Capítulo 3. Cosas inesperadas.

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Es Lunes por la mañana y está lloviendo bastante fuerte, genial, tengo que trasladarme hasta mi aula. En el colegio hay tres edificios y para mi grandiosa suerte me toca clase en el que está ubicado hasta la parte de atrás, tengo que caminar un buen trayecto y ni siquiera estoy poniendo atención mientras me dirijo a mi clase, tomo la decisión de colocarme los auriculares y cubrirlos con el gorro de la sudadera, de este modo me adentro en el mundo de la música una vez más, de pronto siento que alguien me ha tocado el trasero, me volteó furiosa al instante sin que me importe un carajo quien pueda estar detrás de mi, levanto la mano y abofeteo al sujeto sin pensarlo, acto seguido me retiro los auriculares y el gorro de la cabeza, al ver a quien he golpeado me sonrojo de pies a cabeza.
-Auch, tienes la mano muy pesada, ¿qué te sucede?-reclama Ander bastante sorprendido.
Demonios, lo he abofeteado y le deje bastante rojizo el cachete, no para de sobarse.
Ander es el chico que me gustaría que formará parte de mi vida, es el quien causa toda una horda de sentimientos en mí.
-Dios mío, no percaté que fueses tú... mmm... yo... yo creo que comprendes, creí que era cualquiera de los estudiantes y simplemente quise defenderme ante la vulgaridad...-explico.
-¿Y desde cuando "la vulgaridad" se responde con violencia, señorita?-sonríe juguetón.
<<¿Qué? ¿No debería estar molesto?>>, pienso al instante. Esa maldita sonrisa tan atractiva es la que ha causado problemas, me mantiene en un laberinto tentativo y no me deja salir de ahí.
-Te ofrezco una disculpa de la manera más atenta, no ha sido mi intención y lo que he hecho no tiene excusa, pero ¿por qué me has tocado?-desvío la mirada ruborizada.
-¿Acaso no te encantó la idea? Atrévete a negarlo conmigo.-coloca su mano en sus carnosos labios.
<<Pero ¿qué diablos?>>. Puedo sentir como mi piel se enciende con tan solo esas palabras.
-No no me ha encantado.-Miento-. ¿Qué hacemos aquí permitiendo que la lluvia inunde nuestros cuerpos?-digo ahora con confusión.
-No me interesa estar mojándome si estamos juntos, aunque la única razón por la cual toqué tu "trasero" es porque como puedes ver uno de mis libros se deslizo y al intentar alcanzarlo... bueno olvidémoslo, tal vez no alcancé el libro pero creo que alcancé algo mejor, señoritaa...- sonríe de la forma más coqueta que he visto jamás, y creo morir.
Ni siquiera me ha molestado su comentario, sé que usa unas palabras inapropiadas pero al salir de sus labios suena tan juguetón que lo dejo pasar, no percaté cuando fue que uno de sus libros se cayó, ya lleva tiempo en el agua, ¡oh no!. Me agacho para recogerlo y él me alcanza enseguida, trato de hacerme la tonta mientras tomo el libro y le rozo la mano con delicadeza, de momento nuestros ojos se encuentran y no cabe duda que al parecer tanto a él como a mí nos ha sorprendido mi acción, me levanto de inmediato con su libro y se lo regreso sin decir más. No le dije ni adiós.

Es rara la forma en la que siempre coincidimos, sin ponernos de acuerdo ni inventar excusas, pero bien dicen que las mejores cosas suceden sin ser planeadas, que los mejores desastres pueden generar grandes destinos, así que de mi parte está bien, no me interesa si son cinco minutos lo que hablamos, para mi son más que suficientes, el maravilloso hecho de poder mirar sus labios generando movimiento y que esté a unos centímetros de mi cuerpo es indescriptible. Me imagino la forma en la que lo observo, como contemplo cada detalle de su hermoso cuerpo, y sin duda alguna la torpe sonrisa que debo poner. Entro al aula y sólo estaba ahí mi mejor amiga Xiomara. La salude y comenzamos a platicar por mientras que llegaban el resto de nuestras amigas, generalmente en nuestro grupito somos seis: Beatriz, Natalie, Celia, Steph, Xiomara y yo.
El día ha transcurrido de la mejor manera, estoy en clase de Inglés realizando una traducción cuando de pronto alguien toca la puerta, mis ojos van directamente a ella y veo a Ander en la entrada con esa sonrisa perfecta que enamora a cualquiera. Por supuesto no podía faltar Fátima al lado suyo, me pregunto cuando se despegara de él por una maldita vez, siempre están juntos y me muero de celos cada vez que los miro. Fátima es la típica chica que está acostumbrada a ligarse al más guapo del colegio, cree que puede obtener todo lo que desea y si fuera peor ambos están en la misma Aula y taller.
-Teacher, May i come in?- Pregunta Ander.
-Yes, for sure.- Responde la Teacher.
Entran los dos y se colocan enfrente de todo el grupo para que podamos verlos.
-Buenas tardes compañeros, como ustedes saben Fátima y yo somos del consejo estudiantil, por lo cual les hacemos una cordial invitación a la posada Navideña que se llevará acabo el día 22 de Diciembre dentro del colegio, pueden vestir ropa normal y cooperar con alguna botana para compartir- anuncia Ander alegremente.
A mi alrededor veo como mis compañeras recorren con la mirada a Ander, está claro que se mueren por él, me encantaría comprarles un babero a todas para que la baba no vaya directamente al suelo. Rayos, estoy celosa...me digo a mi misma mientras pongo los ojos en blanco.
-¡¿Alguna duda, compañeros?!- Grita él.
-Claro, ¿podré bailar contigo ese día?- Contesta Emma desde una esquina del Aula (es una tipa que siempre ha sido muy volada con los chavos en general, y siempre ha querido una oportunidad con Ander).
Volteo de inmediato hacía donde se encuentra para ver su reacción, sin duda no se esperaba esa pregunta, por lo cual se ruboriza de la forma más linda y puedo asegurar que ningún chavo se vería tan bien como él.
-Ya veremos, Emma- le guiña un ojo y me busca con la mirada.
<<Imbécil>>. Evito mirarlo para disimular que el comentario y acto me han incomodado.
-Lastima que sea mío- replica Fátima con sonrisa triunfante. <<Genial, quiero largarme de aquí>>.
En el salón comienzan a echarles carrilla y hacer comentarios que me molestan bastante debido al sentimiento que acorrala cada vez más a mi corazón. Para mi suerte no pasan ni diez segundos cuando suena la campana, tomo mi mochila de una forma agresiva y salgo del Aula, camino lo más acelerado posible, y justo cuando estoy llegando a la salida alguien toma mi mano derecha y la jala.
-Disculpa, ¿quién te cre...?- Me detengo al instante al ver que es Ander.
-Uyyy, parece que alguien no está de buen humor, ¿me darás una cachetada de nuevo?- Sonríe.
Estoy tan molesta (no sé porque, si no somos nada), así que me suelto de él, lo dejo ahí parado y sigo caminando, el instinto me gana y cuando me vuelvo para mirarlo Fátima ya está con él, me arrepiento al instante.

Al llegar a mi casa inmediatamente comienzo a realizar actividades para distraerme de lo que ha ocurrido anteriormente, quiero despejarme y no atormentarme con ello, mi mente no merece consumirse con pensamientos relacionados a ellos, no vale la pena. Pasan las horas y gracias a que ocupe mi tiempo de una manera productiva me mantuve ocupada y tranquila. Me encuentro en mi habitación acostada en la cama, tomo mi celular y veo que tengo varios mensajes de texto de Ander, mi corazón da un salto y sonrío como una tonta al ver su nombre en la pantalla, es curioso que a pesar de que no esté conmigo pueda sentirlo tan cerca.
Abro los mensajes de texto para leerlos.
*¿Por qué te has ido tan rápido hoy?¿Te confieso algo? Quería que te quedaras... *
<<Ayyy, dios, jamás creí que le tomaría importancia>>.
Veo uno último y dice: *Responde en cuanto puedas*. Decido tomarme mi tiempo y no contestarle, me levanto de la cama, agarro mi diario y comienzo a escribir lo que aconteció hoy, me gusta escribir lo que pienso y siento, es mi forma de desahogar mis sentimientos más profundos ya que no siempre puedo decir lo que me gustaría que los demás oyeran solo por miedo, asimismo han habido cosas que tuve que callar cuando debería haberlas gritado. Está por demás reconocer que es así como nadie puede juzgarte ni inmiscuirse en tu vida.

Han pasado veinte minutos cuando tomo mi celular del ropero y le escribo:
*No me ha molestado nada, simplemente debía marcharme pronto ya que había cosas por realizar en casa, te ofrezco una disculpa por si he sido grosera*.
*No te disculpes conmigo, no fuiste grosera, simplemente te has ido bastante rápido y me hubiera gustado hablar contigo*.
<< ¿Es en serio?>>
*Mmm, lastima que no se pudo :(*.
Esa mirada
*¿Te gustaría hablar mañana conmigo?* Pregunta.
Lo pienso por un instante, aunque es evidente que no rechazaría la oportunidad de tenerlo cerca.
Pero los celos me traicionan una vez más y no puedo dejar a un lado la idea de preguntarle algo relacionado con lo que sea que tenga con Fátima.
*Me parece buena idea, aunque.. ¿no estarás con Fatima?*
*JAJA, no te preocupes por ella, todo está normal con Fát, somos amigos.*
<<¿Normal?>> ¿Por qué tiene que ser tan cariñoso y escribir "Fát"?
*Ajá, si tu dices pues "está bien".
*Espera, puedo deducir que está ocurriendo aquí, ¿estás celosa?*
¿Celosa yo? Por supuesto que no, ¿o si?... no ... no, no le demuestres que sientes celos hacía de ella, es absurdo.
*Nah, para nada, simplemente es curiosidad. Buenas noches, Ander.*
*JAJA, claro claro. Buenas noches, descansa*.

No puedo creer que mañana vayamos a hablar, espero no ponerme nerviosa, pero ¿Quién no lo haría? Tan solo hay que ver sus apuestos ojos marrones, no creo que haya persona que no se pierda en esa mirada, puesto que estoy segura que cualquiera en su sano juicio lo haría, es cierto lo que dicen por ahí "el amor no puede verse, el amor se siente", y lo compruebo cada vez que estoy con él. A mi parecer es indagador el hecho de poder conocer a alguien y que entre tantas personas solo ese sujeto te atrape, que de alguna extraña forma se robe tu corazón, que robe tus ideas y comience a adentrarse en tus pensamientos, las cosas fluyen y en cuanto menos lo esperas te has enamorado, ¿qué?, no esperabas eso, ¿verdad?
Pues bienvenido al juego del amor, es tu turno, toma el mando y da lo mejor de ti, no olvides que habrá personas que merecerán que les bajes la luna y las estrellas, no tengas miedo corazón que en algún momento todos hemos de jugar.

Corazones rotos, almas vacías.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora