Pov Ian
No puedo decir a ciencia cierta cuantos minutos llevo corriendo por este largo pasillo, varias veces he estado a punto de tropezarme, es normal, ya que está completamente oscuro y lo único que estoy haciendo es correr sin mirar a donde voy, no quiero que me pase lo mismo que en las películas, que justo en el momento que me detenga una mano se pose sobre mi hombro, eso literalmente me mataría del miedo.
El aire se hacía cada vez más pesado, nunca he sido alguien con buena condición física, soy del tipo de personas que puede bajar las escaleras de su casa a traer un vaso de agua, pero por alguna razón lo termina olvidando en la sala y cuando regresa a su habitación prefiere tirarse sobre la cama a tener que bajar de nuevo a traerlo, pero creo que esta es una de esas situaciones donde no tengo de donde escoger.
—Si este es uno de esos túneles interminables que me llevan a un callejón sin salida...estaré más que muerto—Pensé y cerré los ojos solo un segundo, nadie podría pensar que puede pasarte algo en tan corto tiempo, pero a mi si me paso.
No tuve tiempo de ver con que me había tropezado, termine cayendo de lleno sobre una rugosa alfombra y cuando abrí los ojos mi mirada inspecciono el lugar en donde estaba, lo más curioso de todos es que el lugar a donde llegue estaba totalmente iluminado, parecía una biblioteca muy antigua. ¿Qué porque lo decía? Era fácil darse cuenta por la cantidad de polvo y las telarañas en las esquinas, la buena noticia era que no me había lastimado, me levanté con las mejillas muy calientes, sé que ni debería estar pensando esto, pero me alegro de que Aron no estuviera aquí para ver mi reciente caída.
—Bien, ahora solo debo encontrar a mi mejor amigo y salir de este lugar lo más rápido posible-mascullé mientras recorría esa habitación, en la mayoría de las películas siempre había una palanca o alguna pista para encontrar a la persona que estaba perdida.
Revisé cada rincón de la habitación pero lo único que conseguí, fue llenarme de polvo, cansarme y que una araña de gran tamaño me cayera encima, aunque eso no había sido ningún problema, ya que valientemente la había aplastado con mi tenis... ¡Bien! Me asusté y solo agité mi mano hasta que ese maldito insecto se cayó y se metió en quién sabe dónde. Después de que eso pasara me topé con un enorme librero, no es que a mí me encantará leer, pero en ese momento inevitablemente recordé a cierto pelinegro ojiazul que es mi delirio amoroso, a él le encantan los libros, principalmente los que son de misterio, deslicé mi dedo índice por el lomo empolvado de algunos libros de pasta dura y me detuve en uno que destacaba entre los demás, no solo porque era de un llamativo color azul, ni por que tenía un hermoso relieve color blanco, sino porque se veía más nuevo que los otros y estaba más delgado.
Por más de un minuto fui incapaz de desviar mi atención a otro lado y puedo jurar ante cualquier dios existente que no sé cómo mi mano termino tomándolo, no puedo explicar con palabras lo que sentí en ese instante, era como en aquella película extraña donde un niño encuentra un juego de mesa que producía un sonido parecido a los tambores, si mal no recuerdo su nombre era Jumanji, pero ya me estoy desviando de nuevo del tema, el punto es que el libro me resulto profundamente hechizante.
Caminé hasta el pequeño escritorio que habia en la habitación y me senté en la curiosa silla de rueditas color negro—la cual por cierto me parecía fuera de lugar en una habitación como esa, pero le resté importancia—, abrí el libro y me di cuenta que tenía más dibujos que letras, agradecía que estuviera escrito en inglés, pero me sorprendí al ver la fecha de edición , decía "Publicado en 1854, Londres Inglaterra" El libro existía desde muchísimo antes de que yo naciera...me atrevo a decir que incluso antes de que mi bisabuela naciera, varias preguntas inundaron mi mente con facilidad ¿cómo es que el misterioso libro azul se veía tan nuevo? ¿Por qué me llamo tanto la atención? Trate de encontrar el autor del libro y aunque me costó un poco de trabajo lo encontré en la esquina inferior izquierda de la parte de atrás, decía "Alec Gallagher". Deje el libro a un lado y suspire pesadamente, no era el momento adecuado para dejarme impresionar por un libro viejo.
