Pequeños detalles

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Steve podía sentir como su caminar era seguido por una mirada curiosa que devoraba cada detalle de su cuerpo con un solo parpadeo, podía sentir ese embriagador perfume que llevaba el Príncipe Anthony impregnado en su piel canela.

Anthony estaba muy curioso por el hombre que caminaba relajado por los pasillos del castillo, como si fuera suyo.

“Que atrevido.”—Pensó el castaño mientras delineaba con la mirada cada parte de la enorme y seductora espalda del rubio.—“No está nada mal.”—Pero se golpeó mentalmente por pensar eso, estaba cayendo por un Alfa, estaba cayendo por su mayor temor.

Sin prestar atención por donde iba, acabó chocando contra la ancha espalda del joven Rogers, llenando sus fosas nasales de un delicioso aroma a Café que despertó todos los sentidos del Príncipe.

—Fíjate por donde camin...¡Oh su majestad! Lo siento mucho. — Ayudo al joven castaño a ponerse de pie.— ¿Qué hace por aquí alteza?

Anthony debía inventar alguna escusa para ocultar su pequeña travesura, había perseguido a ese Alfa por curiosidad, por deseo. Por su cabeza solo pasaba una y otra vez la imagen de los músculos del rubio contrayéndose y estirándose bajo esa holgada ropa al pelear.

—Estaba dando un paseo hasta la hora de la cacería de ciervos.—Era una escusa pésima, se notaba a leguas la mentira en sus palabras. De pronto Tony se sintió acorralado contra un muro, rodeado por los brazos fuertes que lo habían cautivado.

—¿Y sin su caballero de compañía? —El joven Rogers estaba muy perdido en el aroma almibarado del Omega, su cuerpo reaccionaba por si solo y no podía pensar con claridad.—Mi majestad, me esforzaré al máximo para ganarme su corazón.—Lo último lo dijo con suavidad antes de plantar un beso en la mano ajena.

Tony, totalmente confundido y con nuevos sentimientos encontrados se alejó a los tropezones hacia algún lugar abierto, su corazón latía a toda velocidad y su respiración estaba agitada.

“Ese lindo bobo acababa de flecharlo totalmente”

Buscó por todos lados a James, su hermanastro, necesitaba sus consejos de hermano con pareja de vida. Pero parecía que no estaba por ningún lado, quería volver a los brazos del rubio pero sería en contra de la sagrada palabra de su madre.

(…)

Luego de aquel inesperado evento, el vocero anunció la cacería de ciervos que se llevaría a cabo, todos tomaron sus caballos y salieron a correr por el bosque, haciendo que en el camino el joven Rogers pudiera disfrutar de la bella risa de el príncipe que corría cerca de él.

“Sin duda amaba a ese hombre”

La hermosa cabellera castaña de Anthony se movía con el viento, liberando ese dulce aroma que volvía loco al mayor, cuando lo vio blandir la espada se dio cuenta de que no era para nada indefenso y era todo lo que deseaba.

—¡Por allá se va el ciervo blanco!—Gritó el castaño, haciendo que Steve despertara de su sueño y recordara que estaban cazando.

Steve se abrió paso hacia el ciervo y le disparó con una flecha, haciéndolo caer a los pies de su príncipe.

—Un regalo para usted mi majestad.—Se acercó al príncipe y beso su mano. El resto de los Alfas vio aquello y sintieron como les hervía la sangre, ese hombre se ganaba el corazón de Anthony y se llevaba los elogios de la Reina María.

Anthony había perdido su terror a ese hombre y sentía que cada vez era más fácil estar juntos y pensar que él podría ser su Alfa.

—Gracias por esto mi noble caballero.—Sonrió el castaño haciendo temblar a Rogers. Sin duda era su destino estar unidos.

"Rosas para mi Rey"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora