El resto de la semana pasó sin mayores incidentes.
Dib demostró que podía ser útil al cuidar a los niños. Los niños se encariñaron mucho con 'el señor Dib', y Zim aprovechó la oportunidad para terminar las reparaciones e informes que se habían pospuesto debido a las enfermedades de los niños. Todavía no se habían recuperado del todo, pero Dib los mantenía distraídos.
La mejor noticia era que el jugar tanto les abrió el apetito y ahora estaban llegando a un peso más saludable. Dib se había hecho cargo de las tareas de la cocina ya que no tenía mucha fe en que GIR no los envenenaría a todos. Después de todo, tenía que comer también, y sin que Zim lo supiera, había visto lo que las 'creaciones' de GIR le habían hecho al pobre alienígena.
Dib no se había imaginado que se habría encariñado de los niños, por lo general le incomodaban ya que él no había tenido una gran infancia, y entre su hermana y él nunca hubo mucho afecto.
Había estado distraído durante todo ese tiempo, por lo tanto nunca se dió cuenta de que de vez en cuando, en momentos dónde pensaba que estaba ocupado en el laboratorio, Zim se asomaba sigilosamente a la sala para observarlos. O, más precisamente, observarlo a ÉL.
Los niños, sin embargo, eran más perceptivos de lo que ambos daban crédito, por lo que notaron de inmediato cómo la tensión incómoda del primer día en que Dib se quedó en la base se había desvanecido para la tarde del segundo día.
Notaron como su 'tío Zim' se quedaba por mucho más tiempo en la sala con ellos durante un programa de televisión. También notaron cómo el 'señor Dib' actuaba muy relajado, y cómo, al parecer sin ser consciente de ello, le dirigía una sonrisa sincera al tío Zim cuando se daba cuenta de que el pequeño invasor había decidido alejarse de su laboratorio y quedarse a ver televisión o jugar videojuegos con ellos.
Sin que ambos adultos lo sospecharan, ellos ya esperaban con ansias lo que sabían que iba a ocurrir. Y tenían un plan para 'ayudar' el proceso.
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Dib se encontraba en su habitación temporera leyendo una de sus revistas paranormales, y a la misma vez, actualizando sus foros con la nueva información que había obtenido. Nada de la información era sobre Zim o sobre los niños, por supuesto, habían alcanzado un tipo de tregua durante su estancia allí. Pero Zim le había permitido usar la Computadora y había encontrado algunas cosas interesantes sobre los otros planetas del Sistema Solar.
Tenía puesto sus auriculares, así que no escuchó cuando su puerta se abrió. Sin embargo, sí escuchó cuando fue cerrada de un portazo. Mirando hacia el suelo, vió un pedazo de papel. Cuando lo recogió se dió cuenta de que era un dibujo de los muchos que los niños ya le habían obsequiado.
Éste dibujo en particular era un poco diferente. En él, estaban los tres niños (Vortianos, como luego descubrió), al otro lado estaban claramente GIR y Minimoose, y en el centro estaban él y Zim…..
Tomados de la mano.
Se quedó mirando las manos entrelazadas por un momento atónito, luego sintió como el rubor se le subía hasta las orejas.
Quiero decir, sí, realmente estaba disfrutando de su breve estadía allí, y pensó que la actitud más tranquila de Zim era un cambio agradable.
Pero eso no significaba que en realidad pensara que Zim era un poco lindo cuando lo dejaba observar mientras trabajaba en su laboratorio y su boca hacía un puchero de concentración. O cuán dulce pensó que era cuando encontró a Zim mirando a los niños con un poco de afecto vacilante, como si tuviera miedo de mostrar demasiadas emociones (lo cual, teniendo en cuenta cómo era su raza, tenía sentido).
Mordió su labio inferior cuando se dió cuenta de que sí, poco a poco se había enamorado de este lado tierno del invasor. No sabía qué hacer, y le pudo haber dado una crisis existencial si su puerta no se hubiera abierto por segunda vez.
Allí estaba Zim, con una expresión indiferente, pero si lo conocías tan bien como lo conocía Dib, notarías que estaba inquieto por algo.
"¿Qué sucede?"
"¿Has visto a los Vortianos?"
Dib estaba inmediatamente en guardia. ¿No estaban allí los niños hace un par de minutos? ¿Quién más le habría dado el dibujo?
"¿A qué te refieres? ¿No los viste en el pasillo?"
"No te estaría preguntando por ellos si los hubiera visto, idiota. Pensé que estaban en el salón de juegos, pero no están. Los he estado buscando por toda la base."
Dib se incorporó de la esponjosa cama y se acercó a Zim con el dibujo.
"Bueno, pues, alguien dejó esto aquí hace unos minutos atrás. No deben estar muy lejos. Tal vez están jugando a las escondidas."
Zim escaneó el dibujo y sus ojos se posaron en sus manos entrelazadas. Su rostro se puso un poco púrpura, pero no hizo ningún comentario al respecto.
Fueron juntos a buscarlos, Dib revisando las repisas altas en las habitaciones. Había aprendido de muy mala manera que a los pequeños Vortianos les gustaba escalar.
Zim, mientras tanto, se maldecía por no haberles colocado un rastreador como le había hecho a Dib.
Estaban conscientes de que sí en realidad estaban jugando a las escondidas, podrían estar moviéndose, así que se mantenían en un sólo lugar por unos momentos en caso de que casualmente pasara uno de los niños por ahí.
Llegaron a la última habitación que no tenía cerrojo. Era la habitación de simulaciones, Dib ya había estado en ella antes.
Cuando ingresaron estaba todo oscuro y apagado. De momento se cerró la puerta y la simulación se encendió.
Estaban en un claro en un bosque, iluminado por la Luna. Zim había hecho algunas modificaciones y ajustes para que las simulaciones se sintieran más reales, por lo tanto, sintieron una brisa fresca sobre ellos mientras cantaban algunos grillos.
Todavía no habían superado su repentina desorientación, cuando de repente se escuchó una melodía suave. [Inserte su canción romántica preferida aquí]
Y allí, debajo de un árbol, con sonrisas engreídas en sus rostros, estaban sentados los tres niños Vortianos junto con un muy sonriente GIR y un Minimoose satisfecho.
Ambos rápidamente se dieron cuenta de lo que habían tramado.
Zim intentó verse furioso, pero solo atinaba a verse muy avergonzado mientras que Dib tenía una expresión de incredulidad. No podían creer que esos mocosos planearan algo así.
Después de un rato escuchando la música y las risas de los niños, todo le pareció bastante divertido a Dib, por lo que solo sonrió y decidió seguir la corriente.
Cuidadosamente tomó la mano de Zim (asegurándose de que el invasor no estuviera a punto de arrancarle la cara) y lo giró hacia sí mismo. Colocó la mano de Zim sobre su hombro mientras colocaba la suya sobre la cintura de su nueva pareja de baile.
"No te preocupes, solo sigue mis pasos."
Entonces esa fue la noche en que Zim aprendió a bailar, y también fue la noche en que se decidió que Dib se quedaría por una semana más.
Y si hubieron un par de besos furtivos aquí y allá, los niños no te lo dirían. Era su pequeño secreto.
Fin
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¡YA! Espero que les haya gustado. Desde que ví esos niños, me enamoré de ellos, son tan tiernos.
Zim es un demente, pero creo que al menos tiene algo parecido a un corazón, de lo contrario no se sentiría tan culpable por hacer llorar a GIR.
He leído esto más de seis veces, pero algo se me pudo haber quedado, así que cualquier corrección es apreciada.
¡Nos leemos luego! ❤️
~ZV0017
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Niñera Improvisada
FanfictionEscrito para el #ConcursoZaDr de Amaikurai. Resúmen: De todo lo extraño que Dib ha presenciado a Zim hacer, esto fue lo más inesperado. En todos los años que ha conocido al alienígena, nunca pensó que vería este lado del pequeño invasor.