Capítulo II

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08:30 AM

-¡Alexa, despierta! ¡Vamos de compras!- gritó Jack desde la sala ¿Qué obsesión era esa de gritar siempre? ¿Le costaba mucho subir las escaleras?

Se levantó de la cama, caminó al baño a cepillarse y darse una ducha rápida, ya tenía todo listo, estaba muy emocionada por ver a sus amigas, comenzaba a extrañar sus discusiones estúpidas y claro que quería regresar, también extrañaba su casa y a su padre, no lo veía hace más de cuatro meses, nunca había pasado tanto tiempo sin verlo, incluso cuando se fue a vivir con su abuela, su padre la visitaba cada fin de semana.

El padre de Alexa, Marco era muy amigo de los padres de Teresa y Joan, habían ido juntos a la universidad, luego de graduarse, cada uno formó su familia y perdieron el contacto por un tiempo hasta que las chicas tuvieron edad de entrar al kínder. Ahí se reencontraron y desde entonces sus hijas eran "El trío explosivo" no había un fin de semana en el que no se metieran en problemas, no eran chicas malas, solo que sus ocurrencias eran un poco extremas.

Teresa tenía un carácter un poco fuerte y no tenía pelos en la lengua para decir las cosas, físicamente; era de cabello castaño claro, ojos azules. Alexa decía que Teresa era la responsable del grupo.

Joan era todo lo contrario, era callada, siempre estaba en su mundo y prefería decir las cosas en privado, muy sutil y buena persona, físicamente; pelirroja, ojos verdes. Para Alexa, Joan era la más cuerda del grupo a pesar de que a veces decía cosas que no entendía y para Teresa, bueno, decía que Joan era muy relajada y eso a veces la estresaba.

Luego estaba Alexa, siendo tan transparente y original a su manera, no temía decir lo que pensaba, aunque algunas veces decía las cosas en los momentos menos oportunos, físicamente; tenía el cabello entre rubio y castaño oscuro, sus ojos eran de color miel.

La consideraban la líder, siempre estaba planeando nuevas aventuras, no recordaba una en la que no se hubiesen metido en problemas por su culpa y la verdad es que no se arrepentía de ello, la pasaban muy bien juntas, no había un momento en el que no estuvieran separadas, excepto esa vez que Alexa se fue a vivir con su abuela, luego de la muerte de su madre la cual sufrió un accidente de regreso a casa. Ese día habían planeado una noche de chicas en casa de Joan, estaba por salir de casa cuando recibió la terrible llamada.

-Hola cariño- escuchó a su padre

-Hola papi ¿Cómo estás?

-Cariño, estoy en el hospital, Walter va a buscarte- los nervios comenzaron a hacerse cargo de ella

-¿Qué sucede, papá? ¿Por qué estás en el hospital? ¿Dónde está mamá?

-Cariño, tu madre tuvo un terrible accidente, los doctores dicen que está realmente grave y están haciendo todo por salvarla.- su padre entre sollozos, sintió, en ese momento, como el mundo se le venía encima, era muy unida a su madre, era su consejera, el centro de su universo y su mejor amiga. Siempre que llegaba del trabajo, sin importar que tan cansada estuviera, escuchaba como había ido su día y sus dramas amorosos, era quien la traía de regreso a tierra cuando se perdía en la nebulosa o en AlexaLand.

Al llegar al hospital Teresa y Joan ya estaban ahí junto a sus padres, junto a su padre, corrió a abrazarlo, lo abrazó tan fuerte como pudo deseando que sólo fuera un mal sueño, fue a donde estaban sus amigas y las abrazó, todos estaban devastados, los padres de Joan y Teresa acompañaron al padre de Alexa a la cafetería, mientras las chicas se quedaban con Alexa en la sala de espera.

-¿Qué dicen los doctores?- dijo por fin Joan rompiendo el silencio.

-No los he visto hablar con mi padre, pero antes de venir, me dijo que estaban haciendo todo lo posible por salvarla, está muy grave.- respondió Alexa soltando por fin las lágrimas que había estado aguantando.

La inexplicable vida de Alexa Barns.Where stories live. Discover now