Estaba realmente asustada y nerviosa por la idea de que algo podría salir mal pero no había mas opción sino quería vivir en la calle. Mi padre me había dejado un kilo de coca sobre la mesa del comedor y cada vez que lo miraba me ponía más nerviosa aún. Por esta razón la escondí en un armario dentro de una mochila vieja.Subí las escaleras hacia mi habitación necesitaba algo adecuado para salir y como casi toda mi vestimenta era para ello no tuve ningún problema. Elegí un pantalón vaquero negro rasgado con el muslo que combinaba perfectamente con mi camiseta trasparente con bordados de flores en los brazos y por último unos botines del mismo color que las prendas anteriores.
Ya lista estaba bajando las escaleras cuando me llegó un mensaje al abrirlo descubrí que era mi padre el cual me había mandado la ubicación de la fiesta donde se realizaría la entrega.
Salí de casa, monté en mi moto con la mochila vieja que contenía la droga y puse la ubicación que me había pasado mi padre en Google Maps. Ya por fin lista suspiré intentando aliviar la presión y la angustia que sentía y fui directa a la fiesta.
Al llegar pude ver una mansión enorme con luces que salían de unos focos y con muchísima gente fuera y dentro. La gente que estaba fuera o se encontraban fumando o vomitando estando al borde del coma etílico.
Me bajé de la moto y fui directa a la entrada, notaba las miradas de los chicos a mi alrededor a medida que me estaba acercando a la puerta.
Cuando por fin estuve dentro la música que estaba a todo volumen me penetró en los oídos, había una gran cantidad de gente bailando semidesnuda y el olor a sudar impregnaba todo el ambiente.
En la cocina había cinco chicos y tres chicas cada uno con un vaso de alcohol en sus manos, estaban sentados en las butacas de forma en que quedaban en circulo y al acercarme todos se me quedaron mirando y uno de ellos abrió la boca para decirme algo pero la música me impedía escuchar nada.
-Qué?- dije gritando para que el chico me pudiera escuchar
Él al mirar mi cara de confusión se levanto de su butaca y se acercó a mi poniendo una mano en mi cintura y acercando su boca a mi oído, el chico desprendía un olor a alcohol y vómito repugnante.
-Que si quieres jugar con nosotros preciosa
-Que clase de juego?- él a decir verdad estaba muy bueno y por culpa del calor que hacia en toda la sala la camiseta se pegaba a su cuerpo por el sudor dejándome ver sus abdominales
-A verdad o reto- tenía una sonrisa de medio lado haciéndolo parecer aún mas sexy
La idea me pareció de lo más tentadora y a pesar del olor que desprendía no podía negar que el chico estaba buenísimo.
-De acuerdo pero solo una ronda- mi mano se alzo para tocarle esos perfectos abdominales que tenía.
Él no se lo pensó dos veces y me cogió de la mano para llevarme con los demás chicos y chicas que estaban jugando. Una vez sentados, todos en círculo y con una botella en medio, una chica rubia empezó a hablar.
-Ahora que ya estamos todos que empiece el juego- Seguidamente estiró su cuerpo para alcanzar la botella y la hizo girar.
La botella giraba tan rápido que era imposible saber donde se iba a parar. Cuando fue disminuyendo la velocidad el chico que previamente me había invitado a jugar paró la botella de golpe haciendo que la botella apuntara hacia mí.
-¿Y bien, verdad o reto?- dijo con una sonrisa juguetona
-Pues reto obviamente- la idea de que me preguntarán algo de mi vida no era de mi agradó, prefería que me retaran a tirarme de una ventana antes de hablar de mí.
Al chico se le torno su cara sonriente a una perturbadora que hizo que se me helaran los huesos. Esa expresión me hizo pensar que aceptar el juego no fue una buena decisión en absoluto.
-Te reto a ir a una habitación conmigo a oscuras- algo me decía que esa no era una buena idea.
-Lo siento, pero me tengo que ir ya- contesté levantándome de mi butaca mientras todos me empezaron a abuchear.
Sinceramente me daba igual lo que pensaran de mi así que cogí la mochila y me di la vuelta buscando la puerta del patio trasero. Solo quería salir de ese lugar y respirar un poco de aire fresco pero cuando quise caminar no pude. Un fuerte dolor proveniente de mi muñeca hizo que soltara un quejido, cuando conseguí girarme vi que era el chico con el que estaba jugando hace tan solo segundos.
-Suéltame ¿Qué crees que estas haciendo?- intenté librarme de su agarre moviendo los brazo y empujándolo con la mano sobrante pero me estaba sujetando con demasiada fuerza.
-Tú fuiste la que decidió jugar, ahora cumple o te tendré que hacer daño de verdad- sus ojos estaban llenos de furia pero no iba a dejar que me amedrentara, este chico no sabia con quien se estaba metiendo.
-¡Déjame puto loco de mierda!- grité lo más alto posible para que todo el mundo alrededor se diera cuenta de lo que estaba sucediendo.
Todo el mundo hizo caso omiso y él ante esto intensificó aún mas su agarre provocando que yo me retorciera de dolor. Ese cabrón me iba a romper la muñeca si no hacia lo que él quería. Cuando ya estaba a punto de rendirme vi como alguien le tocaba el hombro al tarado. El chico se giró y antes de que pudiera decir nada le espetó un fuerte puñetazo en la cara haciendo que se cayera al suelo y me soltara por fin.
-¿Te encuentras bien?
Cuando levanté la mirada pude observar un rostro muy familiar.
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Se agradece difusión y comentarios!!
Atentamente, A.

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Te Odio
Novela JuvenilAlexa es considerada por todos una rebelde no se para de meter en problemas, la rutina para ella es droga y fiesta hasta que conoce a Keich un chico igual que ella. Juntos serán una bomba de relojería. Esta historia tiene derechos reservados©