Capitulo 17

416 26 12
                                    

La isla era sin duda el lugar más hermoso que Lucy había visto en su vida. Siempre había oído a Natsu y a Zeref hablar del hotel, pero no podía creer que nunca les hubiera escuchado hablar de la belleza de la exótica isla.

Por todas partes había gigantescos hibiscos con flores de todos los colores. Las colinas y los valles estaban cubiertos de verde y exuberante vegetación. Y en la base de todas las plantas tropicales se encontraba la playa de arena más blanca que había visto jamás. Y el mar. Oh, las aguas turquesas estuvieron a punto de dejarla sin respiración. En la distancia, las montañas parecían rodear y proteger toda aquella belleza.

-¡Lucy!

Lucy se giró al escuchar el grito y vio a Mavis tratando de correr mientras se balanceaba como un pato por la zona del vestíbulo. Las dos mujeres sólo se habían visto una vez con anterioridad, pero habían chateado y hablado por teléfono muchas veces desde que Mavis se casó con Zeref, el hermano de Natsu.

-Mírate -Lucy abrazó a la embarazadísima mujer y luego se echó hacia atrás para volver a mirarla-. Sigues estando guapísima.

Mavis puso los ojos en blanco.

-Uf, estoy rivalizando en peso con los delfines que hay allí fuera -Señaló hacia el mar-. ¿Dónde está mi cuñado?

-Aquí mismo.

Natsu cruzó la zona abierta del vestíbulo. Como le ocurría siempre, a Lucy se le aceleró el corazón. La suave brisa del mar le alborotaba su exótico cabello rosa, y su brillante y blanca sonrisa destacaba sobre su piel bronceada.

Y acababa de hacerle el amor de forma apasionada a bordo de su jef, no sólo en la cama, sino también en la ducha. Lucy apenas había tenido tiempo de recogerse el cabello en un moño atado a la nuca y de ponerse un par de sandalias blancas y un vestido de playa rosa.

Natsu se interpuso entre las dos mujeres y abrazó a Mavis.

-Estás muy guapa. ¿Dónde está Zeref? No puedo creer que te haya perdido de vista durante más de un minuto.

-Yo tampoco -Se rió Mavis-. Es muy protector con sus chicas.

Lucy observó cómo la otra mujer se pasaba la mano por el protuberante vientre. Estaba segura de que fue un gesto inconsciente, y sin embargo cargado de amor.

Mavis y Zeref eran dos de las personas más generosas que Lucy había conocido en su vida; no era de extrañar que se hubieran sentido atraídos el uno hacia el otro al instante.

-Natsu, Lucy -Zeref se dirigía hacia ellos.

-Te lo dije -Murmuró Mavis con una sonrisa mientras se giraba hacia su esposo, con el que sólo llevaba siete meses de casada.

Zeref deslizó la mano por la cintura de Mavis, o por donde estaba antes la cintura, y la atrajo hacia sí.

-Ya era hora de que sacaras a Lucy de esa oficina para que viera el resultado de su trabajo.

-Oh, no me importa -Le dijo Lucy-. Pero tengo que admitir que éste es el lugar más hermoso que he visto en mi vida.

-Eso es lo que queremos oír -Contestó Zeref antes de centrar la atención en su hermano-. ¿Cuándo tiempo vais a quedaros?

Natsu se encogió de hombros.

-Unos cuantos días. Tenemos algunos asuntos de los que hablar contigo personalmente y a mí me gustaría tomarme un día de relax.

Zeref alzó las cejas.

-¿Relax? ¿Natsu Dragneel?

-De vez en cuando sucede -Se defendió Natsu. Lucy abrió la boca, y antes de que pudiera pensárselo mejor, preguntó:

¿Por Negocios o por Amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora