gustará- Dean volvió a besarlo. Está vez el beso fue un poco más duradero- un ángel como tú merece esta clase de besos y más

Castiel sonrió. Ese día Dean estuvo más tranquilo al rededor del ángel y en la cena, todo parecía tan familiar y encantador, que realmente ninguno de ellos se esperaba lo que estaba por ocurrir.

Claro, excepto el escritor de la historia, quien disfrutaba cada linea plasmada en la pantalla de su ordenador, pero a la vez, dejaba que el amor que sentía su hijo fuera verdadero, sin interponerse. Perdonar o continuar, seria decisión de su querubín. Y sólo de él.

....






Jesse probablemente nunca hubiera elegido tener la vida que tiene ahora. Una vida con monstruos, ángeles, demonios, armas y el aprender sobre sus habilidades al ser el anticristo. En casa, con sus padres, estaba solo, pero solamente debía preocuparse por la escuela y el hacerse de comer. Y aunque no era una vida que hubiera elegido, de lo que si esta seguro, es que no cambiaria a las personas a su alrededor en su nueva vida.

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