Gema_Carta143 Capítulo dedicado a una persona de gran importancia en mi vida, que me ha apoyado en distintas ocasiones. Supondré que entenderas qué es para ti, sino, tendré que explicartelo con manzanitas.
Sam
Buena elección.
— Entonces ¿Cómo les fue? — Blanca pregunta como por tercera vez.
— Bien.
Desde que nos vimos hace quince minutos al llegar al instituto no deja de insistir sobre la cita, le conté a dónde fuimos, mas no qué hicimos.
— ¡Por favor! No seas tan cruel conmigo, Sam — hace puchero y me ve con cara de drama. La miro molesta porque voy a ceder y ella lo sabe.
— Bueno, no fuimos precisamente unos santos. Disfrutamos de los juegos y otras cosas — mientras digo lo último se me escapan pequeñas risas.
— ¡¿Qué otras cosas?!
— Digamos que hubo un poco de manos, besos, mordidas y... Muchas cosas.
— ¡Oh, mierda! ¡Dame detalles, mujer! ¡De-ta-lles!
— ¡Me niego! No seas chismosa. Ahora camina que vamos tarde.
— Eres tan cruel.
— Lo sé.
****
Pasan sólo algunos días y anhelo las mañanas, al llegar al instituto me reciben unos cálidos ojos marrones, un beso matador para mi suerte y una nota. Que... ¡Dios! Me hacen tan feliz, me hacen reír, sentir cariño e incluso una vez a escondidas se me escapo una solitaria lágrima de felicidad.
Él me hace sentir un remolino de cosas, que a veces creo que ya estoy completamente idiota.
Sinceramente me ha sorprendido. Matthew siempre ha creído que no es bueno para amar, que no es bueno para una relación, pero con sus gestos, palabras y hechos demuestra lo contrario.
A veces, me provoca sarandearlo mientras le grito lo grandioso que es, a ver si lo entiende. Pero conociéndolo, es muy capaz de quedar en el aire.
Al sentir unos brazos rodear mi cintura, me asusto y muevo mi codo hacia atrás golpeando una superficie un poco blanda.
— ¡Mierda! ¿Pretendes dejarme sin aire, Sam? Sé que te hago enojar, pero si quieres te consigo un saco de boxeo para que no la agarres conmigo.
Me río con ganas mientras él aún permanece encorvado, que drama.
— No seas dramático, ni te golpeé fuerte.
— Dile eso a mi tonificado abdomen.
— ¿Hueles eso? Huele a un absurdo ego por ahí.
Se reincorpora y me atrapa entre sus brazos, dejándome sin escapatoria.
— Ja-Ja. Qué risa me causas, dulce Sam. ¿Qué tal si —comienza a dejar cortos besos por mi cuello, que me hacen estar al borde de colapsar de locura y cosquillas—, dejo algunos besos por aquí?
Debato mentalmente entre dejar que siga o si lo alejo, porque esos besos y que pase su barbilla por mi cuello ahora de verdad me está generando cosquillas. Comienzo a moverme como lombriz y a soltar risas.
— ¡Sueltame, pervertido sin remedio! —golpeo con suavidad su hombro.
— No me decías eso cuando estábamos en el inflable. —sonríe con burla en mi cara al ver como me convierto en un tomate con cuerpo.
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Siento más cosas por ti.
Teen FictionSegunda parte de: Lo que siento por ti. Una chica que ya no está dispuesta a solo ver al chico que le gusta, pero no quiere luchar por él por temor al fracaso. Y un chico que comienza a descubrir sentimientos que estuvieron ocultos en lo profundo de...