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.Después de que ambos pequeños repitieron por décima vez el plan, decidieron ponerlo en marcha.
—Bien Nam, harás esto sin rodeos ¿De acuerdo?
El menor asintió con la cabeza no convencido del todo ¿pero que más le quedaba? Perdió la apuesta, y ante todo estaba su palabra.
Pero...
¿Y si todo resulta mal?
¿Y si SeokJin no está en el parque?
¿Le gustarán las personas menores?
¿Preferira a los chaparritos?
¿Si otro niño se le declara?
¿Qué tal si ya tiene novio?
Y lo más importante...
—Hyung...
—¿Ocurre algo, Nam? — Respondío el de cabellera oscura sin mirarlo, pues se estaba encargando de alistar los bocadillos que llevarían al parque.
—Usted, ¿cree que es posible romper a una persona?
YoonGi dejo su mochila y giró la vista al moreno.
—¿Hyung? ¿Acaso dije algo malo?
El nombrado suspiró divertido.
—Mi pequeño amigo, puedo decirte y afirmarte que una persona no puede romper a otra ni en dos, tres, cuatro o las cantidades que tú loca mente pueda imaginar.El más pequeño solto un suspiro despreocupado.
—Pero si hablamos de ti, no sabría que responder.
—¡Hyung!— Le soltó un fuerte codazo en la costilla izquierda.
...
—Hyung, creo que no es el mejor momento para una declaración.
—También lo creo.
Ambos niños se encuentran sentados en los columpios en los que suelen pasar la mayor parte del tiempo cada vez que van al parque.
Es una excelente posición ¿No lo cree hyung? Desde aquí puedo ver la hermosura y perfección que se carga SeokJin.
Pero esta ocasión es diferente.
Si, se puede lograr ver la brillante hermosura de SeokJin en sus cristalizados e hinchados ojos; si, se puede alcanzar a ver la perfección con la que caen sus lágrimas por sus suaves mejillas.
En esta ocasión, SeokJin estaba llorando.
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