Cap. 12

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—¿Quien se atrevió a tocar a mí prometida? —Sollozando sintió como este empujaba sus muslos con su rodilla antes de dejar caer sus caderas en el espacio.

—Me caí —Una risa llena de sarcasmo fue su respuesta. —Ajá y yo necesito un nuevo oráculo.

—Mire Sr.Harrison yo... —Sorprendida le sintió entrar con suavidad en ella aturdida sólo pudo encajar las uñas en su pecho con fuerzas.—Mañana tendré unas increíbles marcas imposibles de justificar cuando me quite la camisa para entrenar.

Sonrojada tiró de sus manos con rapidez antes de sentir como le volvía a morder en el cuello. —Un día y serás mía para siempre.

Tomando su pierna y sosteniendo la en su cadera le profano más profundo llevándola a sollozar de placer ¿Que era esa extraña sensación de liberación y gozó? ¿Porque antes había sido demasiado doloroso?

Tomando su cabello entre sus dedos lloró sin consuelo... Por que ella de nuevo, las caderas chocando contra sus muslos crearon un gran ruido dentro de aquella habitación. —Emy, mi Emy.

Abriendo los ojos le miró, sus ojos cerrados fuerte mente mientras se valanceaba contra su cuerpo una y otra vez..... Pasando los brazos por su cuello le llevó hasta sus labios sólo lo viviría por esa noche.

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La luz en sus ojos era molesta pero no deseaba abrirlos.

Entonces algo rozando su mejilla le hizo abrirlos, un mechón del pelo de Max que se escondía acorrucado en su pecho le rozaba en cada respiración lenta que este daba.

Su cara llena de belleza y paz era tan  perfecta y los sentimientos de la vieja Emilly aún estaban guardados en su ser... Pero una inmensa pena la llenaba al recordar que ella no había sido tratada así.

Tomando una almohada le insertó en medio sonriendo victoriosa cuando este le abrazó despegó con rapidez su cuerpo. —No puedo quedarme.

Tomando su bata gruño al no saber donde estaba la sala antigua donde había dejado su vestido, tomando una camisa de Max salió al pasillo tendría que andar de puntillas se dijo.

Había tardado tanto en dar con su vestido que ahora tenía un desastre, mirando con pánico el nudo en su cabeza le giró hasta lograr una simple cebolla. —No te pongas nerviosa solo ordena recuerda.

Caminando como si nada salió de aquel enorme lugar que no le traía buenos recuerdos. —¡Hasta nunca Rey Maximiliano!

Saltando de felicidad se acercó a un joven y mirándolo le ordenó llevarla a casa, el joven no había dudado en hacerlos y eso le había evitado gastar más tiempo.

—¡Mi niña! —Kaede salió corriendo de la casa era aún temprano sin embargó su embarcación de la madrugada estaba pérdida. —¡¿"En donde te haz metido niña llevo toda la noche en vela?!

Bajando del coche agradeció antes de mirar con una sonrisa a Kaede eran libres. —En esta casa no se levantan hasta pasadas las 8 Kaede ve por las maletas que deje atrás en la cocina en lo que llamó a un cochero.

Aceptando le miro partir, mirando la casa en la cual había muerto su madre sonrió. Ella no repetiría la historia Max no le mataría, no de nuevo.—¡Niña!

Subiendo al carrueja río cuando Kaede le miro horrorizada por no subir como una dama. —Kaede a partir de hoy somos libres...

—Mi niña no cante victoria hasta estar zarpando. —Un nudo en su estómago le indicó que las palabras de Kaede eran ciertas. —Seremos libres nana ya lo verás.

El camino le pareció demasiado largo cuando no tardaron ni 8 minutos en llegar pagando al cochero agradeció antes de ponerse una vieja capucha, debían pasar desapercibidas fuera como fuera.—sube y registranos Kaede comprare algo para el camino.

—Ten cuidado mi niña no me gusta este lugar.—Riendo observó a su Nana subir sin tocar la escalera entonces se alejó viendo los locales.

—¿Haz escuchado? —Tomando unas cuantas frutas pago antes de tomar unas piezas de pan y queso. —El Rey Harrison a mandado un ejército por las calles a buscar a Lady Lennox.

Jadeando al escuchar su nombre tiró de la capucha escondiendo su rostro ¿porqué le buscaba? —¿Por qué?

—Al parecer una criada le vio salir de su alcoba... Supongo que no le gustó despertar y no ver a su mujer. —Girando los ojos apretó las bolsas contra su pecho antes de intentar pasar. —Y no es todo al parecer otra criada vio salir un carruaje con dos mujeres de la casa de la Lady prometida.

Sorpresa inundó su mente cuando le escucho ¿Le habían sorprendido? Caminado con rapidez cruzo los locales entonces su cara quedó estática al observarlo.

Su uniforme pulcro y su espada estaban en sintionia entonces le miro gritar algo a los hombres antes de verlos correr por todos lados.

Entonces para su pesar sus ojos se conectaron y su mundo se desplomó ¿Cómo le había descubierto? La frialdad en su mirada la hizo temblar antes de dejar caer todas sus comprar a sus pies. —¡Emilly!

Renací Como La Esposa No Deseada Del ReyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora