Parte 3

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Con su corazón latiendo apresurado y bombeando la sangre por montones a través de su cuerpo, Jungwoo trataba de concentrarse para llegar a su omega lo más rápido posible.

Además del sonido del bombeo de su sangre, dentro de su cabeza un grito de auxilio retumbaba con fuerza. Era aquel grito que los omegas emitían sólo en ocasiones donde veían su supervivencia puesta en riesgo y sin ninguna posibilidad de escapar por sí mismos. Era ahí cuando recurrían al llamado tan antiguo como su raza emitido por omegas y dedicado a sus alfas, para que sólo estos sean capaces de escuchar desde donde sea que se encuentren que están en peligro y los necesitan.

Estaba asustado y furioso como la mierda porque ese constante sonido en su cabeza le decía que su omega se encontraba en peligro y necesitaba con urgencia de su ayuda.

Pobre el desgraciado que se habían atrevido a joder la pacífica existencia de su Mark.

Su alfa saltaba dentro de él hasta el punto de tomar control por completo de su cuerpo y de su mente. Podría asegurar que sus pupilas se encontraban rojas y dilatadas en demostración de su animal interior.

Mark no era débil, era un omega totalmente capaz de defenderse. Hace poco más de un mes habían cumplido un año desde que eran pareja enlazada, tres desde que eran novios y jamás Mark había tenido que recurrir al llamado omega.

Sentía su camisa adherida a su cuerpo por el sudor frío que lo bañaba. Sus instintos lo estaban dirigiendo hacia su novio y algo le decía que aún estaba dentro de la universidad. Ahora sólo tenía que dejarse llevar por su lobo y descubrir el lugar exacto en el que su pequeño se encontraba.

Corrío como loco hacia el complejo de ingeniería en el ala sur de la universidad. Era tarde en la noche cuando escuchó aquel ruido que movió con fuerza todo en su interior hasta descolocarlo por completo.
Hace sólo un par de horas atrás, Jungwoo se había quedado matando tiempo en  la biblioteca principal, esperando a que Mark acabara con las correcciones finales de su proyecto para entregarlo en su primera clase al día siguiente. ¿En qué momento y por qué motivos alguien había decidido intimidar a Mark, a tal grado que, por primera vez en sus 20 años de vida, usara el llamado omega? 

Al abrir la puerta del edificio, lo golpeó con fuerza el embriagador olor a manzanas y miel de maple de Mark, pero lo sintió más potente y con un toque picante a canela, y de inmediato Jungwoo notó que no era su olor normal sino aquel que soltaba el cuerpo de Mark durante su celo. Y para empeorar la situación, en el ambiente también se encontraba el aroma a excitación de un alfa. Bueno, ahora SÍ estaba furioso. Su lobo rasguñó rabioso y encolerizado junto a su lado humano  al unir las piezas del rompecabezas y tener una idea previa de la horrorosa situación por la que seguramente pasaba su omega.

A toda prisa siguió ambos olores hasta las escaleras y llegando al segundo piso, escuchó la asquerosa voz de aquel alfa.

-Sal de ahí pequeño, estoy seguro que necesitas una polla en tu interior y estoy dispuesto a ayudarte.

Jungwoo reconocía al maldito. Era Seungho, un alfa de estatura promedio y contextura robusta que nunca le había dado buena espina y que se encontraba desesperado tocando la puerta del salón 27A en el que deducía se encontraba Mark encerrado.

-A-aléjate de mí. Sólo te estás dejando llevar por tu instinto, Seungho.

La mente de Mark trabajaba lo más rápido que podía bajo presión en busca de una salida segura. En todo caso, estaba dispuesto a esperar el tiempo que fuera suficiente a que Seungho se cansara de golpear la puerta y se marchara de una vez por todas o que Jungwoo notara que se estaba demorando más de lo normal y fuera en su búsqueda. A ese punto, Mark aceptaba cualquier opción que lo sacara de tan terrible situación.

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