La mañana del día de Halloween, Harry se despertó al mismo tiempo que los demás y bajó a desayunar muy triste, pero tratando de disimularlo.
—Te traeremos un montón de golosinas de Honeydukes —le dijo
Hermione, compadeciéndose de él.—Sí, montones —dijo Ron. Por fin habían hecho las paces él y Hermione.
—No se preocupen por mí —dijo Harry con una voz que procuró que le saliera despreocupada—. Ya nos veremos en el banquete. Diviértanse.
Los acompañó hasta el vestíbulo, donde Filch, el conserje, de pie en el
lado interior de la puerta, señalaba los nombres en una lista, examinando
detenida y recelosamente cada rostro y asegurándose de que nadie salía sin permiso.—¿Te quedas aquí, Potter? —gritó Malfoy, que estaba en la cola, junto a
Crabbe y a Goyle—. ¿No te atreves a cruzarte con los dementores?Harry no le hizo caso y volvió solo por las escaleras de mármol y los
pasillos vacíos, y llegó a la torre de Gryffindor donde después de toparse con Colleen Creevy decidió que quería pasar un rato en la biblioteca, decisión que cambió cuando por el camino se encontró a Filch.Se perdió por un pasillo alejándose de su vista cuando esté le dijo que fuera a su sala común. Pero Harry no tenía ganas, así que Harry no regresó a la sala común; subió una escalera, pensando en que tal vez podía ir a la pajarera de las lechuzas, e iba por otro pasillo cuando escuchó una voz que salía del interior de un aula:
—¿Harry? —Harry retrocedió para ver quién lo llamaba y se encontró al
profesor Lupin, que lo miraba desde la puerta de su despacho—. ¿Qué haces? —le preguntó Lupin en un tono muy diferente al de Filch—. ¿Dónde están Ron y Hermione?—En Hogsmeade —respondió Harry; con voz que fingía no dar importancia a lo que decía.
Y de pronto recordó.
Hace dos días se había portado muy grosero con el profesor Lupin. Sus mejillas se tiñeron de rojo y no paraba de lanzar miradas furtivas al profesor, buscando la manera de disculparse.
—Ah —dijo Lupin. Observó a Harry un momento—. ¿Por qué no pasas?
Acabo de recibir un Grindylow para nuestra próxima clase.—¿Un qué? —preguntó Harry, intentando parecer relajado.
Entró en el despacho siguiendo a Lupin. En un rincón había un enorme depósito de agua. Una criatura de un color verde asqueroso, con pequeños
cuernos afilados, pegaba la cara contra el cristal, haciendo muecas y doblando sus dedos largos y delgados.—Es un demonio de agua —dijo Lupin, observando el grindylow
ensimismado—. No debería darnos muchas dificultades, sobre todo después de los kappas. El truco es deshacerse de su tenaza. ¿Te das cuenta de la extraordinaria longitud de sus dedos? Fuertes, pero muy quebradizos.El grindylow enseñó sus dientes verdes y se metió en una espesura de
algas que había en un rincón.—¿Una taza de té? —le preguntó Lupin, buscando la tetera—. Iba a
prepararlo.—Bueno —dijo Harry, algo avergonzado.
Lupin dio a la tetera un golpecito con la varita y por el pitorro salió un
chorro de vapor.—Siéntate —dijo Lupin, destapando una caja polvorienta—. Lo lamento,
pero sólo tengo té en bolsitas. Aunque me imagino que estarás harto del té
suelto.Harry lo miró. A Lupin le brillaban los ojos.
—¿Cómo lo sabe? —preguntó Harry.
—Me lo ha dicho la profesora McGonagall —explicó Lupin, pasándole a Harry una taza descascarillada—. No te preocupa, ¿verdad?
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Profesor Lupin (Harry X Remus)
FantasySinceramente hice esto por diversión. Siento que hay muy pocas historias de esta pareja y en verdad me gusta. So... Espero que la disfruten. Si no te gusta esta pareja o no te agrada la diferencia de edades estás invitado a no leer. No te preocupe...