Promesa

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- ¡Vamos, Nico! tenemos que seguir, no es momento para morir ahora

-Estoy muy cansado, ____, solo dame un minuto para descansar- dicho eso se desvaneció, dejándome con todo su peso, se preguntarán que esta pasando pues estábamos escapando de una manticora y un cíclope, por el simple hecho de que a los dioses se les antojo encomendarnos una misión, pero resultó ser más complicada de lo que esperabamos.

Seguía corriendo tratando de ocultarme de los monstruos, veía a mi alrededor para buscar algún escondite pero no lo encontré, esté sería nuestro fin, ¡No, no podemos morir así como así!

Era increíble que este pasando por esta situación, hasta hace unos años yo era una chica cualquiera sin ninguna cualidad para destacar entre los demás, hasta que un día aparece un chico de tez muy pálida, pelo negro, con chaqueta de aviador y me dice que soy mitad humana, mitad dios, algo muy loco en su momento pero después de que me llevó al campamento mestizo y me mostró todo sobre ese mundo, no me quedó de otra que creer en lo que decía, es decir, estaba viendo con mis propios ojos pegasos, centauros, satiros y muchas otras más criaturas mitológicas, difícilmente iba a engañar a mi mente de que nada de eso era real, pero ahora anhelo con toda mi alma regresar a ese tiempo cuando no tenía que preocuparme por salvar mi vida de monstruos, sin embargo, aunque tuviera la posibilidad de volver a aquel tiempo, no podría dejar todo lo bueno que he vivido, y lo más importante que no quiero olvidar nunca a ese italiano, Nico di angelo, que de alguna u otra manera logró robarme el corazón.

Veía como Nico se desangraba, rompí un poco mi playera para que con el trozo de esta pudiera al menos detener un poco el sangrado en el, los monstruos nos estaban buscando no faltaría mucho para que ellos se dieran cuenta de nuestra presencia, siendo hija de Demeter pude hacer que unas plantas crecieran a nuestro alrededor para escondernos aunque sea unos segundos. Ver cómo sufria mi Nico me dolía y si no pensaba rápido lo más probable es que los dos seamos devorados... No, no lo pienso aceptar, él debe vivir a cómo de lugar, sin importar que... Cumpliré mi promesa

Concentrandome en la tierra bajo mis pies hice crecer una amapola, saque un poco de agua e hice un té con esta flor, eso iba a causar que Nico durmiera por un rato más, mientras le daba de tomar el té, miraba su rostro era como la de un ángel, su mirada comenzaba a relajarse, señal de que se estaba quedando dormido.

-Mi Nico, duerme tranquilamente, verás que cuando logres despertar te sentirás mejor, recuerdo que una vez te prometí algo, recuerdo cada palabra que te dije...

"No importa cuanto intentes alejarme yo siempre estaré a tu lado, siempre te protegeré, así que dejame entrar a tu corazón... No me importaría perder todo con tal de tenerte"
"Te prometo amor mio, que sin importar lo que pase no dejaré que nadie te haga daño"

-Nico, cumpliré mi promesa, tu vivirás y tendrás una vida increíble, ya sufriste demasiado, me protegiste tantas veces, así que déjame por esta vez... Ser yo quien te salve.

Sin más que decir, deje recostado a Nico en el pasto y con el mayor sigilo corrí lejos de él, una vez que estaba lo suficientemente alejada comencé a hacer ruido para que los monstruos notarán mi presencia y así fue, ellos me perseguían mientras yo corría intentado alejarlos de donde dejé a Nico, cuado lograron atraparme solo pensé una cosa antes de morir "Te amo, mi chico de la muerte"

Nico di angelo (one shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora