20.2

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Capítulo 20.2: El pequeño demonio quiere llorar.

Me quedé en blanco, ¿qué íbamos a hacer ahora? A diferencia de los otros demonios, yo no soy para nada fuerte y por eso no soy soldado. Lo único que nos podía salvar aquí eran los poderes de ángel de Ahn pero, cuando lo miré y vi su rostro, supe que no los tenía.
¿Qué había pasado? ¿Cómo un ángel termina perdiendo sus poderes? No quería saberlo realmente, tenía mucho miedo de la situación.

Trague saliva. — Ahn — Pronuncié su nombre, me miró. Su rostro estaba algo pálido, en ese momento, creí que era por el miedo. No lo culpaba por la situación pero estaba algo nervioso al respecto. —, será mejor que corras. — Él negó con la cabeza.

Estoy enojado, frustrado y triste, ¿qué podía hacer un demonio de segunda como yo? Ni siquiera era parte de la nobleza como para poder hacer algo. Ni un soldado, como para protegerlo. Era un simple esclavo más, que no tenía nada mejor que hacer que enamorarse del ángel de turno. Triste.

Me quedé unos segundos mirando su rostro, el cual me gustaba muchísimo, tan hermoso que era inexplicable. Hubo momentos donde, ni yo mismo podía creer lo que pensaba, era increíble. ¿Cómo una persona puede cambiar tanto de pensamiento? Al principio, la primera vez que lo vi, creí que era un ángel engreído, que venía aquí a molestar y ahora, estoy prácticamente destruido, muerto en vida, con el solo hecho de pensar que estos demonios lo saquen de mi vida.

Pero, tal y como vino, puede irse.

Los vi levantar sus espadas, empuñadas por herreros del infierno, las cuales son capaces de matar hasta al más fuerte y son capaces de partir la tierra en dos con sólo un movimiento.
Cerré los ojos, pude sentir como el aire se cortaba, los volví a abrir y inmediatamente toqué mi cuerpo, el cual estaba completamente bien, sin ningún rasguño. Me asusté, miré a Ahn, él ya no estaba junto a mí, se encontraba tirado en el suelo y los soldados se estaban retirando rápidamente de donde estaban. Estaban seguros que habían acabado con el ángel.

Me acerqué, simplemente no dije nada, no podía decirle algo. ¿Cómo podía decirle que iba a estar bien? ¿Qué se iba a recuperar? No podía decirle eso. Su rostro seguía igual de pálido que hace unos segundos, ¿habrá tenido miedo? Seguramente sí.
Mientras pensaba todo esto, me di cuenta cuan tonto soy, ¿por qué estoy reaccionando de esta forma? Es cómo si estuviera tratando de negar la realidad, mi realidad.

Su mano se apoyó en la mía, que estaba en el suelo, volví a mirarlo, tenía un poco de sangre en su rostro. Su rostro, tan hermoso y manchado, me dieron ganas de llorar, quiero llorar y, no puedo.
Algo que los demonios no pueden y en este momento necesito tanto, me gustaría poder llorar. Trague saliva.

— No quiero decir que lo siento pero... — ¿Cómo podría pedir disculpas? Me sentía realmente mal, era la primera vez que esperimentaba algo parecido y algo más que me asombraba, era el hecho que quería llorar. — Pero, ¿que he hecho mal? — Sentí como mis ojos se llenaban, no entendía que pasaba, era un sentimiento extraño. — Yo, por primera vez, quiero llorar pero no puedo, porque soy un demonio. — Bajé la cabeza, sintiendo un leve toque en la misma, la levanté nuevamente, su mano estaba en mi cabeza y me acariciaba gentilmente.

Amaba eso.

Cálido.

Sencillo.

Una paz inquebrantanle de un ángel caído, era adorable a mis ojos.

— No — Lo escuché rápida fuerte, más de lo que nunca lo escuché y continuó algo entrecortado, y agitado. —. Todo.. Está bien, Hotaru. — Por un segundo, no supe que decir, me quedé en silencio, observándolo.

¿Cómo sabía mi nombre? No quise decir nada, solo seguí oyendo.

— Todo estará bien, pequeño Hotaru. — Me sonrió.

Me gusta su sonrisa, debí de habérselo dicho.

— Te amo. — ¿Por qué? No podía decir nada, tenía un gran nudo en mi garganta.

— Ahn — Pronuncié su nombre y él sonrió débilmente mientras cerraba sus ojos lentamente. —, te amo.

— Hotaru..

Sus ojos se cerraron y nunca más fueron abiertos de nuevo.

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Buenas, eh, empecemos con la explicación.

Primero y principal, falta un capítulo más así, que sería el 20.3 y sería el último, que será relatado mitad por Ahn y mitad por Hotaru, si es que el capítulo se vuelve muy largo, trataré de hacer un capítulo 20.4.

El nombre "Hotaru" no es coreano, como se habrán dado cuenta obviamente. La razón por la cual elegí un nombre japonés, es porque, me gustó. No lo tenía decidido el nombre, no tenía un nombre y cuando estaba escribiendo el capítulo, me imagine a Ahn diciéndole Hotaru, pensé: "Wah, suena tan bien" entonces, decidí que fuera ese nombre. Además, Hotaru significa Luciérnaga, así que, llegue a la conclusión que Hotaru (Luciérnaga) alumbraba o hacia brillar a Ahn (Paz).

Quitando todo aquello, lloré mientras escribía este capítulo, ejmm... Debo de admitir que cuando estaba decidiendo el final de esta historia, me planteé varias cosas y una de ellas era la muerte de Ahn.

Ya todo esto dicho, si alguien quiere que le dedique el siguiente capítulo, simplemente deje un comentario aquí. Probablemente, sea al primer comentario que conteste esto (y si no hay comentario no se :c).

Gracias por leer y por votar, ¡siempre se agradece!

PD: cuando Hotaru dice que quiere llorar y no puede, es por el hecho que los demonios no tienen varios sentimientos, a diferencia de los humanos y los ángeles en esta historia. Si bien entienden ese sentimiento y saben que conlleva, no pueden lograrlo. Sentimientos como odio, ira, etc, los logran fácilmente.

Los Demonios También Se Enamoran ;; kookv Donde viven las historias. Descúbrelo ahora