cap 12: 📷

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TN POV
Nuevamente, sentía que estaba en el cielo gracias al amor que Aidan me daba todos los días. Desde los detalles más simples, como traerme la comida, hasta besarme en los camerinos a escondidas de todos era lo único que me hacía sentir viva.

—¿Lista para irnos?— la voz de Aidan me interrumpió en mis pensamientos y rápidamente tomé mi mochila con todas mis cosas y nos dirigimos a esperar al chófer, que no tardó en venir por nosotros.

En el camino del set al hotel, estaba tan perdida en mis pensamientos que me quedé callada todo el rato. Todo iba normal, hasta que noté como el chófer se desviaba de la ruta que seguíamos todos los días.

Y sabía que Aidan tenía algo que ver.

Volteé a verlo con ojos cómplices y él me miró de la misma forma —¿A dónde vamos?— pregunté calmada —a tener una cita decente— su respuesta me causó confusión y me quedé callada, hasta que él decidió completar su frase —la primera y última vez que tuvimos una cita no pudimos disfrutar del lugar, entonces pensé en compensartelo de alguna forma— dijo lo último algo apenado.

Cuando terminó de hablar, medité un momento su propuesta y de un momento a otro, yo ya me encontraba encima de sus labios rosados, que por algún motivo sabían a cereza.

—_____.. tú siempre tan impulsiva— dijo con la respiración entrecortada. Sólo me reí ante su rostro rojo hasta las orejas —pero eso es lo que me encanta de tí— susurró cerca de mi rostro, para luego volver a besarme con desesperación.

Si el paraíso fuese una sensación, posiblemente sería besar a Aidan y notar la enorme necesidad que de hacerme suya cada que nos besamos.

—Llegamos— indicó el chófer y nos bajamos del carro. Todo el tiempo estuvimos tomados de la mano Aidan y yo.

•••••

La cita iba de maravilla. Risas, toqueteos por allí y por acá y alguno que otra mirada coqueta por parte de Aidan.

Los dos estábamos teniendo una plática genial, pero de pronto nuestros celulares comenzaron a vibrar incontrolablemente, haciendo que nos preocuparamos.

Aidan fue el primero en revisar su celular de los dos, y su  reacción fue una mirada preocupante, casi con temor. Al ver que yo no estaba entendiendo nada, giró su celular hacia mí cara y lo entendí todo de golpe.

—No otra vez..— fue lo primero que respondí. Otra vez, los paparazzis nos siguieron y nos tomaron fotos agarrados de la mano en uno de los restaurantes más concurridos de la ciudad. En otras palabras, están aquí. Exactamente, en la entrada.

Carajo. Nos escabullimos como pudimos y nos escapamos de los paparazzis, pero en sí, me ponía triste todo esto.

—Estaremos bien ______, saldremos de esta situación juntos— fue lo último que dijo Aidan, tomándome de la mano, antes de que yo decidiera hundirme en mis pensamientos e ignorar a todos.

Behind the scenes • Aidan GallagherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora