Capítulo 1

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-¡Tu jamás vas a dejarme!- escucho unos gritos desde la cocina, apreté mi osito contra mi pecho y me levante de mi cama cuidadosamente. Caminé de puntillas hasta el lugar de donde provenía el ruido y me escondí para oir mejor.

-Mañana a primera hora nos iremos de aquí- dijo mamá tratando de sonar calmada.

Mis papás estaban discutiendo. Papá estaba realmente enojado.

-¡Tu no sales de aqui a menos que estes muerta y menos con mi hija!- respondió furioso papá. ¿Qué? ¿Ella quería llevarme lejos de papi? ¿Por qué mamá querría hacer algo tan malo?

-No puedo seguir contigo ahora que sé la verdad, nuestra hija no puede crecer en este ambiente- mamá contestó entre sollozos.

Un fuerte golpe me sobresaltó.

Solo es un golpe que provenía de la puerta. Es mi nana avisándome del desayuno.

-Despierta cariño, el desayuno está listo.

- Ya escuché nana, ahora bajo- dije restregandome un ojo.

- No tardes o de nuevo se te hará tarde para la universidad mi niña- y luego escuché sus pasos alejarse.

Otra vez esa maldita pesadilla, mamá murió cuando yo tenia 5 años. Después de eso empezé a tener esta pesadilla, una y otra vez. No recuerdo nada de mamá y esto es lo único que tengo de ella y ni si quiera es real. Cuando era más pequeña papá me llevo al psicólogo y este me dijo que era algo que mi mente había creado debido al trauma. La pesadilla desapareció después de un tiempo pero ahora volvió.

Ya lista bajo al comedor. Al sentarme, mi nana me besa en la cabeza y me pone mi plato con fruta en la mesa y regresa a la cocina por mi zumo.

Después de unos minutos regresa.

- ¿Por qué aun no empiezas a desayunar mi niña? ¿Algo esta mal?- dijo tratando de retirar la fruta.

La detengo

-No nana, no es eso, solo espero a que baje mi padre para desayunar con él y poder hablar- miré la hora en mi reloj de muñeca.

Escuche que mi nana suspira.

-Mi niña, tu padre salio en la madrugada, tuvo que hacer un viaje de negocios y no sé cuando vuelva- dijo nana tocando mi hombro.

Como siempre tendré que comer sola, así es mi vida desde hace años. No sé por qué aun no me puedo hacer a la idea de que mi padre nunca está cuando lo necesito. A veces solo lo llego a ver una o dos veces al mes y me lo trata de compensar con regalos caros cuando lo que necesito es su cariño.

-Bueno nana, no importa, ya es tarde y tengo que irme- me levanté de la mesa y le dí una sonrisa forzada.

-¿No comerás tu fruta mi niña? Tienes que comer, no quiero que ocurra lo de hace unos años- dijo preocupada.

-No te preocupes nana, no pasara nada, comeré algo en la escuela- besé su frente.

-Está bien mi niña, cuídate- dijo y besó mi mejilla.

∆∆∆

Le doy vuelta a la maldita hoja que llevo en la mano pero no encuentro mi salón.

Genial, primer dia y ya voy tarde.

Llevo mis manos ocupadas y voy rapido por los pasillos como para fijarme por donde voy y cuando pienso que mi dia no puede empezar peor, siento que choco con alguien y se me cae mi horario.

-¡Joder!- suelto exasperada

Excelente.

Levanto mi hoja y ni siquiera me tomo la molestia de voltear para ver con quien choqué.

Después de unos minutos llego a la puerta del salón y ya está cerrada.

Diablos

Peor no me puede ir, cuando toque a la puerta voy a tener muchos pares de ojos puestos en mi y eso seria raro e incomodo para mi.

- ¿Piensas entrar o vas a seguir ahi parada en la entrada?- escuché una voz detras de mi.

Al girarme me encontré con una chica de estatura promedio, cabello oscuro, piel blanca y con una personalidad muy imponente.

- Lo siento, no te escuché llegar- dije tratando de disculparme.

Suspira

- Hagamos algo, tu dejas de estorbarme en la puerta y yo llamo y hablo con el profesor y así dejas de estar parada hablando sola- y me hizo a un lado.

No me percaté que estaba hablando sola, yo y mi bocota.

-Está bien- solo pude susurrar mientras ella  ya hablaba con el maestro.

Busqué un asiento libre al fondo de la clase y me senté. Seguido de eso me siguió  la chica pelinegra de hace unos minutos.

- No nos hemos presentado yo soy Eider Bundy ¿y tu?- me miró fijamente esperando mi respuesta.

- Soy Collette-  dije y miré hacia el profesor para tratar de prestar atención a clase hasta que fui nuevamente interrumpida por la chica que ahora sé que se llamaba Eider.

-Bueno Colette, debes tener apellido ¿no?- rodó los ojos

-Amm... Harrison, Collette Harrison- en cuanto dije mi apellido la chica llamada Eider abrió demasiado los ojos.

-Así que eres hija del empresario mas poderoso de la ciudad, ¡vaya!
Mi padre es socio del tuyo, tienen algunos negocios juntos. Bueno, no te quedes callada chica no muerdo- Suelta un risa que hace voltear a unos cuantos alumnos.

-Nos sentamos juntas a la hora de la comida- dijo más bien afirmando que pregunatndo.

Bueno, no le veo nada de malo en conocerla a pesar de su personalidad me agradó.

-Está bien- dije prestado ahora si atención a la clase.

∆∆∆

-Mira Collette, te presento a Alexander Thompson un muy buen amigo desde pañales- dijo Eider mordiendo su manzana.

-Mucho gusto, Collette- dijo  Alexander regalandome un sonrisa que trate de responder y fracasé.

-¡Que callada es tu amiga!- dice el tal Alexander hacia Eider.

-Solo le falta acoplarse y ya verás- dijo Eider guiñandome un ojo.

Después de unas cuantas horas de clase pude irme a mi hogar. Bueno, si se le puede llamar así.

Amor IlegalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora