~III~

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Después de un mes de llegar tarde y estar completamente descentrada

en el trabajo, al Sr Boots, mi jefe, no le quedó otra opción que despedirme. Así

que ese día no me había siquiera arreglado para ir a la oficina, tan solo me

puse lo primero que encontré y cogí un par de cajas para meter mis cosas del

despacho. Como no tenía prisa por llegar tarde me decidí a ir paseando, como

había hecho las últimas semanas. Al llegar al piso donde se encontraba mi

antiguo despacho, mi exsecretaria me miró, pero ni siquiera se dignó a

saludarme. Tampoco es que me sorprendiera, en la sociedad en la que vivo si

te echan del trabajo por tu culpa eres un apestado, ya que has desaprovechado

tu oportunidad de subir de estamento. Eso mismo, si trabajas duro pueden

nombrarte directivo general, ellos ya pertenecen a otro rango, viven en otro

distrito, comen en otros restaurantes y compran en otras tiendas. Así que entré

en silencio a mi antiguo despacho y empaqué todas mis pertenencias: fotos,

cuadros de diplomas, trofeos y premios, libros y alguna muda de ropa que

había dejado para cuando trabajaba hasta tarde.

Al salir del edificio me dirigí de vuelta a mi apartamento ya que no tenía

nada mejor que hacer. Como iba ensimismada en mis pensamientos, no me di

cuenta de que me había perdido hasta que vi la entrada de a un parque que

nunca había visto. Entré. Un riachuelo corría al lado del camino, que estaba

cubierto por las hermosas y espesas copas de los granados y almendros en flor

que se encontraban a ambos lados de este. Después de caminar un rato y

meterme por un pequeño caminito, encontré una pequeña plaza muy poco

concurrida, y ahí me senté a pensar. Pensar, sobre todo, en lo que había

dejado atrás, no mi trabajo y mi vida cómoda, antes de eso, como era mi vida y

lo que sucedió que me permitió salir de ella.

Lo siguiente que vi al abrir los ojos fue a Isabella mirándome desde

arriba, estaba tumbada en lo que parecía ser mi cama, ¿cómo habría llegado

allí? Isabella me dijo que la cena ya estaba hecha, tocándome en la cabeza y

después de batallar contra un punzante dolor en la zona trasera de mi cabeza

me levante y cene con la chica, estaba muy cansada así que simplemente le

deje una manta a Isabella por si quería quedarse a dormir y me fui a la cama, la

caja con mis pertenencias de la oficina estaba encima del escritorio, con una

nota encima, "Tori, como no te despiertas y ha llamado tu jefe un par de

veces he ido a buscar tus cosas", sin más la verdad, necesitaba dormir, no

tenía ni idea de lo que había pasado durante el día pero no estaba tampoco en

condiciones de pensar mucho.

SincerelyWhere stories live. Discover now