La Doppelgänger Original. ~EDITANDO~

La verdad.

Capítulo cinco.

— Nicklaus. –sonrío, alejándome de Damon.- Te has demorado en encontrarme, bebé.

— Me distraje un momento, cariño. –dice de esa forma tan seductora que tiene.- ¿Acaso no vendrás a darme la bienvenida? –estira los brazos, esperándome.

—Claro. –me paro del sofá rápidamente, y corro a abrazarlo. Escondí mi rostro en su cuello y olfatee su olor.- Te extrañé, Nick.

— Yo también, Mad. –dice abarzándome fuertemente, luego de años de no vernos.

Narrador externo.

Damon se sentía un poco incomodo por la situación, ya que acababan de besarse, pero aquí sabría si Madison era una hermana de los Originales o no, de todas formas le servía para descartar opciones que quién realmente era esta chica, esta nueva doppelganger.

— Ha pasado un largo tiempo. –dice a la vez que nos separábamos.

— Pudiste haberme encontrado antes, Nick. –dice Madison, algo dolida.

— Sabes como es mi vida, amor. –pone esa sonrisa típica de él.

— Debemos de hablar sobre nuestras vidas en algún momento, me has hecho falta. –agacha su mirada, sabiendo perfectamente que ella no le ha hecho falta a él.

— Mad. –dice en modo de reproche. Mira hacia un lado, y Damon los miraba atentamente. A Nicklaus jamás le han gustado las muestras de afecto en frente de demás personas, ya que él piensa que lo hace parecer débil en frente de sus oponentes.

— Klaus. –dice Damon de un modo seco, intentando hacer que pareciera un saludo.

— Damon Salvatore. –dice Klaus con su sonrisa de soy mejor que tú.

— ¿Y ustedes de donde se conocen? Ya que los veo tan apegados. –habla Damon, intentando descifrar a Madison.

— ¿No recuerdas, Damon? –dice Klaus mirándome con una sonrisa traviesa. Ella le pega un codazo para que se callara, a lo que él rió.

— ¿De qué hablas, Klaus? –dice en un tono algo desafiante, esperando a que le contaran la verdad. Damon no era tonto, claro que sabía que Madison le escondía algo.

—Damon, ¿por qué no te vas? –dice Klaus, totalmente descortés.

— Esta es mi casa, así que yo creo que el que se debería de ir, eres tú. –dice Damon mirándose desafiante junto con Klaus.

— No se maten, aun tengo asuntos que resolver con ambos. –digo sonriendo sarcásticamente.- Klaus, vámonos a fuera, no tengo inconveniente en hablar allá.

Narra Madison.

— ¿Has hipnotizado a Damon? –dice él con una media sonrisa de malvado.

— Lo hipnotice cuando escapé de aquí. Hubiera sido muy cruel dejarlo sufriendo. –dije cabizbaja.

— Él era un humano con harto corazón. –dice sonriendo.- Hasta que se convirtió en vampiro.

— Pues claro, yo no contaba con que la estúpida de Katherine los convirtiera en vampiro, yo no sabía lo que ella hacía con Stefan, no sabía que lo estaba preparando para convertirlo... –digo esperando a que Klaus captara a lo que yo me refería.

— Y entonces, como también has hipnotizado a Katherine, lo mismo que iba a hacer con Stefan, lo hizo con Damon, lo hizo con los dos. –dice comprendiendome por completo.

— Por lo tanto, Damon quedó enamorado de Katherine, ya que cambié sus recuerdos, y sus sentimientos quedaron para ella -digo nuevamente esperando a que entendiera.