Me he encontrado un demonio (pausado indefinidamente)

Capítulo 3: Segunda parte

Me levante por mitad de la noche porque tome mucha agua durante la cena. Me senté en la orilla de mi cama recordando lo último que hice antes de irme a dormir. Mire solo por precaución que la caja estuviera en su sitio, ya que antes había escapado, aunque no me explicaba el cómo.

—No está... —murmure sorprendido al observar que no estaba y lo confirme estirando mi mano para tocarlo ya que podría deberse a la oscuridad—. ¡No está! —grite nervioso—¡Oigan! ¡Despierten! —Fui a la cama de enfrente de Jimmy para sacudirlo—el... —Mi mente se quedó en blanco al no saber cómo llamarlo, aun no le había puesto un nombre.

—¿Qué te pasa?— me contesto adormilado flotándose los ojos.

—Desapareció la caja donde guarde al animal que encontré.

—y... ¿Eso es bueno o malo?

—Es malo, así que ayudarme. —Subir las escaleras para levantar también a Token

—¿Qué te pasa ahora? —pregunto bostezando.

—Perdió al de-demonio —dijo el castaño tomando sus muletas.

—No lo perdí, alguien se lo llevo. Coloque la caja debajo de mi cama y ya no está —explique mientras subía las escaleras de la otra cama para despertar a Clyde.

—Ya estoy despierto... —susurro antes de que lo tocarse, tenía todo su cuerpo tapado con sus sábanas como siempre solía acostarse, incluso la cabeza—. Pero no bajare hasta que prendas la luz.

—Que importa si se lo llevaron, ahora será problemas de ellos. —Mire al moreno molesto por ese comentario.

—Te iras al infierno por ser malo con los animales.

—Al infierno me iré si ayudo a ese demonio —me espeto enseguida.

—Que son necios ya les dije que no es un demonio.

—No tengo ganas de discutir eso de nuevo contigo, —se expresó bajando las escaleras de su cama— así que ya que estoy despierto usare el baño primero.

Suspire, es todo se acabó, esa cosa comenzaba a agradarme y ahora se fue...

—Que mierda...— Token se quedó inmóvil en el marco de la puerta

—¿Qué suce...? —La frase quedó en el aire cuando me acerque, era igual al desorden de nuestra habitación pero esta vez con el baño.

La caja estaba abierta a un lado de la puerta y el pequeño se encontraba escondido debajo de un montón de papel higiénico donde sobresalía su cola.

—Esa cosa no hace nada más que darnos trabajo —me reclamaba el de suéter morado.

—Encontrare algo mejor para... —pause al recordar que la puerta del baño estaba cerrada—Un momento... —Gire en mi sitio para ver al dueño del oso de peluche a la vez que Jimmy prendía la luz de la habitación —Fue tu culpa, ¿Cierto Clyde? Eras el único que se quejaba de que no iba a poder dormir si él estaba en la habitación, entonces tomaste la caja y la pusiste en el baño.

Se destapo la cara sentándose—. ¿Acaso tienes idea de lo que me cuesta dormir por las noches como para que además ahora tenga a un demonio a dos metro de mí?

Todos sabíamos eso. Nos suele contar que por las noches escuchar ruidos que lo asustan.

—Ya dije que él no es peligroso.

—¡No puedes asegurarlo! ¡Podría estar fingiendo ser débil para matarnos en cuanto pueda, porque eso es lo que hacen los demonios! —grito enojado— ¡Ellos mienten, manipulan y...