<<Amore, è amore>>

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Ella estaba llorando.

Los lustrosos zapatos italianos negros hacían ese contraste con el suelo de  baldosa gris, y me recordaban a mi padre <<Amore, è amore>> esa fue, según su historia, la primera frase que mamá aprendió cuando llego a  Florencia, y en ese instante la frase hizo ese efecto mágico que hace el sabor dulzón del chocolate en mi boca, tenía la sensación de que algo grande pasaría.

Tal vez este divagando, pero escuche aquel susurro. Bajo, desesperado, y supe que era más que una simple añoranza.

Estaba en una iglesia.

No recordaba la primera vez que había venido, hacía ya tanto tiempo aquí en Milán que me conocía bastante bien la mayoría de sus iglesias ¿Por qué? Digamos que mi familia es de las religiosas.

Por lo tanto me sabía, cada salón detrás de cada puerta, donde guardaban los himnarios después de las reuniones, los contrastes entre el suelo de baldosa, la cerámica negra de los baños, y  por supuesto los escondites.

Ella estaba en el patio.

La brizna con el viento estaba a distancia, pero podía sentir el frío entrando por los poros de mis brazos, erizando mis cabellos entre gotas mínimas de lluvia por entre sus hebras, las sentía deslizándose hasta mi barbilla. Nunca recordé muy bien porque caminaba en medio de la lluvia por el patio de la iglesia en aquel momento, pero sea como sea, estoy feliz de haberlo hecho.

El muro que se divisaba después del pino frondoso que siempre dejo problemas para limpiar, era el mejor escondite para llorar, y hasta ese instante no lo sabía.

Hasta que la escuche.

Para el segundo en que oí aquel llanto, estaba completamente empapado, y miraba mis zapatos recordando con la voz salmodiante de mi padre mientras me decía aquella frase, él no lo sabía (ni tenía forma de saberlo) pero me guiaba a ella.

Todo me guiaba a ella.

- Stai bene?

Su cabello color avellana parecía en medio de la lluvia chocolate derretido, todas las gotas que se deslizaban por su vestido rosa le hacían ese contraste con su piel morena,  pero eso solo la hacía más hermosa. 

Ella estaba jadeando, su pecho se llenaba de aire tanto, como si con eso pudiera aspirar todo a su alrededor, la diferencia entre sus lagrimas y las gotas de lluvia no la notaba cualquier persona, pero yo lo vi. Sus lagrimas eran blancas, como si la esclera del ojo se derritiera junto con la lluvia. Se notaba más con sus ojos abiertos por completo, toparse conmigo le parecía asustar, así que di dos pasos atrás.

-Ehm, si... Digo- parecía bastante contrariada- Se.

-¿Hablas español?

Hubiera pedido retratar su cara en ese momento y nunca me hubiera cansado de mirarla. Porque sus ojos sonrieron por un segundo.

Solo un segundo.

-Tu...¿Te encuentras bien?

Inmediatamente contesto.

-Si, si... -Unas lagrimas más bajaron por su barbilla- N..o, nada esta bien.

Casi lloré yo, al verla tan dolida.

-Sé que no te conozco, pero...¿Puedo abrazarte?

Parecía dudar, pero como su sonrisa, solo duró un segundo.

Y asintió.

Mientras las sentía entre mis brazos empapados, escuchando su respiración cansina por el llanto, forzando mi calor para dejárselo, calmando su palpitaciones galopantes con mis ahora desastrosas palpitaciones. Quería que tradujera mi corazón.

El hecho es que, cuando estaba en aquel instante, descubrí el significado de esa frase.

Porque, el amor es el amor.

No cambió, ni cambiara jamás.




Tale Of LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora