9 | El sueño de Tony |

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•New York/ Apartamento de Potts•

Stephen y Pepper ayudaban a Tony a recostarse en la cama de la rubia.

- Te parece que hablemos mañana por la mañana, necesitas descansar Tony, el doctor y yo estaremos cuidando de ti- mencionó Pepper.

El castaño se hundió sobre la almohada el aroma de Pepper le dio tranquilidad y al mismo tiempo sintió nostalgia tal vez si hace un año hubiese seguido firme con su relación  ahora estarían casados tal vez algún hijo y serían felices, pero no fue así  y ahora tiene que lidiar con un matrimonio fracasado, y un corazón herido.

Con lo acontecido durante ese día el cansancio le abrumó y se dejó llevar por el sueño.

En la sala estaba Pepper sirviendo una taza de té al doctor que no dejaba de estar preocupado y molesto al mismo tiempo.

- Tony estará bien, no tienes que preocuparte Stephen- sonrió Pepper.

- me preocupa, porque sabes lo que pienso respecto a él- contestó con sinceridad el hechicero.

- estamos en la misma línea pero ese hombre de ahí dentro se enamora de idiotas todo el tiempo y nuestro trabajo es ayudarle a superarlos- dijo Pepper  bebiendo su té.

- porque me llamaste a mí y no a Rogers o los demás?-

- porque Tony solo confía en mí y si yo confío en ti el también lo hará, nuestra historia es complicada aunque tratemos de retomar lo que sea que tuvimos jamás funcionará porque el prefiere un par de brazos anchos donde refugiarse- susurró Pepper.

- lo sigues amando no es así?- Strange  bebió su té.

- nunca he dejado de hacerlo, y prefiero verlo feliz a costa de mi felicidad porque eso es el verdadero amor, deberías quedarte a descansar y mañana temprano charlar con él-

- volveré temprano, deberías hacerle compañía por si tiene pesadillas-  Strange mencionó mientras terminaba su taza de té.

Potts asintió ante el comentario de Stephen Strange y un par de minutos después el hechicero hizo uso nuevamente de sus portales y desapareció del departamento de la rubia, ella se encaminó a la recámara para ver al genio dormir y terminó por arroparlo con una manta e irse a dormir en un sillón.

••••

-¿Dónde estoy?-

El castaño caminaba entre arena y oscuridad,el polvo pareció removerse y unos ojos brillantes e hipnotizantes le miraron, con una voz dulce comenzó a hablarle.

- Anthony Stark, heredero real de Wakanda, haz cumplido tu deber con mi pueblo incluso siendo un destructor ,haz demostrado que tu alma es pura y llena de amor, sacrificio es lo que un verdadero rey hace por su pueblo y tu sacrificaste tu ser por alguien indigno-

Tony estaba con la cabeza al suelo, el miedo le inundó el cuerpo y estaba totalmente paralizado.

- no temas...mi nombre es Bast -

El castaño levantó su rostro hacia la pantera y sus ojos brillaron al par del Dios frente a él.

- voy a otorgarle el manto y con ello el conocimiento vasto del universo, no requieres el rito ceremonial ni beber la hierba en forma de corazón conocerás el verdadero poder- la voz del ente frente a él hacia eco por todo el lugar.

- yo..no entiendo porque, no soy especial solo soy un idiota que cree en las personas- los ojos dejaron de brillar y sus ojos castaños regresaron poco a poco llenándose de lágrimas.

- eres más de lo que crees que eres Anthony Stark- la pantera comenzó a desaparecer dejando al genio en un nuevo lugar.

La voz del dios pantera resonó con calidez.

"los ancestros te han dado un regalo y su bendición, toma la decisión correcta"

El castaño suspiró y sintió tranquilidad, era como si todo lo que alguna vez le preocupaba empezaba a desaparecer cual polvo.

•••••

La luz del sol poco a poco comenzaba a pasar a través de las cortinas el castaño comenzó a sentir la luz sobre sus párpados y poco a poco los comenzó a abrir.

El amarillo del sol iluminó los ojos del filántropo y reflejaron el color miel y lo puro de su alma tanto que se veía el dolor y la traición reflejada junto a un montón de emociones más que no lograrían comprender.

- Hey! Buenos días, te traje el desayuno- Pepper quien le sonreía con algo de nostalgia recordando viejos tiempos  ingreso a la habitación.

-Pep...-dijo el castaño sentándose sobre la cama.

Fueron sus únicas palabras antes de comenzar a llorar

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