En Mis Sueños

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Después de ése día tal vez mis deseos extraños se habían calmado, tomaba mis clases sin problemas, pasaba ratos con ella y me encantaba ver su sonrisa, la cual me decía que no estaba haciendo las cosas tan mal.

Yo podía darme cuenta de que la amaba realmente, y ahora conocía todo de ella, estaba enamorado perdidamente, y yo sabía que Adara también lo estaba.

Aunque como tal, no éramos nada, solo pasábamos el tiempo juntos y sí de vez en cuando nos besábamos... Pero no éramos nada, al menos no todavía.

Después de unas semanas llenas de emociones y permitiéndome enamorarme de una forma un tanto peculiar, por primera vez mi mamá me interrogó, yo sé que no es para hostigar, le preocupo y finalmente soy su único hijo

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Después de unas semanas llenas de emociones y permitiéndome enamorarme de una forma un tanto peculiar, por primera vez mi mamá me interrogó, yo sé que no es para hostigar, le preocupo y finalmente soy su único hijo.

- Derek necesito hablar contigo. - dijo en tono serio sentada en la sala mientras yo entraba por la puerta siendo casi las 8 p.m.

- ¿De qué quieres hablar? - la miré un tanto preocupado, asombrado y nervioso.

- Ven acá, necesito que me digas qué está pasando, llegas a éstas horas desde hace un mes y no quiero decir que es malo, pero no es normal, sales a las 2 p.m. Y es obvio que no quieres contarnos algo. - paso de sería a acercase a mi, me miraba tiernamente.

- Bien... - respiré profundo - salgo después de la escuela con Adara, a veces vamos al parque, o nos quedamos en su casa con su mamá o ceno a veces con sus padres. - terminé diciendo tragando saliva, un tanto nervioso.

- ¿¡Qué!? - me miró un tanto sorprendida y confundida.

- ¿¡Porqué no me dijiste!?, ¿¡Quién es Adara!? Y ¿¡porqué no me la has presentado aún!? - me dijo un tanto molesta y feliz.

-Por que no somos nada... O bueno... No todavía. - le contesté con una ligera sonrisa y con la cabeza agachada para ocultar mi sonrojo. En eso sentí que mi mamá me abrazaba y me dijo al oído.

- Estoy muy feliz por ti... - hizo una pausa - pero tienes que presentarmela. - solo pude reír ya sabía que eso me pediría.

- Te prometo que lo haré ¿si? - sonreí un poco nervioso

- Está bien, pero ve a dormir que si no mañana no te vas a querer levantar como siempre - cambió su tono de voz de repente así que sólo la obedecí.

Subí a mi cuarto, dejé la mochila cerca de la puerta, me quité la playera, el pantalón y me recosté en mi cama y pensaba en lo lindo de los últimos días, yo sabía que estaba enamorado y tenía que decírselo, entre mis pensamientos me quedé dormido.

- Buenos días dormilón - escuché su linda voz que provenía a un lado de mi.

Abrí mis ojos lentamente y pude mirar su rostro, me miraba tiernamente con una sonrisa, baje mi mirada y estaba ella debajo de las sábanas que la cubrían perfectamente pero dejaban ver la silueta de su cuerpo sin ropa.

- Buenos días preciosa - le sonreí de forma pícara mordiendo un poco mis labios.

Ella se acercó a mí, me beso lentamente y al sentir mi respiración acelerada pasé mis manos recorriendo su cuerpo desnudo, las detuve en su cintura para acercarla más.

Comencé a besar su cuello lentamente, besé sus hombros mientras ella pasaba su cabello al lado contrario y me miraba con una sonrisa, continuamos un rato besándonos y nuestras respiración aumentaba gradualmente, baje mis manos y la apreté contra mí y ella repetía mi nombre.

- Derek -

- Derek -

- ¡Derek! Ya levántate por favor, ve la hora, siempre es lo mismo contigo. - dijo molesta mi mamá mientras abría las ventanas para despertarme. - El desayuno ya está listo te quiero abajo en 30 minutos - termino diciendo casi gritando.

Me quedé un poco sacado de onda, estaba claro que era solo un sueño, ella no me permitiría ir tan lejos, al menos no ahorita, me metí a bañar y entré mis pensamientos la imaginaba conmigo, su cuerpo, estaba deseoso por el, por tocarlo, por hacerlo mío y al percatarme de esto golpeé la pared mojada, no quería sentirme así, no quería hacerle daño, a ella no, golpeé la pared una y otra vez.

- ¿¡Porqué!? MALDITA SEA ¿¡PORQUÉ!? - golpeé por última vez la pared con mis dedos sangrando y con lágrimas en los ojos.

Me recargue en la pared y terminé sentado en la ducha, no paraba de llorar no quería hacerle daño, pero había algo en mi que así lo quería, ni siquiera me percaté del tiempo y cuando miré mi mamá llegó preocupada.

- Mi amor ¿qué te ocurre? - mi mamá entró preocupada al baño al escucharme llorar y ver que el agua seguía corriendo, cerró la llave y me cubrió con una toalla y al ver mis manos. - ¡Por Dios Derek! ¿Qué pasa? - me miró asustada, me ayudó a ir a mi cama y buscó alcohol y algodón para curarme, mis manos no paraban de sangrar.

Comenzó a curar mis manos, y aún así yo no paraba de llorar, me ayudó a vestirme y cuando estaba "mejor" finalmente me preguntó.

- Mi niño, dime que sucede, esto no es normal en ti. - me miró a los ojos preocupada y sosteniendo mis manos con ternura y delicadeza para no lastimarme.

Yo no podía decirle nada, ¿cómo le decía que no sabía cómo controlarme? Que tenía deseos que me enfermaban la mente, sensaciones que nunca había sentido, ¿cómo le decía que estaba obsesionado con ella? ¿cómo le decía que podía dañar a la mujer de la que estaba enamorado? ¿¡CÓMO!?

Ella pensaría que estaba mal o cualquier cosa, esto no lo podía saber nadie, era yo y los monstruos en mi cabeza, pero estaba claro que ella sabía que no estaba bien y no me dejaría en paz hasta saberlo.

Adicto a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora