-¿Sabes como mi cuerpo fue lanzado en la carretera? - le dijo después de apagar la televisión de la habitación.
-Por favor - se le acercó y tocó su rostro.-No lo digas.
Los ojos de Dave lo vieron, se creó un puente entre los ya secos ojos de este y la lluvia que vivía en los de Adrián.
-No fue rapido, no fue indoloro, pero volé, tan alto como los pájaros, mi alma se unió a ellos, y cuando creí que todo había terminado, mi alma fue arrancada del cielo y tirada al infierno a que estoy ahora.
Adrian seguía llorando.
-Pensándolo bien, no te odio tanto, no a ti. No puedo odiarte después de todo lo que te amé. Lo que si odio es al conductor de ese carro por no ir tan rápido.