CAPÍTULO 2.

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Este día se podría decir que fue el comienzo de lo que ha sido una de las peores desdichas que abarco parte de Europa

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Este día se podría decir que fue el comienzo de lo que ha sido una de las peores desdichas que abarco parte de Europa. La guerra había alcanzado gran parte de esta, se pensó que duraría poco y que no llegaría a Londres, pero no fue así. 

Fue un día cualquiera como otro, por la tarde. En la casa de los Darling, se encontraba Wendy en la cocina preparando lo que seria la comida de esta tarde, lo hacia con el mismo amor de siempre mientras escuchaba las melodías que pasaban por la radio. Su amado esposo no tardaría en llegar, y así seria, pero jamas se imagino que vendría con malas noticias. Edward que había acabado de salir de su trabajo, exhausto como siempre y ya ansiaba con llegar a su hogar  y ver a su bella esposa y a su pequeña hija. Iba apresurado como siempre, pero se detuvo al ver que había una multitud envolviendo el puesto de periódico, cosa que llamo su atención, cruzo la calle, tomo un ejemplar para después pagarlo y retomar su camino.

Wendy esperaba que su esposo la recibiera con una deslumbrante sonrisa y un cálido beso en los labios como todos los días, pero no fue así. Una tormenta se había desatado sobre Londres y Edward llego empapado a casa, con el ejemplar aun entre sus manos igualmente empapado, había entrado a la casa con un semblante serio y pálido. Apenas se veía que respiraba y aunque Wendy se acerco a el para preguntarle que le sucedía y abrazarlo, a su esposo parecía darle igual. 

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