Te Vi.

Amanecer en la calma

La mañana llegaba, y con ella un aire fresco digno de la primavera agitaba las hojas de los árboles allá afuera, los rayos del sol se filtraban por las cortina cuarto lo que hizo que Law abriera los ojos lentamente y sintió un peso extra en su cuerpo, parpadeó varias veces y vio una cabellera azabache sobre su pecho, sonrió y acaricio su espalda recordando por un momento los sucesos de la noche anterior, ahora se pertenecían en cuerpo y alma, eran una sola persona, su amor era más fuerte que cualquier otro. Cerro los ojos y suspiro, llevó sus labios hacia los de su amado.

Buenos días Mugiwara-ya susurro sobre los labios del contrario para dejar un casto beso.

Ante el acto Luffy fue despertando poco a poco, talló sus ojos y sonrió al encontrarse con la mirada serena de Law.

Buenos días Torao shishishi – respondió el pequeño entre risas, removiéndose entre sus brazos para acurrucarse más a su pareja. El cual apretó el agarre del abrazo para estrecharlo contra su cuerpo. Sus manos recorrían despacio la espalda del menor dejando suaves caricias por la parte baja de su espalda, acto que hizo sonreír al menor.

—Quieres bajar a desayunar? Puedo preparar algo para ambos -murmura sin quitar la mirada de aquel rostro angelical del azabache menor.-

—Quiero dormir un poco más, quedate aquí... - responde somnoliento, de la comisura de sus labios escurría un fino hilo de saliva, haciendo que Trafalgar sonriera de lado. Antes de poder decir algo al respecto el ruido proveniente del estómago de luffy resonó en el lugar-

—Quedate aquí, iré a preparar algo, tu descansa. -Deposito un beso sobre la frente del menor al tiempo que lo apartaba despacio dejándolo sobre la cama, sus ojos se posaron en aquel delgado cuerpo que yacía dormido desnudó sobre las sabanas, rápidamente noto las marcas que habían quedado de la noche anterior, marcas suyas nombrándose dueño de él, dueño de su vida. Sus finos y largos dedos trazaron un fino camino sobre el brazo de Luffy quien al sentir aquello solo se removió entre las sabanas dándole la mejor vista, aquellos muslos que lo hacían fantasear de mil maneras, al sentir el calor en su rostro y darse cuenta de las barbaridades que su mente recreaba con esa escena se apartó del lugar, colocándose solo el pantalón y unas pantuflas abandono el cuarto. Bajo las escaleras adentrándose a la cocina para preparar el desayuno ya no sería solo una taza de café, esta vez debía esmerarse pues su invitado era de buen comer.

Un delicioso aroma a carne invadió sus fosas nasales, al sentir aquello rápidamente se levanto del lugar sintiendo una pequeña punzada sobre su parte baja. Acarició despacio aquel lugar haciendo que todas esas imágenes de la noche anterior invadieron su mente logrando que sus mejillas se sonrojaran fuertemente, sacudió su cabeza despejando aquello. Tomo sus pantalones y se los coloco despacio luego salió del cuarto guiandose por aquel exquisito aroma llego a la cocina en donde encontró al azabache concentrado en la cocina.

Sostuvo la mira en aquella escena sonriendo como si fuera una colegiala enamorada. Volvió a retomar su andar abrazando por la espalda al más alto quien lo recibió con una corta caricia sobre sus manos.

—Veo que despertaste. Justo a tiempo ya está el desayuno. Ve a sentarte iré en un momento— Mencionó tranquilamente observando por sobre su hombro.

Recibiendo solo colmo respuesta una sonrisa de su pareja comenzó a colocar la carne sobre un plato con una porción de arroz bastante generosa, sabía que era de buen comer, por otro lado colocó en una taza un poco de café dejando que aquel aroma inundara sus fosas nasales.

—Tienes planes para hoy?— Indagó curioso mientras colocaba el plato frente al joven dueño de sus pensamientos.

—Uhm nada, íbamos a terminar un trabajo con unos compañeros del curso, pero cancelaron— tras recibir la comida empezó a devorarla rápidamente