Día de escuela.
Si hay algo que odio demasiado, además de la cursilería, es la escuela. ¿A quien hoy en día le gusta la escuela?.
Me levanto de la cama siendo perezosa, como siempre. Me tomo una ducha relajante y decido ponerme lo normal: pantalones holgados a cuadros rojos, una camiseta negra con un estampado de alguna banda que desconozco, y unas Vans negras.
Cuando bajo a desayunar me encuentro con mi padre y mi hermano. Lo casual de todos los días.
— Hola— dije mientras me hacía tostadas con Nuttella. Delicioso.
— Hola hija— hablemos de mi padre. Robert Shepard. Soltero, abogado, excelente padre, aventurero y sobre todo, un ejemplo a seguir. Desde que mi madre murió, mi padre se a dedicado a cuidar tanto de mi, como de mi hermano, esto implica estar menos tiempo en casa, y más en el trabajo. Y esos pequeños detalles en verdad los aprecio. Daría lo que fuera por haber apreciado mucho más el esfuerzo que hacía mi madre para poder darnos un techo donde vivir.
— Hermanita— ahora hablemos de mi hermano. Alex Shepard. Amoroso, pervertido, mujeriego, buena persona (escasas veces), y sobre todas las otras ventajas que tiene este idiota, si te quiere de verdad, nunca te dejará sola... o solo.
— ¿Hoy tienen partido?— la cosa es así. Mi hermano y sus "perritos falderos", como yo les digo, juegan Hockey sobre hielo, un juego típico de aquí en Vermont, Estados Unidos. Aunque yo no voy específicamente a ver a mi hermano, si no a Jack, uno de sus mejores amigos. Lo sé, estarán pensando que mi vida es súper cliché, me gusta una de los amigos de mi hermano y obviamente terminaremos juntos, ojalá fuese así. Además, Jack ni siquiera me gusta, aunque no puedo ignorar el hecho de que es considerablemente atractivo, además de ser súper dulce.
— Sí, ¿Irás a vernos, no es así?.
— Claro, como siempre— dije fingiendo una sonrisa. Algo que se me da muy bien últimamente.
— Ok, ¿Te llevo?.
— Nop, vendrá Penny a buscarme— Penny. Mi mejor amiga de toda la vida. La única que se preocupa por mi existencia. Hasta pensamos que los úteros de nuestras madres estaban conectados, ya que nuestra conexión es muy grande. Sí, así de locas somos. Ella, a mi lado es completamente diferente. Tiene el pelo rubio, ondulado en las puntas, ojos avellana, cuerpo de infarto, súper sociable, perra de nacimiento y zorra de elección. Es una chica la cual se preocupa mucho por su aspecto, pero tiene un corazón gigante. Ella trata de que hable con mas gente pero yo me niego totalmente.
Luego de despedirme de mi padre y hermano, me meto rápidamente dentro del auto de mi amiga.
— Hola Eve— me saluda con un beso en la mejilla.
— Hola, ¿vendrás conmigo al partido de hoy?— le ruego, ella nunca quiere acompañarme ya que tiene "Planes" con chicos.
— Es que tengo planes ya— dice en un suspiro cansado.
— Oie, ya nunca tienes tiempo para mí.
— Okay, ¿sabes qué?, iré. Hay chicos lindos ahí ¿verdad?. Quizá y consigo contactos nuevos.
— Sabes que te amo ¿no es así?— digo acomodándome en el asiento.
— ¿Quién no me ama?— dijo colocándose sus lentes mientras yo giro los ojos.
Luego de un viaje de tan solo 10 minutos, aparcamos el coche en el estacionamiento.
— ¿Lista para una nueva semana de estrés?— me pregunta soltando un suspiro.
— ¿En serio me preguntas eso?— digo y entramos a la escuela.
Hoy me tocaba matemáticas a primera hora, que alegría, nótese el gran sarcasmo que llevan mis palabras.
ESTÁS LEYENDO
Perfectamente Imperfecto
Novela JuvenilSu desordenado cabello negro azabache brillaba bajo la luz del sol que se ocultaba tras los montes de Vermont. Sus ojos grises con un leve toque verdoso se escondían detrás de sus párpados cerrados. Su camiseta negra de todos los días ondeaba graci...