Capítulo 01

3.6K 341 90
                                    

Dib estaba escondido detrás de los anaqueles, sus ojos y su mente en desacuerdo con lo que estaba observando en ese mismo momento.

Se encontraba en una tienda de víveres, lugar donde había seguido a Zim minutos antes. El alienígena había ido personalmente a hacer las compras, algo raro ya que usualmente simplemente dejaba que su asistente robótico lo hiciera. Las únicas veces en que el invasor frecuentaba las tiendas era cuando necesitaba algo específico para uno de sus grandes planes. 

La semana anterior Dib había intentado detener un plan que envolvía envenenar las hamburguesas de McMeaties con aguas residuales. Lamentablemente para Zim y afortunadamente para Dib, por pura casualidad la compañía había retirado toda la carne del lote por contaminación por otras sustancias, por lo tanto la carne envenenada nunca llegó a los consumidores y simplemente fue enviada a los vertederos.

La ira de Zim no se hizo esperar, y juró que volvería con un plan aún más maligno. Dib asumió que Zim estaba en la tienda por ese mismo propósito.

Lo que Dib no recordó fue que no se puede asumir por las apariencias, y esa era la razón por la cual actualmente se encontraba anonadado ante la escena que tenía enfrente.

Ahí estaba Zim con un carrito de compras y GIR a su lado (cómo es que permitían que GIR entrara a la tienda a pesar de ser un "perro", nunca lo supo). Pero lo más extraño era lo que había dentro de la cesta del carrito. 

Tres pequeños niños de piel púrpura estaban sentados en la cesta mirando todo a su alrededor con curiosidad. Claramente también eran alienígenas, sólo que no eran Irken. 

Lo que más le perturbaba a Dib era el hecho de que alguien haya confiado lo suficiente de Zim como para dejarle sus hijos. Zim no era el más competente y tampoco el más cariñoso. 

.....A menos que los padres no lo hicieran de manera voluntaria.

Decidió arriesgarse y enfrentar al Irken quién intentaba alcanzar una caja de avena instantánea de una repisa alta. Cuando cumplió los catorce años, había comenzado a hacerse más alto. Ahora con diecinueve años ya medía 1.82 metros, por lo que sólo tuvo que colarse detrás del pequeño sin ser notado y alcanzar con facilidad la caja de avena. 

Zim, sobresaltado, voltea a ver quién se atrevió a quitarle la caja de avena. Cuando ve que es Dib, su expresión de molestia se volvió aún más tóxica. 

"¿Qué estás haciendo aquí, asqueroso gusano?" 

"Podría preguntarte lo mismo, moco espacial. ¿Comprando cosas para tu nuevo plan malévolo?" 

En el fondo de su mente, Dib se dio cuenta de lo estúpida que era su pregunta. Claramente Zim no se traía algo entre manos con unos niños a cuestas, pero no pudo evitarlo. Era el hábito.

"¿No fue suficiente arruinar mi plan la semana pasada? ¿Ahora vienes a molestarme con tus sucias mentiras? Zim no está planeando nada, y si lo estuviera, no te lo diría." 

"Tío Zim, ¿qué es esa criatura tan grandota?"  

Ambos volvieron sus miradas a la cesta dónde se encontraban los niños. Dichos pequeños miraban a Dib con obvia curiosidad. 

Desde esta distancia, Dib podía verlos con más detenimiento. Definitivamente no eran Irken. 

Tenían la cabeza un poco más grande, con ojos pequeños y unas pinzas en sus cabezas. Todo lo demás parecía ser similar a un Irken excepto sus piernas, las cuales además de ser finas, estaban dobladas en sentido contrario como las aves.

Zim aprovechó la distracción para arrebatarle la caja de avena a Dib. 

"No es importante, sólo es una criatura muy apestosa y estúpida, no le presten atención." 

"¡OYE!" 

Pero Zim ya se había marchado. Sin pagar las compras, pero eso era usual, los cajeros ya no le prestaban importancia.

"¡DEMONIOS! Necesito averiguar qué Zim está haciendo con esos niños. Espero que no los esté entrenando como sus ayudantes para conquistar el mundo."

Sin más que hacer, se marchó a su casa para prepararse a enfrentar el alienígena en su base.

Niñera ImprovisadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora