Diosa

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11:13 p.m.

El panorama no cambiaba, el ruido de la fiesta se escuchaba de fondo, y la pelimorada estaba junto al rubio.

— ¿Qué esperas en tu noche, cocinero? — Fue directa, parecía una cita de trabajo.

— Bueno... No sé de estas cosas, Usopp sabría que decir. — El rubio se reía, mientras rascaba su nuca.

— Por lo poco que sé, te encantan las chicas, ¿no?

— Mmhf...— Con solo una visualización en su cabeza, sus ojos iban a tornarse un corazón.

— Lo sabía. ♡
También que les gusta el alcohol, mucha comida, música, si, si. Con eso puedo hacer suficiente.
Me imagino que tendrán invitados, ¿no?

— Ahora que lo mencionas... Habían dicho que se encargarían de eso, hay muchas personas que me encantaría estuviesen aquí.

— Bien, hablaré de eso con tus amigos también, ¿vendrá tu familia?

— No...lo sé.

— ¿E-Eh? ¿No es la parte más importante de los novios?

— Perdona, Carina-chan. — Hablar de su familia le estresaba, y no quería contaminar las vibras de la conversación pensando en eso. Asi que, sacó un cigarrillo y lo encendió, dando una calada. — No es como si estuvieran felices por mi. Aunque de hecho, tengo una hermana, probablemente ella.

— ... Lo comprendo. Perdón por indagar en el tema, es solo que...

— ¡N-No! No he hablado de esto con nadie, ni siquiera con los chicos, y es algo complicado hablarlo, pero siempre será un alivio si es una diosa quien escucha mis lamentos.

— Diosa, dices. — La pelimorada rió, mientras se volteaba para ver el mar. — Es cierto eso de que te gustan todas las chicas.

— Carina-chwan...— Sanji volteó también su vista al mar, pero no pudo evitar ver de reojo a la menor. — Efectivamente, soy un amante de las mujeres. Pero... Creo que cada una tiene un encanto especial.

La noche avanzaba, y se notaba más en el clima. La cantante cruzó los brazos en señal de sentir frío. Y fue entonces cuando Sanji se quitó su chaleco para ponérselo encima, aprovechando para ver su rostro.

— Entonces... Tú eres una Diosa única, Carina-chan. — Comentó Sanji, quién estaba encantado con los ojos azules de Carina, no los había visto tan bien como hubiera querido en su primera oportunidad de conocerse, pero estaba convencido de que eran hermosos.

Mientras tanto ella, conmovida por sus palabras y su acto caballeroso, miraba su rostro, y sin notarlo, tenía el rostro levemente sonrosado. Quería decir algo, pero no podía. Lo único consciente que hacia era sujetar el saco y no quitar la vista del rubio.

¿Qué diablos estaba pasando?

— Sanji, ¿estás ocupado? — Repentinamente, la voz de la arqueóloga se hizo presente, rompiendo la atmósfera del lugar.

— ¿Q-Q...? Oh, Robin-chwan. ♡
Estaba discutiendo unas cosas acerca de la despedida de soltero.

— Perdón la interrupción, solo quería decirte que ya vamos de regreso al hotel, por si querías acompañarnos. Es algo tarde después de todo.

— A-Ah... Se nos fue el tiempo...
¡Ire justo tras de ti Robin-chw—!
Oh, pero no puedo dejarla sola. — Sanji volteó hacia Carina, quién observaba desde su lugar a la morena.

— ¿Eh? No te preocupes por mi, cocinero.

— Es peligroso que una dama como usted esté sola a estas horas, asi que por favor, permitame acompañarla hasta su lugar de destino.

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⏰ Última actualización: Nov 22, 2022 ⏰

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