Capítulo 4: Donde caben dos, caben tres.
Llegué al comedor y una voz bastante conocida para mí me saludó.
-¡Abby! Ven, ven siéntate con nosotras.-Me acerqué a ellas.- Esta es Chloe. Seguro que os lleváis genial. Chloe esta es Abby, mi compañera de habitación.
-Hola Chloe, un placer. ¿Layla, tú no estabas en la habitación?
O esta chica corría a la velocidad de un rayo o se teletransportaba.
-Hola Abby,- me dio dos besos- el placer es todo mío.- le sonreí.
-Tú lo has dicho Abby, estaba. Creo que estabas demasiado entretenida hablando con James como para fijarte en que pasamos al lado tuyo.- me echó una mirada inquisidora.
- Sí, ya bueno, es que ayer él me ayudó con todo esto del tobillo y bueno...
- ¿James te ayudó?- me cortó Layla- Eso es como casi imposible, llevo aquí dos años y por lo único que se preocupa es de que su pelo esté en su sitio y que su cama nunca esté vacía...
- En eso tiene razón Layla, pero siempre es un caballero con sus próximas conquistas, quizás te haya escogido como su siguiente presa.- la apoyó Chloe.
- No sé, esto me parece muy raro...- siguió Layla.
- Bueno, no os preocupéis, aunque intentara algo conmigo yo no sería tan tonta como para caer.- dije yo.
En eso Layla y Chloe hablan sobre alguna asignatura nueva de este año que a mí no me interesa. Siento una mirada penetrándome desde lejos y cuando me giro veo a James sonriéndome, le devuelvo la sonrisa y se acerca con paso seguro.
- ¿Me permitís sentarme con vosotras?- dice él.
- Claro.- responde Chloe sonriendo.
- Está bien.- acepta también Layla.
James se me queda mirando preguntándome con la mirada si se podía sentar a mi lado.
- Si ellas aceptan, por mí está bien, quedamos en empezar de nuevo.- le digo con un amago de sonrisa.
Dejó su bandeja en la mesa y se sentó. Me quedé mirando las tortitas que había en ella, menuda pinta, y yo no había cogido nada.
- Oye Abby, si quieres comer una, no hace falta que babees, con que me lo pidas basta.- me dijo James aguantándose la risa.
Aparté la mirada y no pude evitar ruborizarme, ni si quiera me había dado cuenta de que se me habían quedado los tres mirando.
- No hace falta, iré yo a por unas.- le respondí yo.
- Suerte con ello, no creo ni que queden las migas.- dijo él.
Me quedé mirando las bandejas de las chicas, pero ya no les quedaba nada, mira que comen rápido.
- Vale, está bien, dame una.- le dije yo fastidiada por quedarme sin tortitas.
- Por favor y gracias.- me dijo él.
- Por favor James, ¿me das una tortita?- le dije yo bufando.
- No sé, no sé, primero te la tendrás que ganar.- me dijo él señalando su mejilla.
- Venga ya, ¿en serio?- le miré con mala cara.
- Vamos Abby, un besito en la mejilla no mata a nadie.- me dijo sonriendo.- Pero claro, si no quieres, me comeré yo las tortitas.
- ¡No! Está bien, te daré el dichoso beso.
Me quedé mirando a las chicas, que no paraban de sonreír aguantándose la risa, giré mi mirada mirando a James que ya tenía la cara de costado esperando su beso. Me acerqué lentamente y le di un pequeño beso.
James se giró satisfecho y me dio la mitad de una de sus tortitas.
- ¡Ey!- le dije yo.- El trato era una entera, no la mitad.
- Ya, pero como el beso ha sido tan pequeño, pues te doy eso.- me dijo el sonriente.
Me quejé pero finalmente acepté lo que me dio. Corté un cacho y me lo metí en la boca. Sabía a gloria. Las mejores tortitas que había probado. Vale, igual estaba exagerando, pero estaban buenísimas.
- ¿Ricas verdad? Pues si quieres más todavía quedan algunas, si corres podrás coger alguna.- dijo James.
Me lo quedé mirando enfadada, él me había dicho que no quedaban para que le diera un beso, lo iba a matar. Tenía sed de venganza, pero ya pensaría algo más tarde, antes necesitaba coger alguna de esas tortitas.
Me levanté y fui hacia la fila, pero me resbalé con una servilleta que había en el suelo y unos fuertes brazos me sujetaron para que no me cayera.
- Ten más cuidado, no siempre va a haber alguien para evitar que te caigas.- dijo una voz muy masculina.
Levanté la mirada y me encontré con un chico de pelo corto castaño y ojos grises. Era muy guapo, y bastante alto, por lo que pude ver al levantarme de sus brazos.
- Ya... Me tropecé con esa servilleta del suelo, no la había visto...- dije nerviosa.- Bueno, gracias...
- Damon, Damon Stevenson.- me dio dos besos.- ¿Y cuál es el nombre de esta bonita chica que tengo delante?
- Abby, Abby Clarckson.- le dije yo ruborizándome por su comentario.
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Bueno, lo prometido es deuda. Aquí tenéis un nuevo capítulo, sé que es un poco aburrido, pero es necesario para seguir con la historia.
Gracias por leer.
BSS.
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Oscuro Pasado.
Teen FictionAbby Clarckson, la chica buena del internado. Lista, guapa y competitiva. James Stimson, el chico malo del internado. Arrogante, guapo y ambicioso, todo un mujeriego...