¿Alguna vez has escuchado la frase "del odio al amor hay solo un paso"?
¿Qué pasaría sí te digo que también hay solo un paso hacía la obsesión?
Y sin darte cuenta el "amor" se vuelve tan grande, que ni tu mismo puedes sostener. Te das cuenta que qu...
Mi mamá como de costumbre preparaba el desayuno, eran las 7:20 a.m. y yo no quería ir a la escuela, otro año no.
- Es hora de que te levantes, no puedes llegar tarde a la escuela en el primer día - gritó mi mamá desde la cocina.
- ¡Ya voy! - grite aún acostado.
Realmente no quiero ir, es mi ultimo año y sé que debería estar emocionado, pero, es todo lo contrario, la escuela es el peor lugar en el que he estado, no tengo amigos y siempre estoy en la mira de varios bravucones y aún así mamá se dispone a llevarme incluso a rastras.
- ¡Derek! por favor, ya son las 7:30 a.m. - grito mientras tocaba mi puerta disponiéndose a quedarse ahí hasta que me levantara.
Abrí la puerta con el cabello totalmente despeinado, no traía puesto mas que el bóxer por lo que mamá me ordeno que me vistiera o me llevaría así hasta la entrada.
Proseguí a bañarme y después de 20 min. ya estaba abajo desayunando un típico desayuno americano, comía lento esperando que mamá cambiara de opinión y entonces ella hablo.
- ¿No estás emocionado? ¡Es tu ultimo año! Deberías poner de tu parte para que este sea tu mejor año, tal vez conozcas a alguien. - Gritó emocionada que casi tira la comida que preparaba para papá.
- Norma déjalo en paz, lo abrumas con tus comentarios. - le respondió papá sin quitar la mirada del periódico.
- Ya hablamos de eso mamá - la mire con algo de molestia.
Después de terminar tome mi mochila y me dirigí a la escuela, una ventaja era vivir a unas calles aunque no quisiera ir. Era el momento, estaba frente a la escuela, recordaba lo difícil que era cruzar por esos pasillos y no quería enfrentarme otra vez a eso. Respire hondo una vez mas y fui a pedir mi horario, ¿qué más podía hacer?. Me dirigí a mi primer clase y como de costumbre me senté al final cerca la ventana.
Comenzó la clase, todo iba mucho mejor de lo que esperaba, de repente la clase se vio interrumpida, el profesor tomó un papel que traía una secretaria y dejo pasar a una chica, solo la veía de espaldas por lo que no preste atención hasta que giro.
- Tenemos a una alumna de nuevo ingreso "Adara Millers" - ella giro y sonrió tímidamente - ¿quieres presentarte? - se dirigió el profesor hacía ella.
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- Mi nombre es Adara, vengo de Virginia, por cuestiones del trabajo de papá tuvimos que mudarnos - seguido a eso el profesor le indico que se sentara a lado mio.
Ella se sentó y me sonrió, yo no pude decir nada, me sentía hipnotizado por ella, la clase había terminado y no paraba de verla, se veía tan hermosa con la blusa color guinda y unos vaqueros, su cabello recogido y un maquillaje tan natural, mi corazón se empezó a acelerar sin parar cuando ella me dirigió la palabra.
- Disculpa, ¿podrías decirme donde está el salón de ciencias? - pregunto tímida.
- Claro - trate de incorporarme rápido.
La acompañe hasta el salón y ella me agradeció seguido de una sonrisa, me sentí tan lleno por un momento que me olvidé por completo que iba tarde a clase de geometría, al acelerar el paso escuché su voz.
- ¡Oye! - gritó, por lo que me giré.
- ¿Cuál es tu nombre? - gritó nuevamente mientras se acercaba.
- Derek Johonson - le grité por acto de reflejo, aunque ella estaba mas cerca.
- Muchas gracias Derek Johonson - dijo sonriendo y besó mi mejilla, por un momento sentí que mi ritmo cardíaco se aceleraba mas que antes y mi rostro se ponía rojo mientras veía que regresaba al salón nuevamente.
El pasillo estaba vacío, llegaría 10 min. tarde a mi clase y no me importaba, me sentía feliz, lleno y pleno como nunca antes, jamas había sentido esto, entonces lo pensé, esa felicidad no podía arrebatármela nadie.
