¿Por Negocios o por Amor?

Capitulo 7

Capitulo 7

¿Qué diablos le pasaba? Coquetear era una cosa, pero había estado a punto de dar un paso mucho más allá.

Natsu cruzó la puerta de su suite mientras se desabrochaba la camisa de algodón. Se estaba maldiciendo desde que abandonó aquel romántico escenario de la playa hacía unos minutos.

Pero había sido una escena mágica. Antes de la oportuna o inoportuna llamada de Lisanna, según se mirara, había estado a punto de besar a Lucy.

¿Besar a Lucy?

Era su ayudante. Ni una sola vez durante el año que llevaba trabajando ella para Dragneel Enterprises había sentido el deseo de intimar con ella. Pero aquella noche, la embriagadora combinación del vestido sexy de Lucy, la playa vacía, la cena y el arpa que ella había programado, le hizo preguntarse qué estaría tramando.

¿Por qué diablos estaba sintiendo aquellas cosas nuevas por Lucy? Sobre todo ahora que estaba a punto de firmar un acuerdo multimillonario y no podía permitirse ninguna distracción.

Natsu agarró el teléfono de la mesilla de noche y marcó el número de la habitación de Lucy.

-Hola.

Maldición. Incluso su voz le hacía pensar en sexo en la playa.

-Necesito mi plan de esta semana.

-¿Ahora? -preguntó ella.

-Hace cinco minutos.

Natsu colgó el teléfono, molesto consigo mismo por ser antipático con ella, pero más enfadado todavía con Lucy por jugar con su libido.

Un minuto más tarde llamaron a la puerta con los nudillos. Natsu cruzó el suelo de cerámica color coral, abrió la puerta y se alejó, esperando que Lucy le siguiera.

Atravesó la doble puerta para entrar en la zona del salón y se dio la vuelta. Maldición. Seguía llevando aquel vestido que hacía maravillas con su cuerpo, sobre todo con sus senos. Lo que le hizo recordar que él todavía tenía la camisa abierta.

Lucy levantó la carpeta que tenía en la mano.

-Tienes una reunión con un contratista mañana a las once. He quedado en...

-¿Qué diablos está pasando?

Lucy dejó caer la mano.

-¿Cómo?

-La playa. La cena íntima. Esto es algo más que una investigación para la luna de miel.

Ella puso la mano en una de sus redondeadas caderas.

-No sé qué estás insinuando, pero suéltalo ya.

-Primero la exhibición en el toro mecánico -comenzó él mirándola-. Luego intentas librarte de este viaje de negocios cuando más te necesito, y luego apareces en la puerta de mi habitación como si fueras el sexo envuelto en una sábana. Si Lisanna no hubiera llamado antes, podríamos haber..

Lucy alzó una ceja y sonrió. Tenía el dedo todavía puesto en su pecho.

-¿Qué, Natsu? ¿Me habrías besado? ¿Es eso lo que te tiene tan preocupado?

La pasión de los ojos de Lucy, el color de sus mejillas y el dulce perfume floral que lo rodeaba hizo que le agarrara el dedo. Tiró de ella hasta que la sintió contra él. La sonrisa de Lucy quedó sustituida por una mueca de sorpresa.