Por un encuentro cuando es un niño, Harry tiene un guardián. En forma animal, es un zorro de nueve colas, y como humano, un hombre joven llamado Draco, que lo único que le pide es que mantenga el secreto por diez años, para que pueda ser libre al fi...
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Harry cumple los veinte años y tiene un grave problema con la autoridad. No se ha dado cuenta hasta que McGonagall lo reprende frente a todos, y le muestra que los niños comienzan a imitar su comportamiento arisco y explosivo. Odia en lo que se ha convertido.
El orfanato Hogwarts ardió en llamas, en medio de la noche, en enero. Los niños, instalados en el pueblo y a resguardo con sus cuidadores, señalaron el humo con pánico. Es reconstruido, e incluso expandido, a partir de mediados de febrero, cuando Snape, con su aire amargado usual, le habla de una herencia familiar, legado de su padre, y otra por su padrino, ambos muertos hace años, que tendría que llegar a sus manos a los veintiuno; el hombre dice que puede hacerse una excepción, si lo desea, y él nunca se imaginó que fuese un sujeto tan considerado para siquiera ofrecerlo.
El proyecto queda en sus manos y es lo único que lo mantiene al borde del precipicio. Quiere cuartos amplios, para que los niños no tropiecen entre sí al salir, y un parque para los más pequeños, necesitan llenar despensas de comida, recuperar los objetos que no pudieron llevar consigo ni ser salvados.
Él visita el bosque cada mañana y cada noche. Nunca hay flores violetas bajo la comida que deja y debe recoger después, y el tronco hueco aún tiene todo lo que consiguió para Draco en esos nueve años.
Un día, la gata de McGonagall desaparece. Una semana más tarde, un pueblerino que ayuda con la reconstrucción del orfanato, avisa que los que causaron el desastre han sido hallados muertos.
La gata vuelve al día siguiente. Harry se pone de cuclillas frente a ella, en el despacho nuevo y a medio terminar, y le suplica que le diga sobre su paradero. Él es consciente de que ella sabe más de lo que demuestra, y ella está segura de que él lo sabe.
Menea la cabeza y se aleja.
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Harry tiene veintiuno y piensa que puede encontrar a Draco en cada esquina. Pasa horas dando vueltas en el pueblo, con la esperanza de hallarlo.
Nunca lo hace.
Se ha dormido cien veces en el bosque, esperándolo.
Nunca llega.
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Harry tiene veintidós y sólo se ríe cuando los niños están cerca. Es su deber cuidarlos.
Son lo único que le queda.
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Harry tiene veintitrés y se toma una semana de vacaciones, para ir a la boda y posterior celebración de Ron y Hermione. Extrañaba a sus amigos.
Ella nota lo decaído que está y lo abraza por horas. No tiene palabras con las que explicar lo que ocurrió.
Algunos secretos permanecen como secretos durante toda la vida.