Monstruos
La muerte es el motor de mi obra, el resorte, lo que realmente lo impulsa. Pienso una y otra vez en mi transitoriedad, en lo efímero de todo, en la impermanencia de cada idea, de cada afecto, de cada acción. Mis libros no son más que una búsqueda constante por aprehender el tiempo, por dejar constancia para las futuras generaciones de la alucinada época en la que nos tocó vivir. Pero me angustia saberme tan intrascendente, tan poca cosa, tan sin sentido. Y solo cuando escribo esa desesperación se desvanece, al menos momentáneamente. Luego regresa con toda su fuerza. Como no he tenido hijos, no existe la ilusión de ver la vida prolongándose más allá de mí mismo. Cuando murió mi padre, me quede en el aire: se supone que en ese momento uno lo remplaza, es decir, uno es el padre ahora. Pero ¿Cómo se llama un hijo al que se le muere su padre (esto es, un hijo que ya no es hijo), y que no desea remplazarlo (es decir, que él no es padre)? Ya no soy un hijo y tampoco soy un padre. Entonces, en la filigrana biológica que teje el tiempo, ¿Qué soy? Y mi única respuesta está en la escritura: soy un individuo que aprendió a reproducirse por otros medio, en otras matrices, en úteros que no son de carne y sangre. Soy un artista que procrea engendros, monstruos, y que espera que esos seres deformes e inmundos (seres del inframundo) lo emparienten con el resto de la humanidad.
-Mario Mendoza, La Importancia De Morir A Tiempo.
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Frases Inspiradoras De Escritores, Para Escritores.
De Todo¿No puedes escribir? ¿Has perdido la fe? ¿La fuerza? ¿La inspiración? ¡No te preocupes no eres el único! A la mayoría por no decir a todos los escritores nos ha pasado alguna vez, seas escritor de cuentos, novelas, fanfics o poesía, no interesa que...