destiny ━ kooktae

DOS

Taehyung sintió que esta era una oportunidad que no podía desaprovechar; quería hablarle.

Sabía que el hecho de que un extraño llegue de la nada e intente hablarle quizás sea un poco raro y lo podría tomar por sorpresa pero tenía una sensación de que debía hacerlo de cualquier modo.

''hola, ¿te dolió cuando te caíste del cielo? es un placer conocerte, ángel.''

no, claro que no. Él en definitiva no diría algo como eso.

''hola, soy Taehyung pero también puedes llamarme el amor de tu vida.''

Mierda, ¿por qué solo estas cosas se le estaban viniendo a la mente? Debía dejar de escuchar tanto a Seokjin y sus chistes de papá. No estaba pensando nada razonable, nada lógico.

Lo iba a espantar si iba con eso en mente, probablemente terminaría equivocándose hasta en su nombre.

Demonios.

Aunque si lo hacía reír igual sería un buen comienzo, pensó Kim.

Se decidió al fin, iría a la suerte, con Diosito de su lado.

Se puso de pie y empezó a caminar con su cámara en la mano. Pasó una de sus manos en un vaivén por su camisa para acomodarla. Removió un poco su cabello. Sacó el celular de su bolsillo solo para inspeccionar que su rostro no tuviera nada extraño en él.

Subió su mirada esperando estar a unos pasos del pelinegro, sin embargo, observó como este se ponía de pie con el teléfono en su oído mientras parecía contestar una llamada.

No, no, no, no.

Se estaba yendo.

Taehyung no estaba seguro de que hacer en ese momento, no podía simplemente ser así. Decidió rápidamente al menos pasar a su lado para que pudieran verse.

Con pasos largos logró estar cerca de él.

-Si Yoongi hyung, estoy caminando hacia allá, es su culpa que me esté tardando tanto.-lo escuchó mencionar.

Intentó verse bien, impresionar un poco. Las manos dentro de los bolsillos y un paso relajado para no parecer que intenta lucir bien para él y estaba listo para pasar a su lado.

-no puedo ir más rápido, no hay ningún taxi cer-

Taehyung le hechó una mirada fugaz y siguió caminando. Sintió la mirada del desconocido en su espalda, además, también notó que detuvo su llamada telefónica. Creyó que lo había impresionado.

Y claro que lo logró.