Prisioner.

Decisiones.

-Vamos Alex, debemos ir será grandioso.

-No Sam, no iré sabes bien que mi papá no me deja, aparte... Esta Louis.

-Alexandra, ya olvidate de ese idiota, solo estas con el por compromiso.

Rodeo los ojos bufando -Se que no te cae pero...

-Vamos, es la verdad.

Relaje mis hombros asintiendo -Es cierto, tienes razón.

-Vez -comento con una mirada triunfadora-.

-Debo irme, quede de ir al parque con Aleksandr.

Le dio un codazo -Uy, ¿quien es? ¿Es guapo? ¿Donde lo conociste?

-Calmate, es solo un amigo.

-Sí, un "amigo" -hizo las comillas con sus manos-. Entonces -Fue al armario tomando un vestido corto negro con franjas azules-. Ten, todo tuyo.

-Sam -la mire sorprendida-. Es hermoso, pero no es mi tipo.

-Alex, tomalo, le encantará.

-Esta bien, gracias -me abalanze a ella abrazándola-.

Tome mi bolso, me despedí de la señora Sykes, de ahí salí corriendo a la casa para alcanzar a arreglarme, habíamos quedado de estar en el parque a las 5, estando ya en la casa deje todo en el sofá y me metí a bañar, tome el vestido que me dio Sam, junto unos zapatos de piso negros, en el maquillaje, mi favorito, un delineado tipo luxe. Tome mi bolso, en el cual metí mis llaves, mi iPod, y un labial rosa majenta el cual era uno de mis preferidos, salí de la casa 15 minutos a las 5, camine a la calle central para tomar un taxi, llegue en tan solo 10 minutos, baje de este y me senté en una banca, tome mi celular para mandar un mensaje a Sam.

[New] ¡Hey Sam! Ya estoy aquí y el no ha llegado, odio esperar, te quiero [Send]

Moví mi pie en forma de desesperación, ya que odiaba esperar aunque sea un par de minutos.

-Hola idiota.

Escuche por detrás de mi, conocía esa voz y conocía esa forma de hablar, reí rodando los ojos decidida a voltearme.

-Hola Alek -Me levante volteandome hacia el, tenia tiempo que no lo veía por que el estúpido de su novio lo consumía mucho-. Tanto tiempo, yo... Hay -Me lance a sus brazos rodeándolo por el cuello-.

-Te ves Hermoustra -comento correspondiendo el abrazo-.

-Cállate, soy hermosa.

-Lo eres, a tu forma extraña.

-Eres un idiota, idiota -le di un golpe leve en el hombro-.

-Pero así me amas.

-Lamentablemente, sí.

-Auch -hizo una mueca-.