Capítulo 4 (Sara)

41K 2.4K 331
                                    

Ya me quedan dos horas para salir y en esas dos horas tengo que darle mi respuesta a Axel, no le he visto llegar el día de hoy, no está en la ciudad pero me dijo que llegaría mañana a primera hora sin embargo hay rumores de que llegó hoy en la mañana porque lo vieron con su hermana Paulina hoy en el aeropuerto mientras se subían a un auto negro.

Pero en estos días que no estuvo las flores seguían apareciendo en mi escritorio todas las mañanas que él se fue de viaje, algunas con una nota que me recordaba que hoy él tendría una respuesta.

Bajo por el ascensor sintiéndome un poco preocupada por mi respuesta por alguna razón me interesa saber qué es ese estilo de vida que muchas veces antes quise intentar con Ricardo y que en todas me decía que no, y no para sexo convencional.

Al salir un auto negro está en la entrada del edificio con Axel parado fuera de él, está vestido del mismo color que la pintura del vehículo.

-Pensé que no vendrías-sonríe de manera ladeada.

-Vengo por mi respuesta-me acerco a él despacio, toda la empresa está vacía ya que soy de las últimas en irse a casa por la cantidad de trabajo que pasa por mi escritorio.

-¿Qué pasaría si es un no?-la sonrisa crece en su rostro.

-Me conformaría con invitarte a cenar-responde tranquilamente.

-En la cena te respondo.

Abre la puerta del copiloto para mí, entro en el auto, para que cierre mi puerta y de la vuelta para él mismo manejar el coche de lujo. Maneja por unos veinte minutos a una buena velocidad, hasta que se detiene en un restaurante por la Puerta Dorada que es como se llama la zona por qué está situado. Me conduce por las mesas que no son nuestro destino, me sube por un elevador privado hasta llegar a la terraza en donde todo está bien preparado, velas, flores y un poco de música romántica de ambientación.

La cena está servida en pocos minutos y ambos dialogamos de diversas cosas pero la ansiedad se le nota en sus gestos, quiere que acepte o que lo mandé a freír espárragos.

-Te daré tu respuesta-digo en tono seguro de lo que voy a decir.

-Te escucho.

-Acepto la oferta-casi se atraganta con el vino-. Seré tu sumisa.

-No te arrepentirás de esa decisión.

-Espero no hacerlo.

{=}

En mi departamento elijo la ropa que llevaré hoy a trabajar, pero el tocar de mi puerta me interrumpe cuando estoy poniendo mi vestido azul celeste sobre mi cuerpo. Voy a la puerta y uno de los hombres que he visto que trabaja para Axel, me entrega un paquete negro con un listón negro amarrando el regalito.

-Sales dos horas antes el día de hoy, pasaré por ti a las ocho.

Asiento y se retira. Me llama la atención el paquete pero no lo abro.

Me voy a trabajar a la hora de siempre.

Llegó a mi oficina y me siento a escribir mi reporte del mes, tecleo lo más rápido que puedo, y viendo como diversas personas entran en la oficina de Axel, Gabriel, su primo entra en la oficina sin esperar a que yo le diga que pasé.

Ya me acostumbré a eso.

Las horas transcurren lentas y con ellas mis ánimos de saber que es lo que haré esta noche o la que sigue a partir de mi decisión de ser sumisa. Tengo mis dudas al respecto, ¿Seré la misma yo después de probar ese mundo oscuro de sexo y ataduras?

Además tengo dudas sobre mi Amo, o futuro Amo ya que acepte de palabra más no de contrato que es lo que haremos hoy en la noche.

La hora de irme llegó, son las cinco en punto, Axel sale a esa hora de su oficina me mira de arriba abajo cunado estoy por irme a mi casa.

-Te voy a llamar en cuarenta minutos y más te vale estar en tu casa o esto empezará mal.

-Sí Axel.

Asiente y se vuelve a meter en su oficina.

Tomo un taxi que me lleve a mi departamento, las calles quedan atrás mientras mi vista se fijando en las ya conocidas calles que conducen a mi departamento, el taxista resulta ser amigo de mi padre y al parecer recuerda esta dirección por los viejos tiempos que tenía con mi padre.

Bajo del vehículo y subo a mi casa, al abrir la puerta recibo una llamada de Axel y no dudó en contestar, veo la hora y son cuarenta minutos exactos, respondo con cuidado a lo que me dice.

Son las 5:40 de la tarde.

Tengo casi tres horas para arreglarme.

Me meto a bañar y alistó cosas de limpieza personal, como un jabón con olor a rosas, shampoo para zona íntima, y otras cosas más, si haré esto por lo menos que se note que estoy limpia de todos lados.

Salgo a las 6:10 del baño, eso me da una hora con cuarenta minutos para las ocho.

Voy a la caja que está sobre mi cama la desdobló y es un hermoso vestido negro de seda bastante sexy que se amolda perfecto al cuerpo de quien lo usé, lo saco en la tapa está una nota que dice en letras doradas:

Sin ropa interior.
No quiero repetirlo.
Axel Evans.

Demonios.

¿Sin ropa interior? La tela es delgada se vería fácilmente que no traigo ropa interior.

Hago lo que pide y no me pongo ropa interior, lo cual me incomoda, camino un poco y me pongo los zapatos altos de charol negro que son los que le quedan al vestido.

Me maquillo un poco las pestañas y pintó mis labios de un rojo intenso. No voy aún velorio pero me parezco a Morticia Adams sino fuera porque mi cabello es cobre.

A las ocho exactas Tocan mi puerta, voy ya lista para lo que sea que me espere hoy en la noche.

-Vamonos.

Maneja por algunas calles conocidas hasta que se separa en la estatal, a la zona adinerada de Manhattan, trato de que mi vestido no se eleve o quedaría algo expuesta de dos partes de mi cuerpo ya que en la perrera del busto es cruzado y solo atado por una cinta del mismo color.

Cualquier persona se daría cuenta de que no llevo ropa interior en la parte del busto en la parte baja de mi cuerpo, no.

Es extraño venir en este auto y más para ir a la casa de Axel a firmar un contrato dónde le doy el control total de mi vida, de mi cuerpo, de mis decisiones y de mi ser.

El auto se detiene en una casa minimalista que es muy bonita y donde el color negro predomina en todo su esplendor, bajo del auto con ayuda del señor que me guía a través del lugar, me deja en la sala del lugar y se retira, mi curiosidad me lleva a ver los cuadros que hay en las paredes, se nota que le gustan los lobos porque hay un cuadro con un lobo en cada lugar.

-Es el dueño del bosque-me giro a él mientras baja con un traje negro con una corbata roja, bien, se impresionante con ese conjunto que lo deja ver cómo el señor de los males.

-¿Te gustan los lobos?-por el momento sí tengo permitido hacer esto.

-Son animales muy listos-pasa una mano por mi cabello y lo pone atrás de uno de mis hombros-. Muy seguros de lo que desean-sus ojos brillan cunado me lo dice-. ¿Sabías que el Macho alfa y la hembra alfa se apartan de la manada para aparearse?

-No, no sabía eso.

-Ahora lo sabes-desliza su dedo por mi labio inferior y las ganas de que me vuelva a besar me invaden-. Vamos a que firmes ese papel que te hará mía.

La palabra "mía" me gustó tanto de sus labios que me deje arrastrar por él a un despacho en su casa, me deja en la silla de cuerpo y él se pone del otro lado del escritorio.

-Bien, puedes leer cada detalle si hay algo que tengas duda dime.

Empiezo a leer.

Axel (Terminada Y +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora