~Mi Querida Hermana.~ -Charles Xavier. Parte 03.

860 29 14
                                    

~Parte 03~


(El diálogo comienza con Erik hablando.)


Carla Williams:

— Wow, y pensar que eras aún más tonta. — Dijo Erik con un sarcasmo amargo.

— Disculpa Erik, no era mi intención encontrarme contigo. — Confesé más amargamente al darme cuenta de lo ocurrido.

— Si es así, ¿Por qué no sales de encima mío? — Dijo con una mirada pícara en su rostro y colocando sus manos detrás de mis piernas.
— Déjame Erik, no seas un idiota. — dije aún más enojada y avergonzada a la vez. Me levante rápido y lentamente me dirigí hacia la oficina de Charles, pero en el camino el me dio un grito

— ¡Ambos sabemos que tu debías ser. mía, Carla Williams! — Sin vergüenza alguna y como si quisiera que todos se enterase, solo me avergoncé peor y corrí sin mirar atrás hasta que llegue.

Rogaba porque Charles no haya escuchado. Con miedo abrí la puerta y lo vi, estaba apoyando una mano sobre el vidrio de su gran ventana con un trago en la mano y logré visualizar un par de botellas vacías sobre su escritorio. Estaba furiosa, el se dio vuelta para mirarme. Solo traía un pantalón negro y su camisa blanca un poco desabrochada, podía sentir el olor a alcohol desde la trayectoria de él hasta la entrada a su despacho.

—¡CHARLES XAVIER!— Llame su atención en un grito, ahogando las lágrimas que querían brotar de mis ojos ante lo que veía.

— Carla, despertaste.— Contestó dirigiendo su mirada a mi, como si estuviese sorprendido.

— ¿Cuánto tiempo has estado bebiendo? — Cerré la puerta y me acerque a él.

Tenia ojeras de parecer no haber dormido nada y un aliento a mil demonios por culpa del maldito alcohol.

— Eso no importa, mi querida. — Dijo dejando su vaso sobre una mesa cerca de allí y volvió a dirigir su mirada a mi.

— Claro que importa. ¡A mi me importa el como estés! — No pude soportarlo y una que otra lagrima brotaba de mis ojos. — ¡Dios, apestas a alcohol!— Estaba que echaba chispas de lo enojada que me encontraba, pero más que eso, me sentía lastimada.

— Si tanto te importa el como este, dime una cosa... — Tomo un momento y en ese corto instante y al dar un suspiro dijo... — ¿Qué es lo que tenían tú y Erik? — Preguntó, ahogando un nudo en su garganta, ya no tenía esa sonrisa brillante y el destello especial de sus ojos pareciera que se había apagado, de un azul vivo, pareciera que se volvió un azul totalmente frío.

— ¿De qué estas hablando Xavier?. — Pregunté, muy sorprendida y nerviosa al mismo tiempo.

— Se que han tenido algo juntos, y me vengo a enterar cuando menos lo quería, Carla. — Dice, ya sin esa melodiosa voz que tanto me gustaba, parecía que estaba quebrantada.

— Nunca tuvimos nada Charles, ¡sabes que él me trata como basura!— Le contesté un poco alterada.

— Dime la verdad Carla, ¿Has tenido un amor con él, a mis espaldas? — Sentía como si estuviera aguantando las lágrimas, eso me ponía aún peor.

¡ Jamás! — Contesté con una dura firmesa. — Nunca jamás pasó algo con Erik, y si hubiese pasado, serias el primero en saberlo y de mi boca. — Hablé mientras iba acercándome a él y poniéndome en frente. —, una sola ves salí con él, con las intenciones de tener una amistad — Confesé rápidamente, aunque no se lo había dicho antes a eso, pero sabía que no tenía relevancia en aquel momento. — , pero el no tenía las mismas intenciones. — Mis ojos se encontraban rojos y mi garganta dolía demasiado. — Sabía lo que me gustaba por alguna razón, pero lo rechace teniendo un par de tragos encima. — No entendía el por qué, pero cada vez que seguía hablando de eso mi nudo iba empeorando, mis lágrimas arrazaban con todo en mis mejillas y mi respiración y voz se iban alterando. — Esa misma noche me dejó a pie, tuve que volver en taxi, y cuando lo hice tú recién estabas llegando de una cena importante de la que me habías hablado. Yo estaba esperando poder abrazarte, estaba en la puerta de tu habitación con mi pijama de osito favorita, puesto, y mi cara ya limpia del maquillaje. Tú me viste y sonreíste de tal forma que me hiciste olvidar la pésima noche con Erik, me abrazaste y me invitaste a dormir contigo. — Cada palabra que salía de mi boca hacia que mis lágrimas salieran disparadas. — Ni siquiera le vi el caso de decirte. — Confesé nuevamente. No tenía sentido en aquel momento, no quería que rompieran su amistad por mi culpa. — Charles, yo quería esperar a que llegue el día en el que pudiese decirte que estoy harta de que me veas como a tu hermana, desde hacía tiempo que sentía cosas por ti, pero lo reprimía para que tu no te enterases de eso. No quería decirte las cosas de esta forma. Charles, siento algo más que solo un cariño por ti, yo te amo. No te amo como una hermana ama a su hermano, te amo como una mujer puede amar a un hombre. — Mis ojos se dirigían a los suyos, en busca de que vieran aquellos sentimientos rotos que se alvergaban ahora en su interior. — Te amo no solo con mi corazón, quiero amarte con mi vida, mi alma y si es posible con mi cuerpo. — Mi expresión en ese momento era deplorable, mi rostro empapado y tratando de aguantar ese maldito nudo no me hacían el favor de ayudarme. Charles, por su parte, solo quedaba con una expresión de sorpresa, estaba tan atento y con la boca abierta. — Espere por ti estos recién cumplidos 6 años, espere a que el día al fin llegara y vi la oportunidad de poder expresarte todo esta noche. — Baje la mirada y respire profundo.

😈 𝑅𝑒𝑙𝑎𝑡𝑜𝑠 𝐸𝑟𝑜𝑡𝑖𝑐𝑜𝑠 𝐷𝑒 𝐽𝑎𝑚𝑒𝑠 𝑀𝑐𝐴𝑣𝑜𝑦, 𝑌 𝑀𝑎𝑠.🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora