Capítulo 02: La Digestión De Los Pasos De Una Historia Taciturna

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Luis, sale caminando por la banqueta de la calle de la arboleda y cruza la calle sin darse cuenta que una camioneta gris va pasando, la cual frena al darse cuenta del cruce del peatón, Luis sorprendido por el sonido de la camioneta, vuelve en sí y pide disculpas por no darse cuenta con movimientos en los brazos y un débil y gentil "lo siento" el conductor dice de manera gentil "no te preocupes, pasa" para después gritar "¡¡Hey!! ¡Espera!," Ven un momento por favor" Luis se acerca al auto, por el lado de la ventana del co-conductor:

- Conoces a una mujer llamada 'Adriana Moreno' o la haz visto recientemente?

Luis, en shock por la pregunta, solo se queda viendo fijamente al rostro de la persona, sin saber que responder, hasta soltar un escuálido "no"

- ¡Ah!, muchas gracias joven, eso era todo. (Dice, poniendo en marcha su auto, retirándose del lugar)

- ¡¡Me cago en la puta madre!! Por lo menos espero que Adriana no raje, sería nuestro fin (dice en su mente, mientras ve al auto alejarse)

Luis sigue caminando, hiendo a la entrada del edificio donde vive, se dirige a la conserjería, para obtener información sobre el hombre que recién había ido a buscarles.

- Buenas Don Jaime - dice de manera alegre disimulando su angustia -

- ¿¡Que pasó joven Luis!? ¿Cómo le va? ¿Qué dice la novia?

- No nada, usted sabe que 'soltero hasta nuevo aviso' jajaja

- Ya se nos está quedando mi joven (dice, para luego bajarle el volumen a la televisión) dígame ¿qué necesita?

- Nada, solo venía a preguntar si había venido alguien a buscarme a mi apartamento.

- ¡Ah sí!, vino un hombre, como de 30 años, jovencito, pero serio, de lentes y cabello largo, preguntando más que por ustedes, por su profe, la señora Adriana, pero él ya sabía el número, nomás necesitaba el número de piso y como decía que era urgente, lo deje pasar, ¿cometí algún error?

- No, ya sabía que Iba a venir, es un allegado de la profe y tenían que hacer unas diligencias, por eso vino por ella.

- Ah sí… me lo parecía (dice el, volviendo su mirada al televisor)

- otra cosa, ¿usted se dio cuenta si el hombre venía alterado, enojado o alguna actitud rara?

- no, venía en la actitud más calmada que he visto recién, ¿por qué? ¿Hizo algún desmán? ¿Rompió algo? ¿Le hicieron algo a usted?

- ¡no, no, no! es que lo vi medio ratito y pues, prefiero prevenir.

- ¡¡no…!! ¡Pero si raritos hay por donde uno le viere! si hasta hay unos que dicen 'soy muy macho, soy muy macho' ¡y bien que se la comen doblada!

- no me refería a eso, pero bueno, creo que no es nada, de todas maneras gracias y sabe que...

- que yo no sé nada mi joven, yo no sé nada (dice para volver su mirada al televisor y subir el volumen)

Luis se dirige por el pasillo, pasando por el living, hiendose a las escaleras para ir al apartamento, en el camino, pensaba por todas las cosas que podrían estar pasando y que podrían pasarle, y si, ese hombre de la camioneta gris, podría ser el hombre que vino por Adriana.

Al llegar a su apartamento, abre y enseguida de entrar oye el sonido de llamada de su celular, es su madre quien le está marcando.

- ¿¡mamá!? - contesta el teléfono extrañado, su mama nunca le había marcado -

- si hijo, te llamo porque quiero que vengas por mí a la oficina, mi carro se desvíelo y pues lo dejaré aquí hasta mañana (dice ella desde el estacionamiento de su oficina)

- sí mamá, ya voy (desconecta su celular de estar cargando y revisa cuanto de batería tiene) ¿¡24% en tres horas, que más pido yo!?

Luis baja ya por el ascensor que lo lleva directo al parqueadero del edificio y va hacia el auto que le había dejado su papá, acaricia la parte del retrovisor.

- Hay papá, tú sabes que te escuché, pero que iba saber yo que me estaba engañando, tú sabes bien que para un hombre enamorado, las mentiras son solo caricias al oído.

Sube a su carro y, para variar, le toca un embotellamiento, hay, mirando las luces de los edificios, de los postes de luz, aquellos faroles de luces naranjas incandescentes, que parecen grandes llamas de dolor guardadas dentro de cristales para protegernos de la oscuridad, aparecen flashbacks de su vida, hasta volverse recuerdos continuos.

Primero viene el recuerdo de su madre, regañándole en la cocina por sus bajas calificación en la carrera mientras ella trataba de cocinar una milanesa de pollo.

- Tú sabes cuánto me esfuerzo para poder hacer todo yo sola, y me sales con esto, no puedo creer que me falles ahora.

- ¡Lo sé mamá! pero no, no me he podido concentrar después de todo esto, y no es como que en la clase los profesores me ayuden mucho.

- Ahora te deben ayudar mucho aquellos 'lastres serviles' y esas 'bolsas de placebo humano' a las que tanto les tienes repudio (dice su madre mientras trata de empanizar el pollo) por eso no me gusta el pan molido fino, si no crujiente, porque si no, no pega. Tienes que mejorar tus calificaciones, es una manera de distraerte después de todo eso, háblale a Alejandro, de seguro él te ayudará.

- Después de la escuela, su novia es su único mundo, no tiene tiempo para nadie más.

- Háblale a algún compañerito que tengas.

 - mamá...

Los dos tienen un silencio de un par de segundos, hasta decir al mismo tiempo "Todos son unas yeguas ferviles"

- Bueno, pero no puedo pagar un curso, así que vele como le vas hacer y me dices ¿vale?

- Si mamá, y mi milanesa la quiero con papas fritas.

- ¿y tú helado de limón de que lo quieres?

Ambos se ríen juntos, hasta que Luis, viaja a otro recuerdo, cuando supo de la existencia de Adriana.

- Mira hijo, encontré a una vieja amiga que era compañera mía en la universidad, ella se graduó de lo mismo que tú y me dijo que no sería ninguna molestia ayudarte en lo que no entiendas si, acuérdate que, como es gratis...

- Como es gratis y me están ayudando, mi ego y mis ínfulas de grandeza y sabelotodo no deben asomarse, porque para ella sería una falta de respeto y eso es “no darse a querer” por lo cual debo escucharla y quién sabe si de ella pudiese depender una buena oportunidad laborar.

- si hijo, y sobre todo se gentil ¿vale?, Bueno ella llega a las 4 de la tarde y estará contigo hasta las 5 y media de acuerdo.

- sí mamá...

- Deje unos postrecitos en el 'refri' para que le convides, te dejo que se me hace tarde en el despacho - agarra su maleta del estante y se va por la puerta - te quiero, ¡adiós!

Luego, ese mismo día, en la tarde, a las 4:06 PM, algo molesto, ve el reloj de la pared de su sala, sentado en el sillón,  mirando el cuaderno con los apuntes de su clase, que tiene sobre la mesa de la sala de estar, con todas sus dudas subrayadas con todas las dudas que tiene con diferentes colores y las preguntas generales al final de la hoja.

- Calma Luis, solo son 6 minutos, yo sé que para ti es mucho, pero para la demás gente es una cosita de nada, no sabes que puede suceder, tú solo se gentil con ella y no la vayas a colmar, ¡paciencia Luis! ¡Paciencia!

- ¿¡Porque la gente siempre llega cuando estoy hablando como loco!? (Se levanta del sofá y va la puerta) ¡¡Yo no sé porque me pasa esto a mí!! (Abre la puerta para ver quién es)

- ¡Hola!

Vida de PerrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora