Cap. 0- Tarta de lima

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Afueras de Atlanta, Georgia

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Afueras de Atlanta, Georgia. Enero de 2013


―Tamizar cien gramos de harina sobre el azúcar en polvo...

Las instrucciones de la receta eran claras y sencillas, incluso para alguien como Lennon, que nunca antes había intentado algo tan normal como preparar una tarta de lima.

Una melodía de Tchaikovsky sonaba de fondo en la cocina, acompañando los distraídos movimientos de la joven alrededor de la isla, repleta de paquetes de harina, azúcar, frutas troceadas y boles con mezclas de aspecto sospechoso. Pese a la lluvia torrencial que se adivinaba a través de las ventanas, el ambiente en el interior de la casa no podía ser más ameno. Un observador casual nunca habría sospechado la verdad detrás de esa mujer de ojos grises y melena caoba que tarareaba música clásica mientras ponía en práctica unas habilidades cuestionables para la repostería.

En esas circunstancias, casi parecía una habitual más del bonito barrio residencial.

Sin embargo, cuando un agudo pitido inundó la estancia, las manos de la joven volaron instintivamente hacia sus botas, en busca de las dagas cortas que siempre llevaba consigo... antes.

Lennon exhaló un suspiro.

Esa ya no era su vida. En su calzado no había armas ocultas y el pitido no era un aviso de bomba ni un tiro a punto de impactar contra su nuca; solo el agua hirviendo en la tetera.

―Tranquilízate, Lennon ―murmuró para sí misma, observando su reflejo en el vidrio de la ventana―. Todo está bien, tranquilízate...

Ya casi habían transcurrido dos años desde que se había propuesto empezar de nuevo, dejar atrás la oscuridad que arrastraba consigo, pero los instintos adquiridos durante su tiempo en Japón estaban tan grabados a fuego en su interior que difícilmente llegarían a desvanecerse algún día.

Así era cómo marcaba la Mano (el poderoso clan de asesinos ninja que la había acogido cuando no tenía nada ni a nadie), corrompía el alma de sus miembros hasta no dejar más que ciega lealtad a su causa. Ellos le habían enseñado todo lo que sabía. La habían criado como a uno más de los suyos, la habían entrenado para ser la mejor entre los mejores.

Durante años Lennon no se había cuestionado qué hacía ahí, ni qué habría visto en ella Kigiri para, en lugar de denunciarla (cuando, siendo ella una cría de trece años que vagaba por Hell's Kitchen tras huir de su última casa de acogida, intentó hurtarle la cartera), decidir convertirla en su pupila. Ese robo fallido supuso un antes y un después en la vida de Lennon; a raíz de ese encuentro, Kigiri, uno de los líderes de la Mano, la tomó bajo su tutela, llevándosela consigo a Japón.

No fue hasta que cumplió la mayoría de edad cuando Lennon descubrió la razón que había motivado el interés inicial de su sensei. Ella no era una humana corriente con facilidad para aprender artes marciales y esgrima. Era una inhumana, una inhumana que ni siquiera recordaba haber pasado por la Terrigénesis, con un don aparentemente inútil, pero de gran potencial llegado el momento.

Blackrose » Sam Wilson x OC / Steve Rogers x OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora