Ira

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- ¿Puedes darnos unos momentos a solas, Ted? – pidió Bill recuperándose de la noticia de que Ted volverá a darle lecciones.

- Lo que sea joven Bill, con tal de que se acostumbren nuevamente a mi presencia en esta mansión. – contestó Ted.

Bill tomó la mano de Will y tomó del cuello el traje de Phil para llevarlos a la sala contigua de la habitación, Jill los siguió de cerca hasta llegar a la habitación para cerrar la puerta a sus espaldas y poner la sala a prueba de sonido para lo que venía ahora. Bill soltó a Phil en el sofá junto a Will y finalmente explotó.

- ¿¡Cómo que Ted volverá a vigilarnos?! – unos mechones rojos se asomaban por el cabello de Bill mientras su esclerótica se volvía negra, Jill sólo pudo inhalar de su pipa. - ¡Todos ustedes recuerdan la última vez que él fue nuestro instructor y no término muy bien!

- Aun así no podemos negarnos si son órdenes directas de nuestro padre. - dijo Phil que aunque no se alteró como Bill se le notaba en la cara su oposición a la presencia de Ted en la mansión.

La atmósfera entre los hermanos era tensa, el dúo más revoltoso estaba más preocupado que los demás después de todos los castigos de Ted no eran para bromear y rara vez se enojaba pero cuando ocurría ni siquiera Jill podría detenerlo. Will observo a sus hermanos mayores en silencio, no conocía muy bien a Ted ya que cuando comenzó con las instrucciones para ser demonio el maestro Ted se había retirado y solo lo había visto en visitas ocasionales a su padre.

- Will. – escucho a Bill llamándolo así que levanto su vista encontrando muy cerca de su rostro a su versión amarillenta.

-¿Q-Qué? – su rostro se tornó rojo ante la cercanía de Bill pero mantuvo la mirada.

-¿Te encuentras mejor? – preguntó.

- Si, me siento mejor. Gracias a ti y a Jill. – Will sonrió como siempre lo hace y después vio como sus hermanos se cubrían la cara, a pesar de que Jill la tiene cubierta con una tela - ¿Qué pasa?

-No, nada. – Phil destapo su cara y suspiro. – Entonces, ¿Lo haremos?

- No tenemos otra opción. – Jill suspiro.

Los tres mayores salieron resignados de la habitación seguidos de un Will temeroso, si sus hermanos se preocupaban mucho por Ted él debía ser cuidadoso. Al regresar a la sala de estar se encontraron a Ted tomando una taza de Ted mientras revisaba algunos papeles.

-Tardaron un poco más de lo que pensé. – Ted dejo la taza de té en su plato correspondiente y se giró hacia los hermanos. – Veo que llegaron a una decisión.

-Aunque digas eso, la verdad es que no tenemos muchas opciones. – Bill cruzo sus brazos en su pecho observando como Ted se había instalado.

- Tienes razón, aunque hubieran rechazado mi estadía aquí la verdad es que su opinión no influye en la orden de su padre. – Ted ladeo la cabeza con una sonrisa, luego movió su cabeza hacia Will – Supongo que es la primera vez que recibirás clases de mi parte, joven Will.

-. – Confirmo Will bajando su mirada hacia el piso.

- Nunca desvíes la mirada cuando esté hablando conmigo. – la fría voz de Ted resonó en la cabeza de Will.

-L-Lo siento. – el ojo de Will se cristalizo, la sola presencia de Ted ya le estaba asustando.

Ted suspiro, ya suponía que el joven Will era un pequeño problema debido a su debilidad en su personalidad pero jamás se imaginó que era a tal grado de magnitud. Luego castigaría a la persona que se encargó de la formación del joven Will.

Los Cipher'sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora