Capítulo 6

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La noche había caído y los diez cautivos no podían estar más aterrados.
Sus guardas personales hicieron acto de presencia y eso no les auguraba nada bueno y lo sabían. Entre esos diez un pequeño rubio, que aunque aterrado, estaba más que decidido a lograr la hazaña que nadie más había conseguido hasta ahora, escapar.

Escaparía esa noche de esa horda de lunáticos o moriría en el intento.

Taemin llegó hasta el lugar del rubio luciendo genuinamente apenado, sabía perfectamente lo que al rubio le aguardaba, Ren había tenido razón después de todo y solo podía pedir porque todo acabará rápido para el pobre chico.

Seokjin entró unos minutos después y dió la instrucción de quitarles las amarras de los pies, no sin antes recomendar que se comportaran. La orden fue seguida y posteriormente fueron conducidos fuera del lugar.

Entre cuerpos temblorosos, lloriqueos y quejas silenciadas por las mordazas, y empujones por sus guardas personales fueron conducidos por un sinuoso camino a lo que parecía un claro en medio del bosque.

Jimin trataba de mantenerse sereno en todo momento, analizando todo a su alrededor tomando nota mental de ello, sabía que si pretendía escapar, lo último que le convenía era caer presa del pánico. Pero no podía ignorar las miradas apenadas que estaban justamente sobre él, calaba en sus huesos el hecho que nadie más parecía recibirlas, se percató además que Taemin ni siquiera podía mirarle a los ojos luego de la escena de horas antes y el mismo Seokjin le miraba de forma lastimosa, como si supieran algo que él ignoraba, algo que parecía ser vital precisamente para él.

Los colocaron en una especie de media luna y Seokjin volvió a colocarse frente a ellos para tomar la palabra.

—Está noche de ritual es importante para nosotros, para ustedes como ofrendas —lo último inquietó aún más si era posible a los cautivos— deben escuchar con atención, a partir de hoy su vida cambiará para siempre y serán parte importante en esta familia, aun así, como lo hemos prometido tendrán una oportunidad.

La voz de Jin era fuerte y firme mientras hablaba. Jimin al escuchar todo aquello no podía evitar pensar que Seokjin era un lunático.

—Dentro de poco tiempo alcanzaremos la media noche y como pueden ver la luna está llena e ilumina el bosque, justo treinta minutos antes de las doce en punto ustedes serán liberados, les dotaremos de un arma, sí escucharon bien, un arma, podrán elegir entre una navaja y una pistola cargada con una única bala; y luego está el segundo implemento, podrán escoger entre una soga, una lámpara, una brújula o una pequeña réplica del mapa que se les mostrará a continuación. Lo que elijan deberá ser a conciencia, recuerden que es con el fin de que tengan una oportunidad.

»Me siento en la obligación de ser honesto —suspiró— ellos son realmente rápidos y fuertes, además tienen mejor visión, es por ello que tendrán además treinta minutos de ventaja. Luego de que ustedes sean liberados no irán tras ustedes sino hasta que ese tiempo haya concluido.

»Desde este punto justo a diez kilómetros al norte se encuentra su libertad, la carretera interestatal. Una vez que la crucen serán hombres libres.

Los cautivos escuchaban todo un tanto escépticos, otro tanto emocionados por la posibilidad. Park Jimin tomaba nota mental de cada palabra que el hombre frente a ellos decía, incluso ya había elegido que implementos utilizar, él sería libre de esos enfermos sí o sí.

—Les quitaremos las mordazas —inició nuevamente— y podrán preguntar siempre y cuando permanezcan en calma, de lo contrario volveremos a ponerlas en ustedes.

»Sus guardianes les aclararán las dudas y a ellos les informarán que implementos desean usar, y sea que decidan elegir el mapa o no como uno de ellos, se les mostrará por algunos minutos para que al menos tengan noción del terreno que enfrentan.

Luego de esto último dio un leve asentimiento que fue la orden muda para que los guardianes liberaran las mordazas, dejando así libre una marea de preguntas nerviosas.

Por su parte, Park se giró a Taemin y cuando estaba por hacerle su tanto de preguntas este se adelantó negando con la cabeza, lo cual desconcertó a Park tremendamente.

—Seokjin hablará contigo —se limitó a decir, dejando a un Park con la boca abierta y el entrecejo fruncido.

El nombrado se acercó y discretamente movió al rubio un poco más lejos del grupo.

—Supongo que tienes dudas, pero no tenemos mucho tiempo.

—Las tengo —concordó— ¿puedo confiar en que no habrá truco respecto a la ventaja de tiempo?

—Puedes, pero seré honesto, sé que no puedes creerme, no hasta que lo veas por ti mismo, ellos son demasiado rápidos, acortarán la distancia en menos de lo que imaginas y por ello tienes que ser hábil si quieres ser el primero en lograrlo.

El rubio estaba desconcertado, podía leer genuina preocupación en la mirada de Seokjin, algo le decía que el hombre no mentía y que estaba tratando de ayudarle. La pregunta era ¿por qué?

¿Por qué de pronto estas ayudándome? ¿Por qué no al resto?

—El resto no está en peligro, por desgracia quien te ha elegido no es alguien en quien se pueda confiar y no pienso cargar en mi conciencia el no haber hecho nada.

Park sintió helar su sangre ante la confesión del hombre, si estaba siendo así de serio es que debía serlo, pero este no era momento para entrar en crisis y el rubio lo sabía, debía mantener la calma o echaría cualquier oportunidad por la borda.

—No entiendo aún, pero tomaré lo que estés dispuesto a darme —dijo lo más firme que pudo el rubio.

—Imagino que ya has pensado en que herramientas elegir, pero permíteme hacerte la sugerencia de tomar la navaja y el mapa.

—No creo que sea lo mejor, la pistola me parece mejor opción junto con la soga —decretó el rubio.

—Imaginé que tomarías la pistola, pero me sorprende que deseches el mapa, te podría ayudar a orientarte mejor y no perder tiempo.

—No le veo el caso si nos mostrarán ese mapa, con eso será suficiente para mí, la soga por otro lado es más útil.

—Bien, pero debo insistir en que elijas la navaja —dijo Seokjin con una mirada intensa.

—Perdona pero una bala creo que es más eficiente.

—No contra ellos, créelo. Recuerda que será sólo una bala y si la pierdes se acabó, además la navaja que te daré será especial.

Park rio irónico.

—Especial ¿cómo? Porque de no ser que esta se convierta en una espada Jedi no veo que tan especial pueda ser.

—Confía en mí en esto por favor, aunque te resulte increíble incluso si la bala acertará en el blanco esto no haría gran diferencia, la navaja que te he conseguido por otro lado te dará más oportunidades, si no has logrado llegar y te atrapa, pon la navaja sin contemplación dentro de él —Seokjin hablaba con un deje desesperado y Jimin no podía dejar de sorprenderse por el ímpetu de la sugerencia— esta le hará más daño, él no se lo esperara, de ser posible, hazlo más de una vez.

—¿Esperas que el tipo me deje acercarme a él con una navaja? —cuestionó incrédulo.

—Ohh créeme lo hará, el arrogante bastardo se sentirá tan seguro de sí mismo y no creerá que si quiera tengas el valor, —lo miró intensamente por un momento antes de continuar—: pero pequeño... tienes que hacerlo.

AULLIDO: Fleeing From the MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora