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Lee Donghyuck tiene una buena voz y lo sabe, no sólo porque sus padres se lo hayan dicho sino porque está seguro de ello. 

No es un presumido, nada de eso, es un chico humilde que se da el lujo de llegar tarde a clases con la excusa de que "estaba practicando en el coro, perdón pero si tiene quejas dígale al profesor Moon sobre eso". Fue agraciado con una personalidad brillante también, alguien extrovertido que hace amigos incluso en fila para entrar al sanitario. Todo el mundo conoce a Lee Donghyuck; el chico de piel morena que de vez en cuando se tiñe el cabello con colores extravagantes y que tiene un gran sentido del humor.

Todos conocen a Donghyuck, que gracioso.


—Donghyuck, hijo. ¿Puedes llevarle esto a los vecinos del departamento de arriba?



—¿Tenemos nuevos vecinos arriba?



—Sí, desde el Sábado.



—Oh, no me di cuenta.



—Es porque has estado muy ocupado estos días, anda. Llévale esto a la señora Lee y saluda a su hijo. Creo que es un chico de tu edad, quizás puedas hacer otro amigo.



—Está bien mamá.



Lee Donghyuck tomo la bolsa con el pastel de chocolate que su madre acaba de preparar, apagó el ordenador y se puso zapatos para salir de su departamento. Él solía vivir solo con su madre ya que su padre es un hombre de mucho trabajo, tiene una ocupación interesante. 

Donghyuck fue hasta el elevador y lo llamó con el codo, luego subió y presionó el botón para ir un piso arriba. No quería sudarse subiendo las escaleras.

Sólo había un lugar a dónde ir, debido a que era un nuevo piso y nadie se había mudado, Donghyuck supo a cual puerta ir y tocó el timbre con la nariz.

Tal vez hoy no estaba siendo su día, eso pensó cuando comenzó a llover estando a la mitad de camino de regreso a su casa, Donghyuck se empapó un poco y había olvidado cambiarse el uniforme por lo que el chico frente a él lo miró con una mueca en cuanto lo vio.




¡Sorpresa!



Donghyuck pensó que era una locura, el mundo no podía ser tan pequeño ni él podía ser tan fácil de olvidar pero aún así estaba frente a él.


—¿Sí? —El chico rubio frente a él parecía estar en calzoncillos, tenía aspecto de haberse levantado recién y se rascaba el vientre mientras lo miraba. Sus ojos entrecerrados por el sueño lo hacían lucir tierno.



—Mi nombre es Lee Donghyuck —Habló, con nervios, le hizo una reverencia y extendió el pastel a sus manos—. Vivo en el piso de abajo, puerta I-43 familia Lee —El chico rubio tomó la bolsa y miró su interior a pesar de que esta era transparente, Donghyuck hablaba como si estuviese programado—, mi madre manda esto y quería darte la bienvenida al edificio... a ti y a tu familia.


—Gracias —El rubio sonrió, parecía más despierto que hace unos momentos—. ¿Quieres entrar?


No. —Claro, muchas gracias. 


Donghyuck se retiró los zapatos en la entrada y pasó al interior. Dentro habían pocos muebles y bastantes cajas, después de todo se habían mudado el Sábado y apenas era Lunes pero habían un par de cosas regadas por ahí como camisas, zapatos y algunos juguetes de niña.


—Mi nombre es Mark .



—Lo sé —Mark lo miró pero Donghyuck fingió estar distraído. Ambos fueron a la cocina donde Mark dejó el pastel—. ¿No hay nadie en casa?

—No, mi madre está trabajando, estoy con mi hermana pequeña pero ella está en casa de una de sus amigas, debo ir a recogerla dentro de media hora.


—Oh... Puedo acompañarte si quieres, quiero decir... No debes conocer mucho el vecindario ya que es tu primera vez aquí.


—Claro... —Mark le miró, Donghyuck podía ver el brillo en sus ojos oscuros, estuvieron en silencio unos momentos—. Me cambiaré primero.


—Está bien, yo iré a avisarle a mi madre que saldré.



Y no mintió, él salió de la casa de Mark para decirle a su madre que lo acompañarçia a un sitio, mientras Donghyuck lo esperaba afuera del edificio tuvo un pequeño viaje a su pasado, más específicamente cuando tenía catorce años y había ido con su madre y su hermana a Canadá a pasar unas vacaciones de invierno cortesía del trabajo de su padre. Donghyuck odiaba aquel país porque estaba acostumbrado a su hogar, a su gente de rasgos asiáticos y no a los blancos de más de 1.80 de altura que circulaban a toda prisa por las calles. Sería sólo un mes y volvería a casa pero mientras tenía que lidiar con el trasporte público y los letreros en inglés que apenas comprendía.

El cielo estaba nublado como en sus recuerdos, Donghyuck cerró los ojos y afinó su oído para escuchar mejor la canción Billionaire de Bruno Mars reconoció al instante y como si fuese una mala broma comenzó a tararearla justo al mismo tiempo que un chico rubio se colocaba detrás de él.

El rubio fue sigiloso, no lo quiso interrumpir pero por su mala suerte el pelinaranja notó su presencia antes de seguir con su recital. 

—Linda voz —Dijo Mark cuando Donghyuck se giró a él.

—Gracias, es mi canción favorita.

—¿En serio? La mía también.

—Increíble.

El cielo estaba nublado, Donghyuck cerró los ojos y afinó su oído para escuchar mejor la canción que sonaba en una pequeña tienda de regalos que estaba cruzando la calle; Billionaire de Bruno Mars reconoció al instante y absorto en la melodía come...

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El cielo estaba nublado, Donghyuck cerró los ojos y afinó su oído para escuchar mejor la canción que sonaba en una pequeña tienda de regalos que estaba cruzando la calle; Billionaire de Bruno Mars reconoció al instante y absorto en la melodía comenzó a tararearla justo al mismo tiempo que un chico de cabellos negros se colocaba detrás de él.

El pelinegro fue sigiloso, no lo quiso interrumpir pero por su mala suerte el castaño notó su presencia antes de seguir con su recital.

—Linda voz —Dijo el pelinegro cuando el otro chico se giró a él.

—Gracias, es mi canción favorita.

—¿En serio? ¡La mía también!

—¡Increíble!

—Mi nombre es Mark ¿Y el tuyo?

Donghyuck lo miró un poco desconfiado, pero parecía alguien inofensivo.

—Mi nombre es Haechan.

Vibrato || ᵐᵃʳᵏʰʸᵘᶜᵏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora